El equipo de economistas bonaerenses que encabeza Roberto Feletti advirtió que la aprobación del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) "consolidaría una Argentina centrada en la producción primaria del subsuelo y generaría una ruptura del pacto fiscal federal delineado por la Constitución de 1994". Además, pusieron el foco en las inconsistencias del programa económico vigente y alertaron sobre los peligros de la inserción internacional que lleva adelante el presidente Javier Milei.
En su habitual análisis de coyuntura, el grupo de economistas de Unión por la Patria subrayó que el RIGI pretende ofrecer a las provincias con riquezas hidrocarburíferas y minerales recursos para financiar proyectos de exploración, lo que a su vez les permitiría una mayor autonomía de los fondos federales. Tal proceso "pondría en crisis el pacto fiscal acordado en 1994 por el cual las provincias de menor tamaño se integraban a la Nación a partir del aporte de la Pampa Húmeda, en particular de la provincia de Buenos Aires". El distrito bonaerense, vale recordar, contribuye al PIB nacional con el 39% del producto bruto geográfico, pero solo recibe el 22% de los recursos nacionales coparticipados.
De ese modo, el régimen promocional de las grandes inversiones contribuiría a desnacionalizar los activos argentinos -que deberían ser el vector de un programa de desarrollo inclusivo- pero además profundizaría la fragmentación de las regiones argentinas al no integrarlas a un proyecto común.
Por otro lado, el informe sostuvo que el programa de corto plazo que lleva adelante el ministro de Economía, Luis Caputo, exhibió inconsistencias en el combate a la inflación, ya que la política de reducción de tasas de interés "termina alentando las presiones devaluacionistas". Los economistas de la provincia de Buenos Aires concluyeron que la proyección de ese recorrido no permite augurar variables estables para los próximos trimestres.
En otro orden, el análisis destacó que los principales apoyos al programa de reformas estructurales provienen de los fondos de inversión internacionales acreedores de Argentina y de grupos empresarios locales con intereses en el sector energético, principalmente Panamerican Energy (Bulgheroni), Pampa Energía (Marcelo Mindlin) y TecPetrol (Techint).
"Los primeros cinco meses de Milei en el gobierno confirman su propósito de reinstalar un modelo que anule la capacidad del Estado como redistribuidor social y que instale al mercado como único asignador de recursos: así, la rentabilidad empresaria desplazará de forma definitiva a las políticas públicas", remarcó el documento.
Alianzas peligrosas
El gobierno de Milei se postuló como un "aliado sólido en el hemisferio sur del bloque occidental que encabeza Estados Unidos en el marco de la crisis de hegemonía que lo enfrenta con el espacio euroasiático integrado por China, Rusia e India. Al proponerse como aliado privilegiado de Estados Unidos, el gobierno argentino abre un frente contra el liderazgo en la región del Brasil gobernado por Luiz Inácio Lula Da Silva".
"Paradójicamente, el intento de refundar el país que encabeza Milei se produce en el marco de un escenario mundial de conflicto por la hegemonía y en el que en la mayoría de las naciones predominan las ideas de nacionalismo económico, proteccionismo comercial e intervención del Estado", analizó el informe.
Los fondos de inversión acreedores de la Argentina, uno de los principales apoyos de la administración de Milei, prevén que a partir del año 2025 el país no podrá afrontar los vencimientos de la deuda pública reestructurada. Por eso, cualquier propuesta futura de reestructuración de deuda "tendrá como contrapartida una presión de los fondos acreedores para que se les transfieran activos argentinos. Esto refuerza el peligro de la extranjerización de la economía nacional", concluyeron.