Mientras interviene con los bancos, Economía minimiza la suba récord del dólar

Desde el Palacio de Hacienda salieron a remarcar tres elementos que muestran que las subas del dólar blue, el MEP y el CCL no implican el inicio de una corrida cambiaria y que no afectan al plan económico oficial.

23 de mayo, 2024 | 18.29

Pese a que Luis Caputo tuvo que salir de urgencia a pedirle a los bancos que intervengan vendiendo bonos para aumentar la oferta de dólares, el Ministerio de Economía intenta minimizar la corrida cambiaria de estos últimos días, ratificando el plan económico de escasez de pesos y sosteniendo que la suba de los paralelos y el blue es solo temporal.

La situación cambiaria volvió a escalar este jueves, luego de que el dólar blue siguiera aumentando tras su cifra récord del miércoles. En tres días, subió un total de 180 pesos tras mantenerse prácticamente sin cambios desde hace meses. Hoy, la divisa paralela tocó picos de 1.300 pesos, para cerrar finalmente a 1.280 pesos, un alza de cinco pesos respecto a ayer.

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Al mismo tiempo, el dólar MEP tuvo una leve suba este jueves, pero acumulando una suba del 15% en cuatro jornadas. El CCL, por su parte, recién rebotó a la baja hoy, aunque también tras una suba del 13,4% desde el lunes.

En este escenario, y según pudo saber El Destapeel propio ministro Caputo tuvo que pedir a bancos oficiales y financieras amigas que compren bonos con sus dólares para abastecer la oferta de divisas y frenar la corrida, mientras que los dólares "los está poniendo el Banco Central".

El Ministerio de Economía quiere llamar a la calma

Pese a ello, desde el Palacio de Hacienda el discurso apunta, por ahora, a la intención de desdramatizar la situación y ratificar el rumbo del programa macroeconómico.

En ese sentido, en el ministerio a cargo de Caputo se encargan de remarcar tres puntos que, según ellos, son evidencia de que todo sigue en su debido cauce. En primer lugar, hacen hincapié en que el Banco Central siguió comprando dólares durante estas últimas jornadas.

Se trata de un argumento relativo, ya que la entidad monetaria debió moderar significativamente su ritmo de adquisición de divisas. Tanto el miércoles como el jueves, esta fue de 59 millones de dólares, por lo que en lo que va de esta semana el promedio de compra diaria fue de 108 millones de dólares. La semana pasada, esa cifra promedio había sido de 150 millones de dólares diarios.

En segundo lugar, desde Economía remarcan que sigue habiendo equilibrio fiscal, ya que, después del resultado positivo de abril, volverá a haber superávit fiscal en mayo, tal como adelantó Caputo esta misma semana durante su exposición en el IAEF.

Y, atado a ello, en tercer lugar destacan que sigue habiendo "escasez de pesos". De hecho, la base monetaria creció, entre diciembre y fines de mayo, un 54%, contra una inflación que acumuló el 106% solo entre diciembre y abril. En otras palabras, lo que señalan es que no es necesario darle a la "maquinita" para financiar ningún déficit fiscal, por lo que no hay un exceso de dinero circulante que pueda volcarse masivamente a la compra de dólares.

Así, lo que entienden en el Palacio de Hacienda es que estos movimientos de los dólares blue y financieros son meramente pasajeros y que no hay razón para que las jornadas de esta semana sean el comienzo de una corrida que obligue a realizar grandes modificaciones en el plan económico de Javier Milei.

Lo cierto es que el peligro para el Gobierno es que la suba de los dólares se alargue en el tiempo y se traslade a precios, cortando con el sendero de baja inflacionaria que Milei destaca como hito fundamental de estos meses. Algo que podría extremarse si aumentara la brecha con el dólar oficial y Caputo se viera obligado, ahora sí, a implementar formalmente un nuevo salto devaluatorio.

Si no hay devaluación, la incógnita es si con el aumento de la brecha el campo seguirá liquidando a buen ritmo gracias al dólar blend o si, al contrario, volverá a retener cosecha, complicando el ingreso de divisas y postergando todavía más la salida del cepo. 

Caputo lo sabe y por eso la calma discursiva que transmiten en el Palacio de Hacienda no se condice con la urgencia con la que el  propio ministro debió dejar de lado la ideología mileísta de autorregulación de los mercados y salir a pedirle a los bancos amigos que intervengan para calmar las aguas.