Tal como se preveía al inicio del mes de julio, las Pymes tuvieron serias dificultades para poder pagar el aguinaldo y apenas el 20% pudo hacerlo de manera completa. Además, la dinámica se repitió en el abono de salarios: menos del 60% de las empresas depositó el sueldo de forma total.
Por las restricciones a la actividad producto de la pandemia y la falta de financiamiento, el 50% de las pequeñas y medianas empresas no pagaron el Sueldo Anual Complementario (SAC) en julio. Así lo reveló la Asociación de Empresarios Nacionales (ENAC), que indicó que el 30% lo hizo en cuotas y un escaso 20% logró abonarlo en tiempo y forma.
Pero la misma suerte corrieron los salarios, ya que el 57,9% de las empresas pagaron la remuneración completa a sus trabajadores. En tanto, el 26,4% lo hizo parcialmente y el 15,7% directamente no pagó salarios. Del total de las compañías relevadas, el 10,7% decidió suspender parte del personal.
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Sin embargo, aquí puede trazarse un signo de leve recuperación si se compara con los registros de mayo. Es que en aquella oportunidad, el 41,5% de las empresas pudo pagar salarios sin problemas y el 30,6% lo hizo parcialmente, cifras que marcan un ascenso relevante en junio.
Desde el sector representativo de los trabajadores, desde la CTA apuntaron que el 70% de los trabajadores cobró el aguinaldo fraccionado, como así también el sueldo. En ese contexto, los trabajadores más perjudicados fueron los del transporte de pasajeros, que tienen atrasos de sueldos, aguinaldo e incremento solidario.
En diálogo con El Destape, el secretario gremial de CTA Autónoma Nacional, Rubén Ruíz, explicó: "Otra realidad tenemos los trabajadores de los rubros considerados esenciales o cuyas empresas tienen gran peso económico (luz, gas y agua, telefonía, cable e internet, bancos, laboratorios, farmacias, supermercados, trenes, alimentación, aceites y agroexportación, siderurgia, transporte de cargas)".
"Algunos gremios, inclusive, logramos cerrar paritarias: semestrales para continuar en octubre (luz, gas y agua) o anuales (aceiteros, bancarios, alimentación). Los que sí se consolidan son los despidos y la precarización laboral", apuntó Ruíz.
Para alivianar el peso de la crisis, la CTA propone una campaña nacional de desendeudamiento familiar que implique condonación de intereses de las tarjetas de créditos (8 millones de personas con deudas bancarias) y de las deudas de servicios públicos (3 millones de usuarios con deuda en uno o más de los servicios y creciendo), además de la democratización de la ayuda alimentaria.
Desde el sector pyme también coinciden con el marco de crisis que describen los trabajadores. Voces que representan a este tipo de firmas repiten el discurso: "La gente entiende está situación y no se ha generado grandes disputas porque hoy todos quieren sostener los puestos de trabajo. Ya se perdieron muchos puestos y empresas y en esta situación todos intentan sobrevivir".
Aún así, existen quienes esperan un panorama mejor tras la resolución de la negociación de la deuda, lo cual podría activar parcialmente el mercado interno en un contexto con menores restricciones.
Por lo pronto, el Gobierno ya anunció la ampliación del programa de Asistencia a la Producción y el Trabajo (ATP) para su cuarta etapa, que se ocupará de compensar los salarios de julio. Además, se incorporarán préstamos blandos para las empresas que mejoraron su facturación pero se mantiene por debajo de la inflación.
Las compañías que se dedican a actividades consideradas “críticas” percibirán el salario complementario en todo el país por hasta el equivalente a dos salarios mínimos hasta diciembre. En este caso, la asistencia involucrará tanto a las empresas de menos 800 empleados como a las más grandes.
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