El consumo en los grandes supermercados se mantuvo estancado durante agosto respecto a julio, mientras que en la comparación interanual profundizó su caída. Así, se confirma que todavía no hay rebote en este plano a casi nueve meses del inicio del gobierno de Javier Milei.
Concretamente, el mes pasado el consumo en supermercados se desplomó entre un 18 y un 20% respecto a igual mes de 2023, según pudo saber El Destape de fuentes del sector. De este modo, se confirmaron las cifras provisorias que había adelantado este portal hace dos semanas.
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Se trata de un índice preocupante no solo por el pésimo dato objetivo, una baja de dos cifras que en definitiva viene repitiéndose en los últimos meses, sino también porque implicó una caída interanual mayor que la que se había visto en julio. En efecto, ese mes la baja interanual en los grandes supermercados había sido del 16,6%, según la consultoria Scentia, con lo cual la baja de agosto fue entre 2 y 3,5 puntos mayor, aproximadamente.
Con todo, la baja mayor de agosto en el plano interanual puede deberse a una dinamización de las ventas en agosto del año pasado, a partir de la devaluación implementada por el entonces ministro de Economía, Sergio Massa, tras las elecciones PASO, que llevó a la gente a gastar más previendo una escalada inmediata de los precios. De hecho, en agosto de 2023 las ventas en los grandes supermercados aumentaron un 2,7% intermensual, según reveló el Indec en ese momento.
Así, la comparación intermensual muestra, en verdad, un virtual estancamiento del consumo en las grandes cadenas, ya que en agosto las ventas se ubicaron en un rango que va desde un 0% a como mucho un 1% más que en julio, según adelantaron a El Destape desde una consultora que realiza este tipo de análisis, pero que prefirió aportar el dato en off por tratarse de una medición provisoria. En cualquier caso, lo evidente es que en agosto no existió el escenario de reactivación del consumo masivo que el gobierno de Milei y Luis Caputo espera y pregona.
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El punto positivo es que se trata de una interrupción de la caída intermensual que se venía registrando en los meses previos. En julio, concretamente, las ventas en las grandes cadenas habían bajado aproximadamente un 4% respecto a junio. La duda que queda es si agosto será un parteaguas en el que el estancamiento comience a dar paso a un crecimiento leve del consumo mes a mes, o si se retomarán las caídas.
Esto dependerá no solamente del nivel salarial, sino también de que no haya movimientos en el tipo de cambio (aunque los supermercados esperaban que la baja del impuesto PAIS tuviera un impacto solo marginal en precios) y de que no vuelva a haber un incremento importante en tarifas, que se terminan "comiendo" una mayor parte de los ingresos. Este último punto es el que, a priori, más puede complicar el panorama, debido a que el Ministerio de Economía decidió retomar las subas periódicas en el transporte público del AMBA, así como en las tarifas de luz y gas.
Lo que es indudable es que el consumo seguirá, hasta fin de año, muy por debajo de las cifras vistas en los mismos meses de 2023, ya que entre septiembre y diciembre del año pasado rigió la eliminación de Ganancias y la devolución del IVA para la canasta básica. Esto, sumado a que se mantuvo el programa de Precios Justos, llevó a un inédito aumento del consumo en grandes supermercados en detrimento de los comercios barriales, que durante 2024 volvió a su cauce histórico tradicional.