Con pluralidad de voces pero escasas definiciones, el Gobierno puso en marcha formalmente este lunes el Acuerdo Económico y Social, en el que participaron más de cien dirigentes del ámbito gremial y empresario. El primer encuentro, más protocolar, había sido el 27 de diciembre último, el cual iba a ser el puntapié a un trabajo conjunto para recuperar la economía de la crisis macrista. Pero en marzo arribó el coronavirus al país y la convocatoria lanzada desde el Congreso por el presidente Alberto Fernández se diluyó en la coyuntura hasta este lunes. Los empresarios destacaron la amplia convocatoria.
En este primer encuentro en plena pandemia, en que pudo verse a representantes de la Unión Industrial y el Consejo Agroexportador compartiendo espacio de discusión con las cámaras pymes, algo que desde este último segmento valoraron, se planteó un esquema de diez objetivos de largo plazo y la conformación de cuatro meses de trabajo sectorial para alcanzarlos. Desde el sector empresario aseguraron que quedaron muchos temas de coyuntura sin analizar, como el tipo de cambio, el rol de la banca, el aporte del Estado para impulsar el consumo y la desmonopolización de varios sectores estratégicos de la economía argentina.
La reunión fue encabezada por los ministros de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y de Trabajo, Claudio Moroni. También participaron los secretarios de Industria, Ariel Schale, y PyME, Guillermo Merediz. "Fue una reunión más informativa, con una línea más unidireccional hacia los objetivos planteados. Lo que es sumamente destacable es la mulplicidad de cámaras pymes que fueron convocadas, a diferencia del aislamiento que vivíamos antes", aseguró a El Destape el presidente de la asociación Empresarios Nacionales (ENAC), Leo Bilanski.
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En medio de la pandemia, el Gobierno había optado por mantener encuentros con cámaras patronales de grandes empresas. En la reunión se les adelantó que, en simultáneo, el Gobierno mantendrá reuniones bilaterales con el Consejo Agroexportador, algo que no cayó del todo bien entre los presentes, dado que las decisiones que se toman como fruto de esos encuentros impacta de lleno en una variable clave de la economía argentina: el dólar. Precisamente, la discusión sobre la restricción externa y los posibles caminos para sortearla no estuvieron en este encuentro iniciático.
Los puntos de encuentro
El ministro Kulfas explicó los diez principales puntos de consenso, que serán “la hoja de ruta que nos permitirán volver a crecer”. A través de una presentación de powerpoint, el funcionario detalló cada una de los objetivos: 1) exportar más; 2) inclusión de todos los sectores; 3) impulsar tanto el mercado interno como el externo; 4) políticas productivas; 5) tener en cuenta la dimensión ambiental; 6) una macroeconomía estable; 7) mejorar la productividad; 8) reducir las brechas de género; 9) apertura comercial inteligente y 10) una política de desarrollo regional.
El listado de buenas intenciones requiere de un trabajo tripartito para llevarlo adelante y definiciones contundentes, algo que en pandemia parece un objetivo más lejano. “Estamos planteando que la única salida de la crisis es un proyecto de desarrollo. Ya probamos muchas recetas en Argentina pero no dieron resultados. Esta mecánica de diálogo social es el único método que tenemos”, les dijo Moroni.
En una rápida enunciación, en al que varios empresarios tuvieron luego que pedirles a sus pares que habían logrado anotar, el titular de la cartera de trabajo comunicó la agenda de reuniones sectoriales que se iniciarán este jueves. La primera mesa sectorial será el próximo jueves 22 de octubre con representantes de la industria metalmecánica y automotriz. El lunes 26 de octubre se reunirá la mesa sectorial de la construcción; el jueves 29 de octubre a los sectores textil, indumentaria, calzado y cuero y el viernes 30 de octubre será el turno con la industria alimenticia.
El ministro Kulfas aclaró que esas son las primeras cuatro reuniones pero en los próximos días se anunciará un cronograma para el resto de los sectores que aún no fueron convocados. Para el sector pyme tuvo sabor a poco este primer encuentro en el que no se trataron temas que suele enfrentarlos con las grandes corporaciones, como el rol del Estado y la desmonopolización del mercado.
Apoyo de gremios y empresarios
Desde la Confederación General Empresaria (CGERA) solicitaron convertir en anteproyectos de ley al conjunto de medidas que apunten a la reactivación económica a través del incentivo a las pymes y la industria en todo el país”. “Desde CGERA estamos trabajando y le hemos propuesto a los ministros Kulfas y Moroni que estas políticas queden como políticas de Estado, ya que los empresarios, cuando invertimos, lo hacemos al largo plazo”, manifestó el titular de la entidad, Marcelo Fernández. "El problema es que no se generó un mecanismo de diálogo para pautar plazos en que deberían cumplirse los objetivos planteados", explicó a este medio Bilanski.
El titular de la Unión Industrial, Miguel Acevedo, destacó "cada uno de los puntos expuestos, especialmente lo de intentar terminar con la antinomia campo-industria o trabajar tanto para las pymes como para las grandes". "Hay espacio para crecer y acá es donde tenemos que buscar los consensos y seguir adelante”, afirmó el directivo fabril de estrechos lazos con el oficialismo.
"Vemos con agrado que no se vuelva a la teoría de la competitividad que implique flexibilización y pérdida de derechos laborales”, aseguró el titular de la CGT, Héctor Daer. "La actividad alimentaria está dispuesta a tomar como propio este consejo. Celebro y felicito y vendremos a trabajar. El análisis sector por sector facilita luego el trabajo en común”, agregó el titular de la Copal, Daniel Funes de Rioja. "El hecho de que se sumen pymes y pequeños productores del agro. Cuando se hagan las mesas sectoriales va a ser importantísima esa presencia. Celebramos este espacio”, agregó el titular de la CTA, Hugo Yasky.