Con una crisis económica que golpea a los sectores más vulnerables, la llegada de las cuotas por tarjetas refinanciadas en el marco de la pandemia no parecen muy oportunas. Un informe privado alertó por los montos a pagar por los clientes y se generaron confusiones en torno a una disposición del Banco Central (BCRA), que regula esta situación.
Allá por abril, cuando recién comenzaba el aislamiento obligatorio, la autoridad monetaria que dirige Miguel Pesce anunció que las entidades financieras deberían refinanciar los saldos impagos de tarjetas con tres meses de gracia, nueve cuotas mensuales iguales y consecutivas, y una Tasa Nominal Anual (TNA) del 43%. La fijación de ese parámetro implicó una reducción importante respecto de los niveles anteriores (en marzo estaba en 55%).
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Cuatro meses después, las cuotas comenzaron a pagarse en agosto a un valor de 147 pesos por cada 1.000 pesos refinanciados. Esos saldos podían ser precancelados total o parcialmente en cualquier momento y sin costo –excepto el interés compensatorio devengado hasta la precancelación– cuando el cliente lo hubiera requerido.
Según un informe del Centro de Economía Regional Y Experimental (CERX), cerca de 2,5 millones hogares entraron en ese esquema. Además, subrayó que se registraron divergencias en los costos de cada cuota: "Mucha gente que entró pensó que pagaría $ 147 cada $ 1.000 de cuota. Pero llegaron más de $ 400 por cada $ 1000 de cuota. Es que la cuenta es más compleja: porque los $147, además de no incluir IVA sobre intereses, se cobran sobre cada $1.000 de la deuda inicial total, no sobre la deuda que va quedando".
En términos prácticos, para cada cuota hay que calcular $ 147 más IVA sobre intereses de la deuda total (eso da $ 158,8). Por ejemplo, para estimar la cuota sobre una deuda de $ 41.000, se pagan, incluyendo IVA, $ 148,8 x $ 41.000 / $ 1000 = $ 6514. Y esta cifra supone que el banco en cuestión no agregue otros costos mas que la TNA. Aquí yace la confusión principal.
Según apuntaron desde el Central, lo único que puede regular la autoridad es la TNA, pero las variables particulares que ofrece cada entidad en términos crediticios están fuera de su alcance. Sobre este punto es muy importante recalcar la diferencia entre la Tasa Nominal Anual y el Costo Financiero Total (CFT).
¿Cuál es la diferencia?
Al igual que sucede con la toma de un préstamo, la tasa de interés anual que aparece en el financiamiento de las tarjetas de crédito constituye una parte de lo que hay que devolverle a la entidad emisora. Lo que tiene ver el cliente es el CFT. Este concepto integra, además de la tasa de interés, todos los gastos en los que se incurre cuando se toma cualquier tipo de deuda, que van desde impuestos hasta seguros, costos administrativos y otros recargos.
Es decir, lo que el consumidor termina pagando por una deuda de la tarjeta de crédito será lo que indique el CFT (se expresa en términos anuales, al igual que la tasa de interés básica).
¿De qué se compone el CFT?
- La tasa de interés básica (TNA): determina la cuota pura.
- Gastos de Otorgamiento: un monto que puede ser fijo o un porcentaje sobre el total del crédito.
- Gastos de Administración: suele aplicarse mensualmente con el cobro de la cuota.
- Seguro de Vida: se establece mes a mes sobre el saldo de la deuda, por lo que su valor tiende a ser decreciente.
- IVA: como consumidor final, se abona este impuesto sobre los intereses de cada mes.
- Cancelación Anticipada: en caso de permitirse esta opción, se aplica este recargo por única vez al momento de concretar el pago.
- Productos Adicionales: a veces una entidad obliga al cliente a contratar otros productos/servicios al acceder a financiar su deuda.