Sobre los cuatro años del gobierno de la alianza Cambiemos, solo uno experimentó un crecimiento del PBI, más precisamente el 2017 con un 2,8 por ciento. Sin embargo, incluso para referirse a aquel año, el ex presidente Macri dio cuenta de un "crecimiento invisible", basado en el hecho de que la suba del PBI no era registrada por los trabajadores, quienes observaban un sostenido descenso en su calidad de vida. La razón era que, en rigor, el 2,7 por ciento de crecimiento compensaba en gran medida al 2,2 perdido en 2016. Pero más puntualmente, que los salarios se encontraban en niveles significativamente más bajos, ya que en el primer año de gobierno macrista los trabajadores habían perdido seis puntos de sus ingresos en relación con el último año del kirchnerismo, mientras que para 2017, elecciones mediante, el gobierno promovió una suba salarial pero de solo dos puntos. De hecho, los niveles de empleo de aquel 2017 descendieron solo 4 décimas, de 7,6 en 2016 a 7,2 en 2017, es decir lejanos al 5,9 por ciento del último año de Cristina Kirchner en el poder.
El crecimiento invisible es, de alguna manera, lo que vuelve a suceder en este 2021. Es decir, una suba interanual promovida fundamentalmente por el cambio de orientación del gobierno en relación a los cierres por razones sanitarias, pero que no están alcanzando a compensar las pérdidas del 2020. De hecho, según el último reporte de Estimador mensual de actividad económica (EMAE) del Indec, la actividad se encontraba en marzo 11 puntos por arriba de igual mes del año 2020, pero aún 5 por ciento por debajo de marzo de 2019. Incluso, los últimos informes del Indec sobre dos actividades mano de obra intensivas como construcción, daban cuenta de fuertes mejoras interanuales, pero en niveles similares al 2019. Puntualmente, construcción creció en el interanual un 321 por ciento frente al abril de cuarentena de 2020, pero se mantuvo en el mismo índice que abril de 2019, mientras que la industria tuvo un mejor desempeño, pues su producción subió 5 puntos respecto a abril de 2019, y el uso de su capacidad instalada tuvo también una suba de 2 puntos por encima del mismo mes de hace dos años.
Si bien no deja de ser destacable el hecho de que la actividad se sitúe en guarismos similares a los del último año de la alianza Cambiemos, cuando la pandemia no azotaba ni a la Argentina ni al mundo, el crecimiento interanual de este 2021 no parece estar dinamizando una economía que se mueve en un 70 por ciento por el consumo interno. No es casualidad, en este sentido, que durante mayo y de acuerdo a la CAME, las ventas minoristas hayan tenido un retroceso de 18,8 por ciento, lo que da cuenta de la caída en el nivel adquisitivo de la población. Por eso, más allá del freno de las suspensiones, que de acuerdo al ministerio de Trabajo descendieron interanualmente en mayo del 8,8 por ciento al 1,8 por ciento, difícilmente la reactivación alcance a hacer visible un crecimiento en la economía, en la medida que el poder adquisitivo salarial continúe perdiendo contra la inflación, tal como se produjo el año pasado, cuando de acuerdo al Indec los salarios cayeron 2,3 puntos, y en este año, con una inflación acumulada del 21,5 por ciento y salarios que en ningún caso tuvieron ese aumento en los primeros cinco meses.
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Con todo, en las últimas semanas se empezó a visualizar un cambio en la estrategia gubernamental, con el impulso a nuevos niveles en las paritarias, esto es llevarlas del actual rango del 30-35 por ciento al 40-45 por ciento que ya firmaron Legisladores, Anses, y encargados de Edificios, y por una mayor inyección de inversión pública, con anuncios desde principios de mes por cerca de 500.000 millones de pesos, para impulsar sectores productivos y fortalecer la asistencia social.
Las razones del cambio dependen de las diferentes fuentes consultadas dentro del área económica. Por un lado, dan cuenta de un triunfo del sector económico más progresista del Gobierno, ligado a la anterior gestión del kirchnerismo, para la que el objetivo estaba en la solidez del ingresos de trabajadores, jubilados y beneficiaros de planes sociales como instrumento de crecimiento del mercado interno y el Producto. Por otro lado, afirman que el actual plan económico fue siempre impulsar el gasto público multiplicador de la demanda, pero luego del primer cuatrimestre, debido a la carencia de financiamiento y con el objetivo de llegar tonificados a las elecciones. En cualquier caso, parece no quedar ya margen para que el crecimiento siga siendo invisible.