La irrupción de la pandemia del coronavirus exigió la implementación de un conjunto importante de políticas con el objetivo de mitigar los efectos económicos y laborales. Con la batería de medidas que aplicó el Frente de Todos, el balance a más de un año y medio del primer brote de COVID-19 en nuestro país es ampliamente favorable en comparación a lo que aconteció en otros países de América Latina.
Un modo de evaluar el impacto las políticas implementadas, es analizar la evolución del empleo registrado del sector privado con dos países que presentan características económicas comparables, Brasil y Chile. Sin embargo, ambos tienen modelos de relaciones laborales diferentes y no aplicaron acciones para proteger el empleo registrado de una magnitud semejante a las instrumentadas en nuestro país.
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De acuerdo a un informe al que accedió El Destape, la caída del empleo formal privado desde el inicio de la pandemia resultó mucho más profunda en Brasil y en Chile que en Argentina. Entre el inicio de la pandemia en esta latitud del continente y hasta el nivel más bajo de empleo, la contracción fue del 17% en Chile, de 14% en Brasil y de sólo 3% en Argentina.
Por otra parte, desde el momento que mostró el punto más bajo en el nivel de empleo hasta mayo de 2021, se observa una recuperación del empleo en las tres economías, aunque con distintas intensidades: es más fuerte en Chile (11%) y en Brasil (2,5%) que en Argentina (1,6%). De este modo, la tasa de crecimiento del empleo formal en los dos países considerados es mayor que la verificada en Argentina. Este comportamiento se relaciona con el hecho de que el empleo cayó mucho menos en la Argentina que en Brasil y Chile.
En definitiva, cuando se analiza todo el período afectado por la pandemia, la Argentina resulta en esta comparación el país con la menor pérdida en cantidad de empleo (1,6%), dado que la economía chilena registró 7 puntos porcentuales menos de empleo y Brasil 11 puntos menos.
Para preservar los contratos laborales, el Gobierno se basó en tres acciones fundamentales: prohibición de los despidos sin justa causa, puesta en marcha de los subsidios para que las empresas abonen las remuneraciones a través de los programas ATP y REPRO y brindar un marco institucional para que se definan acuerdos colectivos que permitan aplicar suspensiones de personal en sectores afectados por la pandemia manteniendo un piso de ingreso del 75% del salario.
Cómo evolucionó el empleo en junio
En junio, de acuerdo a la información relevada por la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL), el nivel de empleo privado registrado en empresas de más de 10 personas ocupadas se contrajo un 0,1% en relación al mes anterior. Este resultado muestra una reducción de la caída observada el mes pasado, acorde a la flexibilización verificada en junio de las medidas de aislamiento implementadas en mayo.
A diferencia de lo observado en los últimos meses, el Gran Buenos Aires mostró un mejor comportamiento que el conjunto de los aglomerados del interior del país. En el GBA se sostuvo el nivel de empleo del mes pasado, mientras que en el total del interior se observa, luego de 9 meses de expansión, el segundo mes consecutivo de caída (-0,2%).
Cabe destacar que la contracción de junio es de menor intensidad que la registrada en los meses de junio de los últimos tres años. La disminución de la caída del empleo en junio se explica por el sostenimiento de la tasa de entrada en relación al mes pasado.