Transporte: un trabajador informal ya destina un tercio de su salario sólo para ir y volver del trabajo

Esta realidad podría agravarse ahora con los recientes aumentos de tarifas que, en más de una decena de ciudades, ya superan los $1000 de boleto. A su vez el gobierno confirmó que quitará los descuentos por pasajes combinados de la Red SUBE.

08 de agosto, 2024 | 00.05

Mientras continúa el ajuste del Gobierno nacional que incluye la quita de subsidios en tarifas y recorte de fondos del transporte a nivel federal, el costo para viajar pesa cada vez más en la economía familiar. Así, con la suba del transporte de los primeros meses de este año un trabajador informal de bajos ingresos -de los más golpeados por la pulverización salarial de los últimos años- ya destina el 33% de su salario sólo en viáticos, el doble que hace un año atrás. Esta realidad podría agravarse ahora con los recientes anuncios de aumentos de tarifas que, en más de una decena de ciudades, ya superan los $1000 del boleto. En AMBA el colectivo subirá desde el próximo lunes un 40%. 

En este marco, datos relevados por investigadores de la Universidad Nacional de San Martin (UNSAM) mostraron que, por efecto de la caída de los ingresos en general y de los no registrados en particular, sumado al mayor costo de vida para cubrir gastos básicos, “en la crisis actual y a diferencia de otras anteriores cayeron los ingresos, pero también cayeron los empleos precarios”. Según el informe al que accedió este medio, “los ingresos de los trabajadores informales ya eran bajísimos antes de la crisis, tuvieron una caída adicional en los últimos meses y quedaron en niveles tan bajos que a un trabajador informal de bajos ingresos deja de resultarle rentable ir a trabajar”.

Es decir que el golpe adicional que implicó la política económica de la gestión libertaria en tales ingresos que vienen en caída libre desde, al menos, los últimos ocho años, termina “actuado como un desincentivo” en un momento donde predomina la incertidumbre laboral y con una reforma aprobada en el Congreso que incentiva la tercerización y no registración como norma.

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Pese a tal panorama y como anticipó este portal, el gobierno nacional avanzará en la eliminación de los subsidios que posibilitan el descuento de los pasajes combinados con la Red SUBE (del 50% en el segundo viaje y del 75% desde el tercer viaje) para las líneas municipales, lo que encarecería aún más el boleto y por ende aumentaría el peso en los magros ingresos. Así lo confirmó este martes el secretario de Transporte, Franco Mogetta, ante la comisión de Transporte del Congreso de la Nación, donde indicó que la medida incluirá a la Ciudad y a la Provincia de Buenos Aires.

No alcanza ni para el bondi al trabajo

Entre fines del año pasado y principios de este se amplió la brecha entre el costo de vida de las familias y los ingresos percibidos al punto de que los ya deteriorados salarios son cada vez más insuficientes para compensar el elevado crecimiento de la canasta básica alimentaria y no alimentaria. En este escenario y dado el plan de ajuste fiscal del gobierno de Milei que incluye recorte en los subsidios a servicios públicos y suba de tarifarias, las y los trabajadores necesitan cada vez más ingresos para cubrir necesidades elementales y gastos fijos, como boletos de transporte para ir y venir de un empleo.  

Al respecto, un informe del Centro de Capacitación y Estudios sobre Trabajo y Desarrollo (CETyD) de la UNSAM mostró que un trabajador informal que toma ida y vuelta colectivo de su casa al tren, tren, y colectivo del tren al trabajo gasta ya al menos el 33% de sus ingresos sólo en ir y volver del trabajo. Esto podría duplicarse si se confirma el recorte de los beneficios en el segundo y tercer boleto de la Red SUBE. 

“Si se analiza la incidencia del valor del transporte público para un trabajador informal del primer decil de ingresos (el 10% que menos gana), considerando que debe trasladarse hacia un centro urbano para desempeñar sus tareas y que, para ello, toma un colectivo desde su domicilio a la estación de tren, luego el tren, y por último un segundo colectivo ya en el área urbana desde la estación de tren hasta su lugar de trabajo. En ese caso, ese trabajador debió gastar mensualmente $18.000 en transporte público, lo cual representa el 33% de su salario, cuando el año anterior destinaba la mitad de esa proporción”, indicó el documento. Por su parte, en el caso de los trabajadores informales del segundo decil, debieron destinar el 16% de sus ingresos mensuales a los viáticos. 

“Esta situación pudo haber actuado como un fuerte desincentivo para que esos trabajadores se mantengan en sus puestos y, en consecuencia, puede explicar al menos una parte de la caída del empleo informal”, agregaron los investigadores del CETyD.

Respecto del impacto de la suba de tarifas del transporte público en la dinámica del mercado de y trabajo, se señaló que “así como la caída de los salarios pudo haber amortiguado la caída del empleo formal en el sector privado, es posible que haya generado el efecto contrario en el sector informal”. Esto fundamentado en que “durante el primer trimestre de 2024 y a diferencia de otras recesiones no creció la participación en el mercado de trabajo (tasa de actividad) ni las inserciones precarias (empleo no registrado y trabajo por cuenta propia), que suelen expandirse y funcionar como “refugio” cuando se contrae el empleo formal". 

Por lo tanto, en el caso del empleo no registrado, “lo particular de la crisis actual es que cayeron los ingresos, pero también cayeron los empleos precarios”. Para los especialistas ello se debe a que “los ingresos de los trabajadores informales ya eran bajísimos antes de la crisis, tuvieron caída adicional en los últimos meses y quedaron en niveles tan bajos que a un trabajador informal de bajos ingresos deja de resultarle rentable ir a trabajar”. 

De esta manera se entendería la reducción de la cantidad de asalariados informales, el estancamiento del trabajo por cuenta propia, el aumento de la desocupación y el crecimiento de la inactividad como posible resultado del “fenómeno del desaliento” que registró la Encuesta Permanente de Hogares (EPH-INDEC) en a inicios del 2024. En definitiva, la caída de los salarios “pudo haber operado en el sector informal incentivando la caída del empleo, como consecuencia del particularmente bajo nivel en que han quedado los ingresos de esos trabajadores”. 

Sin contención para “los caídos”

En un escenario de caída de empleo, pulverización salarial y aumento de pobreza (ya alcanza al 55% de la población según la UCA) lejos de reforzar el sistema de protección social para atender a las y los trabajadores más vulnerables, el gobierno redujo las partidas sociales clave.

De hecho, la destrucción de empleo que ya es más acelerada que en crisis anteriores (salvo la pandemia). En lo concreto, entre noviembre de 2015 y junio de 2016 se perdieron 92.000 puestos, entre mayo de 2018 y diciembre de ese año unos 128.000 y en la etapa actual ya llegan a 144.000. 

En detalle, por un lado, la Asignación Universal por Hijo “atravesó un incremento relevante y se situó en junio de 2024 en valores 42% superiores a los del año previo”. A contramano, las jubilaciones “transitaron un recorrido opuesto y perdieron 20% en términos reales en comparación con el año previo”. A su vez, los principales programas sociales (Potenciar Trabajo, políticas alimentarias) padecieron un recorte importante de sus partidas durante la primera mitad de 2024. “Esta evolución corre el riesgo de debilitar los esquemas de contención social necesarios para paliar los efectos de un proceso de contracción de la actividad, del empleo y de los ingresos, como el que atravesamos actualmente”, destacaron los investigadores del CETYD-UNSAM.

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