Inflación: una familia necesitó en junio más de $ 111.000 para no ser pobre

El último informe del Indec reveló que la canasta básica total tuvo una variación superior al 64% en un año. Para no caer en la indigencia se necesitó $ 49.466 ese mes.

18 de agosto, 2022 | 16.27

Una familia de cuatro personas necesitó en junio 111.298 pesos para no ser pobre, según reveló el último informe del Indec. En comparación a los números de junio, el mes pasado la canasta básica alimentaria subió un 6,3 por ciento, mientras que la total escaló un 6,8 por ciento. Para no caer en la indigencia fueron necesarios 49.466 pesos.

En términos interanuales, la total acumuló una suba del 64,7 por ciento, la cual delimita el umbral de la pobreza. Mientras tanto, la alimentaria registró una suba de 70,6 por ciento, que marca el parámetro por el que se indica si un grupo familiar es indigente.  

Con la escalada del costo de la canasta básica alimentaria, una familia tipo compuesta por dos adultos y dos menores necesitó percibir 49.466 pesos para no caer en la indigencia. Por otra parte, el costo de la canasta básica total, que además de alimentos reúne indumentaria y transporte, el mismo grupo familiar necesitó contar con ingresos por 111.298 pesos para no caer debajo de la línea de pobreza.

Por qué se dispararon los precios en julio

Desde la óptica del Centro de Economía Política (CEPA), la renuncia del exministro Martín Guzmán "fue aprovechada por sectores formadores de precios para remarcaciones significativas y arbitrarias que pretendieron justificarse en problemas de cobertura por las restricciones impuestas sobre el acceso a dólares para importaciones". Desde el 4 de julio, "las grandes empresas enviaron listas de precios actualizadas y redujeron o limitaron entregas, amenazando con desabastecer", apuntó el informe.

El “efecto guerra”, que había tenido mucha importancia en los meses previos mostró un comportamiento inverso. Si se toma como referencia los datos publicados por FAO, en junio "se había empalmado al ciento por ciento el impacto de incrementos de precios internacionales sobre los productos alimenticios en la Argentina", subrayó el informe.

En julio, en cambio, los precios internacionales mostraron una retracción de 4% pero los precios locales aumentaron 6% (y 7% los que incluyen insumos de los principales cultivos exportables). De hecho, los precios de la carne vacuna moderaron su incremento y esto favoreció a que los precios de alimentos no mostraran un incremento aún mayor.