La carne como símbolo de la crisis: el consumo es el más bajo en 30 años

La producción mejoró levemente, la exportación se mantuvo relativamente estable y los precios aumentaron muy por debajo de la inflación. Sin embargo, el consumo sigue cayendo y la faena en este primer cuatrimestre cayó 17,5% con respecto al mismo período de 2023.

16 de mayo, 2024 | 13.38

En abril la actividad de la industria frigorífica vacuna registró una leve mejora con relación a marzo, mientras que el ritmo de aumento del nivel general de precios al consumidor continuó desacelerándose. Pese a ello, el consumo interno volvió a caer y se mantuvo en sus mínimos en tres décadas. “El consumo aparente de carne vacuna habría sido equivalente a 663,4 mil toneladas en el cuatrimestre enero-abril y se habría ubicado 17,5 por ciento por debajo del registrado en igual lapso del año pasado (con una caída de 141,1 mil toneladas). Nuevamente, habría sido el registro más bajo de las últimas tres décadas”, señaló el informe de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA).

Los precios de los distintos cortes de carne vacuna han registrado una variación del 4,5 por ciento en abril con respecto al mes anterior. La variación interanual se ubica en un 279,1 por ciento, por debajo de la inflación general, según el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA). En los puntos de venta que atienden en barrios de nivel socioeconómico alto los precios de la carne vacuna tuvieron una variación del 3,6 por ciento. En los que comercializan en el nivel socioeconómico medio, un 4,6 por ciento; mientras que en aquellos que atienden al nivel socioeconómico bajo los precios aumentaron un 4,8 por ciento.

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Con respecto a las diferentes categorías de hacienda, la carne de novillito mostró variaciones en sus precios del 4 por ciento, la carne de novillo 4,2 por ciento, la carne de vaquillona y ternera 6,5 por ciento frente a los precios de marzo. En promedio, los aumentos se mantienen contenidos si se lo compara con el nivel general u otros productos alimenticios. Sin embargo, los sacudones previos que habían dado la carne vacuna y la licuación de salarios explica la menor ingesta.

En el cuatrimestre enero-abril, la industria frigorífica vacuna argentina faenó 988 mil toneladas de carne. Esto representó una baja de 7,7 por ciento interanual, que se tradujo en una retracción de 82,4 mil toneladas. La caída interanual se explicó por la liquidación de vientres que forzó la intensísima sequía registrada en ‘21-’23, lo que se tradujo en un menor número de vientres a preñar. A ello se agregó el impacto negativo de la falta de agua y alimento sobre los índices de preñez/parición, lo que provocó una menor zafra de terneros durante el corriente año.

En el cuatrimestre enero-abril de 2024 operaron 353 establecimientos que faenaron un total de 4,34 millones de cabezas de hacienda vacuna. En términos interanuales la faena disminuyó 8,1 por ciento (-9,1 por ciento si se corrigen los datos por el número de días laborables), es decir que resultó menor en 382,5 mil cabezas. “Entre los últimos 45 años, el primer cuatrimestre de 2024 se ubicó en el puesto Nº 18”, destacó el informe de CICCRA.

“Asumiendo que la cantidad exportada de carne vacuna se mantuvo estable, en torno a las 80 mil toneladas mensuales, en los primeros cuatro meses de 2024 el total exportado habría ascendido a 324,5 mil toneladas y habría superado en 22,1 por ciento al total certificado en igual período de 2023”, señaló CICCRA. Estos números dan cuenta de que la mayor parte de la producción está teniendo como destino el mercado externo.

Con estos guarismos, el consumo aparente de carne vacuna por habitante habría sido equivalente a 42,4 kilos por año en el primer cuatrimestre de 2024, resultando 18,5 por ciento menor al registrado en igual lapso de 2023. Por su parte, el promedio móvil de los últimos doce meses se habría ubicado en 49,3 kilos por habitante por año en abril pasado, arrojando una contracción de 6,2 por ciento anual.