La industria textil está viviendo un momento complicado. La recesión afectó el consumo y la situación se agravó con la apertura de importaciones. Dos marcas de ropa femenina de renombre, Vitamina y UMA, están enfrentando serias dificultades. Ambas forman parte del Grupo Navilli, que también tiene participación en otros sectores, destacándose Molino Cañuelas.
Desde la empresa han comunicado que las marcas están en venta, según confirmó Infobae. No obstante, si no logran encontrar un comprador para fin de año, todas las tiendas cerrarán y solo se venderán los productos sobrantes.
La decisión de poner a la venta las marcas Vitamina y UMA está relacionada con un análisis a mediano plazo sobre las perspectivas del sector. Los propietarios señalaron que "están enfocados en otros negocios" y no están dispuestos a dedicar esfuerzos a este rubro, especialmente considerando que, a diferencia de lo que afirma el Gobierno nacional, no esperan una rápida recuperación en forma de "curva en V"
La industria pyme textil en Argentina se contrae un 7,3 % en septiembre
La industria PyME del sector textil e indumentaria en Argentina continúa enfrentando desafíos significativos en el 2024. Según el Índice de Producción Industrial Pyme (IPIP) elaborado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), el sector sufrió una caída del 7,3 % en septiembre en comparación con el mismo mes del año anterior. Este retroceso se suma a una serie de contracciones que han afectado al sector en los últimos meses, reflejando las dificultades estructurales y económicas que enfrentan las pequeñas y medianas empresas (pymes) en el país.
Además, el informe revela que la producción industrial manufacturera del sector textil e indumentaria se redujo un 0,8 % en comparación con el mes anterior. Este comportamiento intermensual negativo sigue la tendencia descendente que ha caracterizado al sector durante todo el 2024. En los primeros nueve meses del año, el rubro textil acumula una caída del 4,6 % frente al mismo periodo del año 2023, una cifra alarmante que refleja los efectos persistentes de la crisis económica, la inflación y la disminución del consumo interno.
Un aspecto clave que destacó el informe de CAME es que, durante septiembre, el sector textil trabajó con solo el 54,6 % de la capacidad instalada. Esta cifra es indicativa de la reducción en la demanda interna y las dificultades para sostener un ritmo de producción adecuado. La capacidad instalada se refiere a la proporción de la infraestructura productiva que está siendo efectivamente utilizada, y cuando este número se encuentra por debajo del 60%, sugiere que las empresas están enfrentando una situación crítica en cuanto a demanda y eficiencia productiva.
El bajo nivel de utilización de la capacidad instalada en el sector textil e indumentaria pone de relieve un problema estructural en la industria pyme argentina. Las empresas no están alcanzando su máximo potencial de producción, lo que genera costos adicionales y una pérdida de competitividad en un mercado que ya de por sí enfrenta presiones internas y externas.