Cada vez más voces alertan por el impacto desfavorable del programa económico de recesión planificada en las actividades productivas del país. Mientras datos privados muestran que en solo seis meses se perdieron alrededor de 10.000 pymes argentinas, representantes del sector en los más diversos rubros le acercaron a legisladores nacionales proyectos de ley que apuestan a proteger la inversión y producción nacional. Con cuestionamientos al Régimen de Grandes Inversiones (RIGI) aseguran que, de no mediar respuestas, la crisis por la caída de las ventas y la suba de costos podría empeorar aún más la situación de un segmento central en la generación de puestos de trabajo.
El programa económico “está destruyendo 50 pymes por día”, dijeron desde la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales para el Desarrollo Argentino (ENAC) mientras que pymes metalúrgicas anticiparon que la actividad registró una caída interanual del 17,6% y piden “nivelar la cancha” a través de “un régimen de incentivos a la inversión, disminuir la brecha tecnológica y mayor financiamiento público”, a la vez que desde las pymes agropecuarias también destacaron que “se necesitan incentivos a la inversión con herramientas de amortización acelerada y federalizar el desarrollo de infraestructura”.
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Según el último dato difundido por el INDEC esta semana, el uso de capacidad instalada de la industria se ubicó en marzo en 56,8%, dando cuenta de una fuerte caída de la actividad (hace un año atrás era de 67,8%), solo por detrás de la pandemia de 2020. Al respecto, la caída se sintió en todos los sectores aunque el golpe más fuerte, con más de la mitad de los recursos ociosos, fue para Productos textiles (41,4%), Productos de caucho y plástico (41,6%), Metalmecánica excepto automotores (45,3%), Industria automotriz (45,5%), Edición e impresión (46%), Productos minerales no metálicos (47,2%) y Productos del tabaco (53%).
Alerta y reclamo de las pymes
El entramado productivo nacional enfrenta cada vez mayores dificultades para sostener su actividad y para el acceso a insumos, sumado al impacto de una mayor apertura importadora. Al respecto, preocupa en particular la situación de las pequeñas y medianas empresas del país que, confirman desde el sector, están sin poder producir o sufriendo las consecuencias de la crisis del mercado interno por la caída de la demanda y en especial en algunos sectores -como fabricantes de bienes de capital, metalúrgico y textil - la falta de ventas llega hasta el 50%, con paradas técnicas y suspensiones de personal más frecuentes.
En tal esquema, diferentes representantes del sector acercaron sus problemáticas a la comisión de Pequeñas y Medianas Empresas de la Cámara de Diputados mostrando, desde el agro pyme hasta la producción metalúrgica pyme, un panorama similar en cuanto al golpe a este segmento de la actividad que tiene un rol central en el proceso económico, la promoción del valor agregado de la producción y la generación de puestos de trabajo, directos e indirectos. El pedido de una Ley Pyme sigue sonando con fuerza.
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“La industria metalúrgica está donde hay industria porque somos los proveedores, representamos el segundo complejo industrial de la Argentina. En nuestra industria trabajan 300.000 trabajadores de manera directa y más de un millón si consideramos los indirectos. El sector es, como característica principal, 95% pyme y de capital nacional. Esto es un rasgo fundamental, porque los empresarios metalúrgicos generalmente no se van cuando las cosas andan mal, se quedan, pelean y tratan de salir adelante, y hoy en día la economía no nos está acompañando” señaló Elio del Ré, directivo de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA) y destacó que “no existe país desarrollado que no tenga una industria metalúrgica fuerte porque eso crea dependencias fuertísimas a todo el encadenado productivo que está hacia adelante”.
Respecto de la situación actual del sector, desde ADIMRA alertan que en mayo la actividad registró una caída interanual del 17,6% y acumuló en el año una contracción del 8,9%. La utilización de la capacidad instalada también registró una fuerte contracción estando 13 puntos por debajo de hace un año atrás y el nivel de empleo cayó 3,4%. Se destaca el desempeño desfavorable en provincias como Santa Fe donde la producción del sector cayó de manera más intensa, con fuertes disminuciones en el sector de bienes de capital y autopartes, similar situación a la de Córdoba.
Al interior de la industria metalúrgica se observa también una caída sistémica en todos los subsectores que componen este entramado industrial, con bajas interanuales de dos cifras que van desde 13% hasta 21%. “Los sectores que están más comprometidos son aquellos que van al consumo como motocicletas, bicicletas, electrodomésticos. Hay algunos que no se les está yendo bien pero tienen la esperanza de mejorar y los sectores que tienen que ver con el campo, con la agroindustria, maquinaria agrícola, remolque, van mejorando, pero luego de los muy bajos niveles de producción registrados el año previo producto de la sequía”, explicó Elio del Ré. En términos generales el sector sigue con fuertes caídas respecto de un año atrás.
De acuerdo con las proyecciones del Presupuesto 2025 presentadas por el gobierno de La Libertad Avanza, la actividad industrial cerraría con una contracción del 9,8% en 2024. Al respecto los datos recientes del índice de Producción Industrial (IPI) mostraron para mayo de este año una caída mensual en la serie desestacionalizada del 0,2% (tercera consecutiva), a la vez que comparado con igual mes de un año atrás la baja fue de 14,8% (cinco bajas de dos dígitos en los últimos seis meses), acumulando en el año un descenso del 15,2%. Asimismo, diferentes indicadores de la producción continúan reflejando caídas significativas sin señales de reactivación económica y con un escenario más incierto respecto del desempeño de la actividad para la segunda mitad del año: producción de autos en junio (-40,2% i.a. siete bajas consecutivas); despachos de cemento (-32,8%, ocho mermas ininterrumpidas); índice Construya/ventas construcción (-32,0%, octava caída seguida) y venta de autos y motos (-25,5% y -3,7% respectivamente)
Según señalaron desde ADIMRA, el 70% de las compras de petróleo y gas y el 50% de las compras industriales de minería son metalúrgicas. “Cuando vimos que el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) potenciaba sectores de manera diferencial con respecto a la industria nacional, empezamos a trabajar y a pedir condiciones que nivelen la cancha. Hoy estamos pidiendo una Ley Pyme que considere varios puntos como reducción de la presión tributaria sobre la producción, simplificación tributaria, un régimen de incentivos a la inversión, disminuir la brecha tecnológica y fijar mecanismos de promoción de I+D junto con la promoción de la producción de capital local utilizando instrumentos como la amortización acelerada, y otros mecanismos positivos que premien ese tipo de actividades”, detalló sobre el panorama actual el representante metalúrgico y agregó entre otros aspectos contenidos en el proyecto de ley que promueven “la simplificación de la gestión del comercio exterior, la eliminación del impuesto PAÍS para insumos de exportación y otro punto clave es el financiamiento estatal para promover la inversión local y no los productos importados”.
En la misma línea, Elio del Ré consideró que el sector no se encuentra reflejado en las propuestas de llamado Pacto de Mayo que el gobierno nacional firmó el pasado 9 de julio con varios mandatarios provinciales, “no vimos en los puntos del Pacto de Mayo la palabra industria y nosotros creemos que la industria es la solución a los problemas de la Argentina" y resaltó “tenemos un montón para ofrecer, somos más de 20.000 empresas las que podemos seguir trabajando con el sistema local, aportando, dando trabajo, ayudando a tener una Argentina distinta”.
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Desde otro sector de actividad vinculado en este caso a la producción agropecuaria pyme también plantearon la preocupación por la situación de pequeñas y medianas empresas que “necesitan estabilidad y previsibilidad en ciclos productivos y climáticos, competitividad con más exportaciones; incentivos a la inversión con herramientas de amortización acelerada, certificado de crédito fiscal y federalizar el desarrollo de infraestructura”, según señaló Ángeles Naveyra, productora y titular de la Fundación Barbechando.
En un informe que acercaron a legisladores del Congreso nacional destacaron que hay más de 1.6 millones de pymes en el país, de las que al menos 150.000 se inscriben dentro de la producción agropecuaria, al tiempo que más de 500 mil son empleadoras, abarcando al 77% del empleo privado. “La fuerza laboral que hay detrás de las PyMEs es lo que tracciona el trabajo en el país. Ponemos sobre la mesa la necesidad de que tengan políticas públicas, igualdad de condiciones y que se les permita seguir trabajando”, señaló Naveyra y mencionó “la presión tributaria como una mochila un poco difícil para emprender” a la que coincidió en la necesidad de una herramienta legislativa que equipare la situación del sector con los beneficios del RIGI para las grandes inversiones.
En tal escenario se conocieron, además, datos relevados por la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales para el Desarrollo Argentino (ENAC) que mostró que en solo seis meses del gobierno que encabeza Javier Milei se vieron obligadas a cerrar más de diez mil pequeñas y medianas empresas. De acuerdo a las estimaciones que surgen de la Secretaría de Trabajo, el Banco Central y la encuesta Radar Pyme, la entidad alertó por “una recesión y un desplome económico similar al del año 2020”. Según estiman, “se ha pasado de un país que creaba 8600 empresas por año a uno que destruye su equivalente en la mitad de tiempo”, así el escenario actual muestra el cierre de unas 50 pequeñas empresas por día. Sobre los restantes meses del año, señalaron en un comunicado que “no hay ni plan ni rumbo económico que genere certidumbre sobre el clima de negocios para poder desarrollar nuestra actividad económica”.
Crisis de empleo
De acuerdo los últimos datos difundidos esta semana sobre Situación y evolución del Trabajo Registrado (SIPA) de la Secretaría de Trabajo Nacional, la cantidad de puestos de trabajo continuó a la baja, llegando en total a unos 148.800 empleos menos en solo cuatro meses de gobierno de Milei.
En detalle, a abril de este año, el empleo asalariado privado registró ocho meses consecutivos de contracción, con un total de 111.656 puestos menos comparado con noviembre del 2023, antes del cambio de gestión. En el caso del empleo registrado en casas particulares la pérdida de puestos llega a los 11.713, ubicándose en niveles similares a una década atrás, afectado por el alto porcentaje (+70%) de informalidad y el fin del programa nacional Registradas, a la vez que en el sector público la baja llega a las 25.418 fuentes de trabajo.
Entre los sectores más perjudicados se encuentra el de la Construcción con una pérdida de 64.184 puestos desde noviembre último que si se compara con mayo de 2023, máximo alcanzado en la actividad tras la recuperación post pandemia, llegan a los 95.936 puestos menos en una actividad fuertemente golpeada por el freno de la obra pública dispuesta por el gobierno nacional.
Por su lado, el empleo en la actividad industrial se contrajo 1,3% en solo cuatro meses, con una caída de 18.362 puestos desde noviembre, que va creciendo mes a mes, y ya acumula una baja de 21.285 respecto de agosto de 2023, antes de que inicie un periodo a la baja.
En materia salarial, si bien en abril el salario privado logró recuperar algo de lo perdido en estos últimos meses debido a la desaceleración de la suba de precios en ese mes y la apreciación del peso, tanto el sector público como el no registrado registran bajas de magnitud. En relación, según un informe de la de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) al menos el 35% de las personas con empleo se encuentran actualmente por debajo de la línea de pobreza en Argentina, "estamos frente a un récord creciente de personas que tienen trabajo, pero son pobres ya que sus ingresos familiares no alcanzan a cubrir una canasta de bienes y servicios básicos. Se trata de un fenómeno que se incrementó en los últimos años y aumentó significativamente en el último semestre", advirtieron.