Con una exitosa negociación, los términos finales del acuerdo logrado con los acreedores permitieron consolidar la idea de “sustentabilidad” que tanto repitió el Gobierno desde el comienzo de las negociaciones. La reestructuración de la deuda permitirá reducir el interés que pagan los títulos externos a una tasa promedio del 3,07% anual, cuando las condiciones anteriores fijaban un parámetro cercano al 7%
A partir de la confirmación de este canje, Argentina enfrentará vencimientos de los títulos externos por U$S 4.500 millones de dólares en los próximos 5 años en lugar de los U$S 30.200 originales. Si se considera el mismo trato para la deuda bajo legislación nacional, el alivio financiero hasta 2025 alcanza los U$S 42.500 millones.
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De sumar el canje de títulos externos junto con el de deuda local en moneda extranjera, el país tendrá un alivio financiero de U$S 37.700 millones en el período 2020-2030. El proceso de reestructuración de los títulos externos pagará comisiones muy bajas desde una perspectiva histórica.
Los fondos de inversión más duros ubicaron su posición en recibir U$S 70 por cada U$S 100 que ingresaran al canje y la Argentina inició la propuesta con U$S 40 por cada U$S 100 a ser reestructurados. Finalmente, el acuerdo se cierra con un valor presente neto aproximado de U$S 55 por cada U$S 100 del stock de deuda.
Canje exitoso
Con los resultados finales, el 99% de deuda bajo ley extranjera quedó reestructurada. Eso se condice con una adhesión total al canje de 93,5% que por obra de las cláusulas de acción colectiva (CAC) eleva el porcentaje restructurado al 99%.
Las CAC son cláusulas presentes en el contrato de los bonos bajo legislación extranjera que limitan el accionar judicial de los fondos buitre en los procesos de reestructuración. Establecen un piso de aceptación a partir del cual todos los bonistas se vean forzados a entrar al canje, incluso aunque rechacen los términos propuestos.
"Si Argentina hubiese tenido que enfrentar esta carga de deuda, la consecuencia que hubiese tenido para las políticas públicas hubiera sido devastadora para cualquier proceso de desarrollo. Implicaba más ajuste en un momento de recesión, que era el camino que se había seguido durante los dos años previos", apuntaron desde el Gobierno.