En una medida que se interpreta como un signo de recuperación de la economía, la recaudación aumentó un 43,7% en relación con el mismo mes del año pasado. La dinámica de los ingresos tributarios registró así su primer incremento en términos reales de 2020.
Según las estadísticas de AFIP, entre los tributos que marcaron una mejora interanual se destacaron el Impuesto a las Ganancias, los Derechos de Exportación, el Impuesto sobre los Bienes Personales y los recursos vinculados con el Sistema de Seguridad Social. Todos estos conceptos marcaron durante septiembre incrementos superiores al 40% frente al mismo período del año pasado.
Por su parte, la caída en el nivel de actividad y las distintas medidas de política tributaria tendientes a aliviar la situación de los contribuyentes "siguen siendo elementos relevantes para explicar el desempeño de los impuestos vinculados al mercado interno".
En tanto, el Impuesto al Valor Agregado (IVA) marcó en septiembre un incremento del 22,8% en relación con el mismo mes del año pasado. El comunicado oficial subrayó: "Aunque expresa una caída en términos reales, el dato muestra la persistente desaceleración en el ritmo de contracción real de los ingresos por este concepto con relación a los registros observados desde que inició la pandemia del COVID-19".
Confianza en el futuro
Días atrás, el ministro de Economía, Martín Guzmán, había sostenido: “La realidad es dura en todo el mundo y es dura para la Argentina, pero los datos que venimos observando en el tercer trimestre del año dan indicios de que son alentadores". Al mismo tiempo, había remarcado: "Por ejemplo, en septiembre, luego de mucho tiempo, la variación interanual de la recaudación tributaria en términos reales no está siendo negativa".
Al encabezar la segunda reunión del Consejo Federal de Responsabilidad Fiscal junto con sus pares de todas las provincias del país, el ministro aseguró que "lo que Argentina necesita es, colectivamente, abordar la tarea de estabilizar y tranquilizar la economía". Y analizó: "Necesitamos tener una sociedad que debata sobre la base de la seriedad y de forma civilizada. La grieta cuesta. Tiene un costo económico y social, genera niveles de ansiedad y falta de confianza que nos dañan a todos".