El comportamiento de Latam Airlines no es nuevo y ya demostró el destrato hacia sus trabajadores en plena pandemia mundial. En plena cuarentena, durante mayo, la aerolínea chileno-brasileña anunció el despido de 1.400 empleados de sus filiales en Chile, Colombia, Ecuador y Perú.
"Pese a todos los esfuerzos que hemos hecho por cuidar los empleos, nos vemos obligados a tomar esta difícil decisión", había afirmado el director ejecutivo, Roberto Alvo, en un comunicado difundido por la empresa. "Los impactos de la covid-19 son profundos y resulta inevitable reducir el tamaño del grupo Latam para proteger su sostenibilidad en el mediano plazo", había agregado.
Ya en abril, la aerolínea había anunciado una disminución del 95% de sus operaciones, con la cancelación de todos sus vuelos internacionales. Antes de la emisión del comunicado, circuló en medios locales un video corporativo en el que Alvo anunciaba la decisión a los 43.000 trabajadores de la compañía.
"Lamentablemente, hemos llegado a la conclusión de que no tenemos ninguna otra opción que empezar a achicar el grupo y eso significa, entre otras cosas, que vamos a tener que dejar ir a algunas de las personas que trabajan con nosotros", dijo el directivo en esa grabación.