El consumo interno de carne se estanca, pero la Mesa de Enlace quiere exportar más

Un informe privado sostuvo que los valores que pagan los consumidores se redujeron en el último mes a pesar del espiral inflacionario récord. Sin embargo, la depresión de los salarios genera que el nivel de compras sigan en los peores registros históricos. Mientras tanto, se disparan las exportaciones y el agro presiona a Sergio Massa.

20 de agosto, 2022 | 00.07

Mientras los niveles de consumo de carne de la población se encuentran en los niveles más bajos de la historia, los jerarcas de la Mesa de Enlace presionan al Gobierno para abrir aún más el grifo de exportaciones. A pesar de que la comercialización al exterior en el primer semestre se ubicó en los parámetros más altos desde 1996, al sector agropecuario no parece alcanzarle. Mientras tanto, los precios en las carnicerías resultan inaccesibles para los sectores populares. 

De acuerdo al último informe de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (Ciccra), en julio, el promedio de consumo de carne vacuna por habitante fue equivalente a 46,9 kg/año, cifra que resultó 0,3% inferior al de doce meses atrás y 9,1% menor al de julio de 2019. Si se compara el consumo actual con el de 2009, el más alto de los últimos 18 años, la reducción fue del 32%. 

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Estos son los peores números históricos. Al revisar la comparación del primer semestre con los mismos periodos desde 1996, la importancia del consumo interno sobre la producción total fue del 71,3% en 2022, el más bajo en 26 años. En paralelo a la difusión de estos números, los representantes de la Mesa de Enlace se reunieron esta semana con funcionarios del Gobierno y entre los temas abordados se destacó la petición de una mayor apertura de exportación de carne vacuna.

A pesar de la baja de julio, el consumo sigue estancado por los precios inaccesibles

En línea con valores más estables de la hacienda y una demanda menos dinámica, en julio precio promedio del kilo de asado descendió 0,5% con relación a junio, llegando en el caso del cuadril y la nalga a -0,9% y -0,3% mensual, respectivamente. En tanto, la carne picada común registró un alza de 1,2% mensual en su precio y el valor de la paleta hizo lo propio en 0,6%.

En cambio, el precio de la caja de hamburguesas congeladas siguió siendo el de mayor incremento, con una variación mensual de 6,2% en el último mes (luego de tres meses consecutivos con subas de dos dígitos mensuales). Y el precio del pollo entero se incrementó 3,1% mensual, también superando a las variaciones de los cortes vacunos.

Entre julio de 2021 y mismo mes de 2022, los cortes cárnicos aumentaron menos que el nivel general y bastante menos que la caja de hamburguesas congeladas. El precio del kilo de asado subió 58,4%, el de la carne picada aumentó 61,7%, el de la paleta, 56,6%, el del cuadril, 58,7%, y el de la nalga, 61,9%. En lo que respecta al precio del pollo, el aumento llegó a 89,8% interanual.

Cuando se contrastan los valores actuales con los vigentes en febrero de 2020, último mes completo precuarentena, el valor promedio de los cortes vacunos que mide el Indec subió 3,4 veces. En tanto, con el salto de julio, ahora el nivel general del IPC pasó acumular un aumento mayor al de los cortes vacunos (3,7 veces).

Al desagregar corte por corte, el precio de la paleta fue el más aumentó (+248,8%), seguida por el de la nalga (+241,9%), el del asado (+239,7%) y el del cuadril (233,9%). La carne picada común registró una suba de 231,9% en el período analizado, y la caja de hamburguesas congeladas un aumento de 163,6%. En el caso del pollo entero, su valor se ajustó 238,9%.

La carne argentina se come en el exterior y no en el país

Al considerar el primer semestre de 2022, el volumen exportado de carne vacuna se ubicó 0,5% por encima del registrado en enero-junio de 2021 (+1,3 mil tn). Por estas ventas, ingresaron 1.766 millones de dólares, es decir 40,3% más que en el primer semestre del año pasado. Casi todo el crecimiento de los ingresos se explicó por la suba del precio promedio declarado, que pasó de 4.217 dólares por tn en la primera mitad de 2021 a 5.892 dólares en 2022 (+39,7% anual).

Cuando se coloca el registro de junio de 2022 en la perspectiva histórica, fue el más elevado de los últimos veintisiete junios. Por su parte, el precio promedio declarado subió 38,7% en los últimos doce meses, ubicándose en 5.158 dólares por tn en el sexto mes del año. Al combinar más volumen y más precio, la facturación subió 127,5% interanual y totalizó 238,3 millones de dólares.

Las exportaciones a China sumaron 229,8 mil tn de carne vacuna en el primer semestre del año y lideraron el mercado. Su participación en el total descendió levemente, hasta ubicarse en 76,7% (-0,5 puntos porcentuales). El precio promedio de las ventas al gigante asiático llegó a 5.006 dólares por tn, lo que significó un aumento de 44,8% interanual.

En cuanto a la producción, la industria frigorífica vacuna faenó un total de 1,1 millones de cabezas en julio y mostró una recuperación de 4,9% interanual. En la perspectiva histórica, la faena de hacienda vacuna de julio de 2022 fue similar al promedio de los últimos cuarenta y tres julios (quedando apenas -0,4% por debajo de este guarismo).

Entre julio de 2021 y julio de este año, la producción subió 6,1%, traccionada por un mayor número de cabezas sacrificadas como por el mayor peso promedio en gancho. Entre los últimos 33 julios, la producción de julio de 2022 ocupó el puesto 8.

Al considerar el período enero-julio de 2022, la producción de carne vacuna totalizó 1,758 millones de tn, superando en 3,8% el total de los primeros siete meses de 2021. Fue el sexto nivel de producción más alto de los últimos treinta y tres años.

Exportaciones y el caso de China

La consolidación del modelo exportador de la carne fue uno de los detonantes de la suba de precios durante la pandemia y se prolonga en el tiempo. Durante la gestión macrista, el mercado cárnico asumió un fuerte sesgo exportador impulsado por la baja de derechos de exportación, la suba del dólar en casi 500% y la liberación total de las ventas al exterior.

Entre 2015 y 2019, la producción y faena se incrementó un 13,6%, con una caída en el consumo interno del -9,7% y una casi triplicación de las exportaciones. Pero esta tendencia en el mercado se acentuó durante el primer año de gestión del actual Gobierno. El consumo continuó descendiendo en un -0,5% respecto del año anterior y las ventas externas subieron un 8%.

Según el mercado Rosgan, en 2010 las exportaciones de carne vacuna -sin incluir menudencias y desperdicios- se ubicaron en las 160.000 toneladas peso producto. El 2020 acaba de cerrar con una cifra récord de 616.000 toneladas peso producto, lo que equivale a un incremento del 285%.

Hace apenas 10 años, China sólo participaba con un 11% de las ventas totales, mientras que ahora significa el 75 %. Según estimaciones del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, el gigante asiático pasó de comprar unas 17,5 mil toneladas anuales a más de 462 mil toneladas en el último año. Esto supone un crecimiento claramente exponencial del 2544% en diez años. 

Esta dinámica fue en parte alentada por nuestro país. En 2019, la Secretaría de Agroindustria informó que las autoridades de Beijing habilitaron la exportación argentina de carne enfriada y con hueso. Se firmaron los protocolos de carne bovina para la inclusión de carne enfriada con y sin hueso y congelada con hueso, que se sumaron a la carne congelada deshuesada que ya se exportaba.

Pero no hubo grandes modificaciones respecto a este paradigma con el cambio de signo político. A principios de mayo, el exministro de Agricultura Julián Domínguez inauguró el Plan Ganadero Nacional -Plan GanAr- y ofreció declaraciones contundentes: “Vamos a exportar todo lo que nuestra capacidad productiva nos permita, pero para poder exportar más, hay que aumentar volumen y mejorar productividad. Se vende todo lo que Argentina puede vender, no podemos vender vacas en edad reproductiva, sería un suicidio”.

"Se dispuso que el que no contribuya con el mercado interno, no exporta, porque tenemos una visión humanista. Por supuesto que queremos aprovechar el contexto internacional, pero no somos liberales que lo hacemos a expensas del hambre de la gente”, aclaró Domínguez. En ese mismo pasaje de su exposición, también cuestionó a los frigoríficos exportadores, al considerar que las críticas hacia las restricciones al comercio exterior en el mercado de la carne vacuna son un “argumento que usan para bajarles el precio a los productores”.