Con la desaceleración de la inflación producto de la depresión económica, el Gobierno encontró una forma de celebrar incrementos salariales en el sector privado formal que supuestamente superaban a las variaciones del costo de vida. Esa mini racha parece haber llegado a su fin por la imposibilidad de perforar el piso inflacionario del 4% y por la dificultad que exhiben los sindicatos para lograr aumentos que incluso superen la inflación actual.
De acuerdo a las cifras acordadas por varios sindicatos y que relevó el investigador del Instituto de Estudios y Formación de la CTA Luis Campos, los aumentos previstos para agosto se distribuyen de la siguiente manera:
- Entidades civiles y deportivas: 5,4%
- Sanidad: 4,5%
- Camioneros: 4,5%
- Cuero: 4,2%
- Casas particulares: 4%
- Carga y descarga: 3,8%
- Comercio: 3,7%
- Metalúrgicos: 3,5%
- Gráficos: 3,5%
- Alimentación: 3,4%
- Textiles: 3%
- SINEP: 3%
- Estaciones de servicio: 2,8%
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El promedio de estos acuerdos es menor al 4% que no logra romper el Palacio de Hacienda con los promedios de inflación de cada mes. Los principales bancos y consultoras nacionales e internacionales renovaron esta semana sus previsiones sobre el valor en el que terminará el año el dólar y la cifra que alcanzará la inflación al final de 2024, en un relevamiento elaborado por FocusEconomics.
En cuanto a la inflación, el relevamiento planteó que al final del año se ubicará en torno al 234,2% promedio anual, por encima del 211,4% de 2023. De esta manera, advierten que al Índice de Precios al Consumidor (IPC) le costará perforar el 4% antes de que termine el actual calendario.
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El mismo sondeo privado detectó que una devaluación es esperada por bancos internacionales. El reporte prevé que el tipo de cambio oficial trepe 32,5% hasta fin de año, cuando tocaría los $ 1.233, cifra que supera las expectativas oficiales. Uno de los economistas preferidos del presidente Javier Milei, Ricardo Arriazu, advirtió el último miércoles que si el Gobierno devalúa, como sugieren algunos especialistas, "vuela todo por los aires".
"La mayoría de los economistas cree que hay que devaluar, yo creo que no. Si devaluamos explota todo por los aires, se acabó (Javier) Milei, se acabó todo", alertó. El influyente economista habló en un almuerzo del Rotary Club Argentino, que se realizó en un hotel céntrico. De esto se desprende un dilema que puede victimizar aún más los salarios, en el caso de que vuelvan a situarse como protagonistas del ancla inflacionaria.
El dato oculto que desafía la recuperación de los salarios
Economistas heterodoxos coinciden en la idea de que un eventual proceso de recuperación salarial por inercia amenaza la curva descendente de la inflación. Por eso, en los últimos días empezó a tomar fuerza la idea de que la Secretaría de Trabajo dejaría de homologar acuerdos salariales que superen subas mensuales del 2% a partir de octubre. Aún así, cabe poner la lupa sobre la supuesta recuperación registrada en el último trimestre.
Aunque los salarios lograron ganarle a la inflación en junio, la celebración del Gobierno por los datos que difundió el Indec esconden el desplome de los sueldos de los trabajadores informales. Aunque es cierto que las remuneraciones superaron al índice de precios al consumidor en el sexto mes del año, la cifra que festejó el Ministerio de Economía no es exacta.
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"En junio de 2024, el índice de salarios relevado por el INDEC subió un 6,2% respecto a mayo, con una inflación para el mes del 4,6%. De esta manera, se registran tres meses seguidos con un aumento de salarios por encima de la inflación", destacó un posteo de la cuenta oficial de Ministerio de Economía en la red social X. El número corresponde a un promedio obtenido por la conjugación de lo sucedido con los salarios del sector privado registrado, del sector privado no registrado y del sector público.
El crecimiento mensual de los salarios de 6,2% se explicó por una suba de 6,7% en el sector privado registrado, 3,9% en el sector público y 9,2% en el sector privado no registrado. En el acumulado del año, el Índice de salarios arrojó una suba de 84,3% respecto, explicado por un alza de 93,6% en el sector privado registrado, 73,3% en el sector público y 69,8% en el sector privado no registrado. De acuerdo a los valores informados por el organismo oficial, los salarios llevan la delantera en relación a la inflación por 4,5 puntos porcentuales.
Con este guarismo, el nivel general de los salarios registrados por el Indec le ganó a la inflación por 1,6 puntos porcentuales en junio y por casi cinco puntos porcentuales en el acumulado del año. Pero en la comparación interanual, siguen quedando muy por detrás de la variación general de precios.
Sin embargo, la nota metodológica publicada en el propio informe del organismo estadístico especifica que "en virtud del procedimiento de cálculo para la estimación del componente sector privado no registrado del índice de salarios, el índice mensual construido a partir de la EPH tiene un rezago de cinco meses, que surge de trabajar con los promedios trimestrales móviles de las medias geométricas de los ingresos horarios de los asalariados no registrados". La ponderación del sector privado no registrado en el índice agregado es del 20%, correspondiendo a la participación de la masa salarial total de los asalariados del sector privado no registrado ("en negro"), en el total de salarios. La fuente de información para este sector es la Encuesta Permanente de Hogares.
Esto quiere decir que la suba publicada en junio para los informales (9,2%) debería compararse con la inflación difundida cinco meses antes. Durante enero, la inflación fue del 20,6%, por lo que los trabajadores no registrados perdieron 11,4 puntos porcentuales en ese período.
De 20 millones de trabajadores, 52% son informales o monotributistas; 31% asalariados privados registrados y 17% estatales. La lupa sobre el segmento más importante revela que 46% de ese 52 están en negro o son cuentapropistas no profesionales. Es decir, están ocupados en empleos de baja productividad. Los datos corresponden a la Encuesta Permanente de Hogares.
Así las cosas, si la virtual recuperación de los sueldos fuera cierta, la desaceleración de los montos de aumento que cierran los sindicatos y el eventual tope que pretenden imponer en Trabajo le pondrán freno a esta escalada. En el mediano plazo, no se esperan aumentos sostenidos del empleo y los salarios si la economía no revierte su estancamiento secular. El PBI per cápita hoy está un 10% debajo de 2011. Sin producción, no hay margen para mejoras en el empleo y los salarios.