El consumo en los grandes supermercados volvieron a mostrar una caída de dos dígitos en junio respecto al año previo. Aunque, por primera vez desde febrero, no bajaron respecto al mes anterior.
La expectativa estaba puesta en cómo la fuerte desaceleración de la inflación en mayo hasta el 4,2%, tarifas pisadas mediante, impactaría en el consumo masivo posterior. Es decir, si se produciría algún efecto rebote tras la baja de las ventas de los supermercados en ese mes, un 11% interanual y un 2% respecto a abril.
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Ahora, en junio, la tendencia del consumo en grandes supermercados muestra un resultado mixto. Por un lado, el consumo volvió a caer un 11% en la medición interanual, aseguraron a El Destape fuentes del sector. Pero, al mismo tiempo, las ventas "se mantuvieron más o menos igual que en mayo", agregaron las fuentes.
Así, fue el primer mes desde febrero en el que las ventas de los supermercados no cayeron respecto al mes anterior, ya que esa vez crecieron un 0,5% respecto a enero, aunque tras un desplome del 9,5% en diciembre. Luego, bajaron un 0,2% intermensual en marzo y un 3,3% en abril, según la encuesta de supermercados del Indec, previo a la caída del 2% en mayo.
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La tendencia de las ventas minoristas en junio confirma lo que ya habían anticipado, entrado el mes, las ventas mayoristas. Es decir, "un crecimiento intermensual, pero junto a una caída entre un 10 a 15% en la comparación interanual", según señalaron en ese momento a este portal desde la Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (CADAM).
Cómo puede seguir el consumo durante el segundo semestre
De todos modos, la caída interanual del 11% en junio parece confirmar, al menos por el momento, lo que prevén analistas del sector: las ventas seguirán desplomadas en el registro interanual, con caídas del orden de los dos dígitos, durante todo el resto del 2024.
La incógnita, ahora, es si este fin de la caída del consumo intermensual podrá sostenerse durante el segundo semestre. Ello dependerá, por un lado, del nivel de recuperación del salario y las jubilaciones reales, frente al desafío de una inflación que, espera el mercado, se mantenga amesetada entre el 4 y el 5% mensual hasta fin de año.
De hecho, en junio, la suba de precios en consumo masivo volvió a acelerar para alcanzar el 4,7%, 2,2 puntos porcentuales por encima del 2,5% de mayo, según el relevamiento realizado por la consultora Focus Market.
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La otra variable importante que determinará el sostenimiento o no del consumo será la del empleo. Una suba de la desocupación, como la de dos puntos ocurrida en el primer trimestre, implicará un descenso en la masa salarial total pese a un posible aumento de los salarios reales. Por lo tanto, la clave estará en cuál de las dos, en ese caso, es la que terminará pesando más.
Por último, otra clave estará en el sendero que resuelva el Gobierno sobre las tarifas. En abril, producto del tarifazo en luz y gas de entre el 150 y el 300%, el consumo masivo cayó un estrepitoso 17% intermensual, pese a que los salarios no se deterioraron en la misma proporción. Así, la incógnita es si Milei y Caputo podrán mantener por mucho tiempo los congelamientos en los precios energéticos, en julio, o si tarde o temprano tendrán que volver a satisfacer los pedidos tanto de este sector como de las empresas del transporte y las petroleras.