La encuesta que llegó del Conurbano y Milei no quiere mirar: despidos, tarifazos, uso de ahorros para vivir y "tarjeteo" de gastos

En la zona más poblada del país se profundizaron las problemáticas sociales al punto de llegar a un consenso casi absoluto sobre lo insoportable que es vivir bajo la recesión que impulsa el gobierno de Javier Milei.

22 de octubre, 2024 | 00.05

Un estudio privado reveló una encuesta demoledora sobre el impacto que tiene la crisis económica en el conurbano bonaerense. Los despidos ya ejecutados, el miedo de perderlo, la caída del poder adquisitivo, el pago de alimentos con tarjetas, los pedidos de préstamos y uso de ahorros para transitar los gastos corrientes son algunas de las consignas que ilustran la cara más dura de la recesión en la región más poblada del país.

El Centro de Estudios por la Soberanía Popular Mariano Moreno elaboró una encuesta basada en zonas del Área Metropolitana de Buenos Aires, La Plata y Gran La Plata. Los resultados arrojaron que ocho de cada 10 personas conoció a alguien que fue despedido, casi ocho de cada 10 dice sufrir el impacto de los tarifazos en transporte y la misma ecuación se dio respecto al uso de ahorros para solventar gasto mensuales.

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Desempleo, "tarjetazo" y salto de molinetes

En los trabajadores formales, el 65,6% dijo que teme ser echado. En este contexto laboral, el 63,4% dijo que vio modificarse el "clima laboral" y el 44,15% dijo que en su trabajo hay despidos. Además, el 80,75% reconoció que conoce a alguien que perdió el trabajo en 2024.

Sobre la situación de los trabajadores autónomos, comerciantes y emprendedores -un sujeto político focalizado por La Libertad Avanza en la campaña 2023- el estudio preguntó si consideran tener más o menos trabajo que en comparación a 2023 y el 85,82% dijo que menos. En relación al poder adquisitivo, el 86,8% dijo que este año es inferior al de 2023.

En cuanto al impacto de los aumentos en trenes, subte y colectivos, el 77,8% afirmó que el tarifazo lo "afecta mucho". En sectores populares, la cifra asciende al 84,75% y en sectores medios se reduce al 60,51%. "¿En estos últimos tiempos viste personas evitando pagar los pasajes saltando molinetes o de alguna otra manera?", preguntó la encuesta. El 81,56% dijo que si. 

Otro de los interrogantes planteados fue si en los últimos meses, los encuestados dieron de baja o modificaron el plan de algún servicio o prestación por no poder pagarla. El 74,68% respondió que si. En los sectores medios, las plataformas de entretenimiento fueron la variable de ajuste principal (40,35%), mientras que en el segmento popular fue el servicio de internet (37,2%).

En esta misma línea, el 26,06% sostuvo que debió abonar servicios o impuestos con tarjeta de crédito. Además, el 38,24% dijo haber comprado "alimentos u otros bienes primarios" con tarjeta de crédito o en cuotas. A su vez, el 77,15% dijo haber utilizado ahorros para solventar gasto mensuales, mientras que el 57,66% tuvo que pedir préstamos, adelantos o créditos para soportar los gastos cotidianos.

Por último, el informe preguntó en qué gastarían las personas en el caso hipotético de que los ingresos aumentaran. En los sectores populares, el 50,13% dijo que lo usarían en comprar alimentos.

La comida como variable del ajuste

Cuando los economistas hablan del concepto de “elasticidad” se refieren a un concepto en principio numérico, pero que tiene repercusión real en las compras que realizamos los agentes económicos ante cambios en variables como precios e ingresos. Existen productos donde pequeños cambios en los precios originan grandes cambios en el consumo. A ellos se les denomina “bienes elásticos”. Por otra parte, hay bienes en los que grandes cambios en precios no cambian significativamente la demanda. Éstos se denominan “bienes inelásticos”, por su condición de esencial para el desarrollo de la vida cotidiana.

Para muchos la respuesta sería que al ser bienes de primera necesidad, los cambios en el precio de alimentos no van a implicar cambios significativos en el consumo. Sin embargo, la híper recesión promovida por el gobierno de Javier Milei hace colisión con esta regla. Las personas compran menos comida.

Según el relevamiento mensual del Instituto de Investigación Social Económica y Política Ciudadana (Isepci) en comercios de cercanía de veinte distritos del conurbano bonaerense, la variación de los precios tuvo una baja del 3,2% en septiembre respecto al mes anterior. Los precios de las frutas y verduras en septiembre bajaron 6,06% ; los productos de almacén -3,23% y las carnes -1,25%. Desde septiembre de 2023, los precios en el almacén subieron 186,95%, las frutas y verduras 200,31%, y las carnes 149,53%. 

La deflación celebrada por Milei proviene, justamente, de la anomia de ingresos en sectores populares. El consumo masivo se derrumbó más de un 20% en septiembre a nivel nacional, de acuerdo a un informe de la consultora Scentia. Uno de los datos más preocupantes que arrojó el documento es que el rubro alimentación fue uno de los sectores más golpeados y donde las ventas más se resintieron.

El informe conjuga el relevamiento sobre grandes supermercados y autoservicios independientes. La medición interanual entre ambos segmentos marcó un desplome del 22,3% a nivel nacional, del 14,1% en el Área Metropolitana de Buenos Aires y del 27,3% en el resto de las provincias. En lo que va del año, la caída del consumo total a nivel nacional acumula una reducción del 11,9%.

Por categoría, el rubro alimentación se derrumbó 19,6%, bebidas con alcohol un 25,1%, bebidas sin alcohol 26,7%, desayuno y merienda 21%, higiene y cosmética 24,1%, limpieza de ropa y hogar un 16% y los perecederos 16,8%. La consultora tomó como referencia a 7.000 puntos de venta en todo el país.