La primera mitad del año estuvo atravesada por resultados desfavorables para los vuelos de cabotaje en el país. En los primeros seis meses se perdieron más de 5.000 vuelos y 600.000 pasajeros internos, lo que implica un 8% menos que hace un año atrás. De hecho, la situación empeoró con el correr de los meses, anotando desde abril tres meses consecutivos a la baja, llegando en mayo y junio a duplicar la caída del promedio semestral. Los datos se desprenden del último informe de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), que dan cuenta de una sostenida contracción en un escenario nacional atravesado por el golpe al bolsillo en los hogares, con ingresos que vienen en caída libre desde, al menos, los últimos ocho años a lo que se sumó la pérdida de fuentes laborales, generando caída del consumo doméstico, uso de ahorros propios y endeudamiento de las familiares que relegan, cada vez con mayor frecuencia, gastos variables pero también esenciales.
Tal contracción del mercado interno en este sector de la actividad ocurre al mismo tiempo que el gobierno nacional decidió avanzar en la desregulación aerocomercial en busca de asegurar el ingresos de compañías extranjeras. “La supuesta competencia pone en serio riesgo a la empresa de bandera ya que hoy Aerolíneas Argentinas vuela 21 rutas que no son rentables, y que justamente nadie las vuela por ese motivo. Si es que vinieran otras compañías a operar al país, Aerolíneas debería dejar de volar para que la competencia sea pareja, pero lo cierto es que nadie va a volar una rutas no rentables, con lo cual el primer riesgo de esta desregulación es que varias provincias o ciudades queden totalmente incomunicadas. Lo segundo es la fragilidad del sistema que permite que cualquiera, sin ningún tipo de control estatal, pueda venir a invertir”, señaló al respecto Edgardo Llano, secretario general de la Asociación del Personal Aeronáutico (APA)
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Asimismo refirió, sobre el posible impacto en las tarifas que pagan los usuarios, que “como pasa en cada país donde hay cielos abiertos, las grandes aerolíneas del mundo lo que hacen es instalarse en ese país, volar perdiendo plata unos meses hasta que aniquilan la competencia y una vez que pasa eso, vuelven a las tarifas que ellos consideran o se van”.
Números en rojo
De acuerdo con los últimos datos de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) en el primer semestre de 2024 la cantidad de pasajeros en vuelos de cabotaje bajó un 7,9% en comparación al mismo período del año anterior. En lo concreto, esto implicó 643.000 pasajeros menos comparado con el mismo periodo de 2023: pasaron de 8.099.000 a 7.456.000, en total.
La contracción de los vuelos internos se da en el marco de la fuerte recesión económica actual que, en este caso, se tradujo en tres meses consecutivos de caída del indicador: en abril se registraron 1.187.000 pasajeros frente a los 1.322.000 de igual mes del año previo, en mayo el número fue de 1.057.000 pasajeros contra 1.371.000 del año anterior y en junio totalizaron 1.094.000 pasajeros cuando el año pasado habían llegado a 1.397.000. Al respecto, los meses con mayor merma fueron mayo y junio, con caídas interanuales de dos dígitos: 22,9% y del 21,7%, respectivamente.
En cuanto a la cantidad de vuelos internos, se registró una baja acumulada de 5.214 vuelos, con una retracción del 17,5% interanual en junio y una caída acumulada en seis meses del 7,3%.
Por regiones, en junio las mayores bajas de pasajeros se dieron en los aeropuertos de Paraná (-52%), San Luis (-44%), Santa fe (-44%), Resistencia (-42%), San Juan (-38%), Río Grande (-37%), Corrientes (-37%), San Rafael (-36%), Río Gallegos (-34%) y La Rioja (-32%).
Respecto de las diferentes aerolíneas, en el caso de Aerolíneas Argentinas fue la que más perdió en 2024, registrando 227.638 pasajeros menos comparado con el año pasado. Asimismo la empresa Jetsmart tuvo una caída de 84.578, American jet perdió 883 pasajeros y “Otras” perdieron 3.240. Solo Flybondi y Andes anotaron un incremento de 6.987 y 6.104 pasajeros, cada una.
A contramano, en cuanto a la performance de pasajeros internacionales, en junio hubo un incremento de 974.000, una suba de 13,9% (había registrado 855.000 pasajeros en 2023). Sobre ello, Pablo Ceriani, quien fuera titular de la aerolínea de bandera en la gestión anterior, señaló en redes sociales: “como era de suponer, Aerolíneas Argentinas detenta una porción cada vez menor del mercado. Acá también pierde el país y ganan las compañías extranjeras”, en referencia a la baja en la participación de dicha empresa en el total de pasajeros internacionales ya que perdió 1.857 pasajeros en el último mes (-1,6%).
El golpe de la desregulación
El gobierno nacional publicó este mes en el Boletín Oficial el Decreto 599/2024 que fija la desregulación del sector aerocomercial. Al ser consultado, Edgardo Llano, secretario general de la Asociación del Personal Aeronáutico (APA) señaló: “este decreto es inédito porque no se ha dado nunca en ningún país del mundo una desregulación total como en este caso que es con cielos abiertos, desregulación de tarifas y de rampas. Los acuerdos de cielos abiertos siempre son con otro país donde acuerdan cómo se va a volar, cuáles son las rutas que va a hacer cada empresa de cada país. En este caso, con una simple declaración jurada”.
Según alertó, “cualquier empresa puede venir sosteniendo que tiene los medios económicos para hacerlo a volar en el país sin pedir permiso, sin someterse a ningún tipo de control y sin que nadie le pregunte de dónde trae el dinero porque con el RIGI y la ley de blanqueo, cualquiera puede venir a invertir en Argentina sin controles”.
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Respecto de desregulación de tarifas señaló “como pasa en cada país donde hay cielos abiertos, las grandes aerolíneas del mundo lo que hacen es instalarse, volar perdiendo plata unos meses hasta que aniquilan la competencia -que también incluye los micro de larga distancia- y una vez que pasa eso, vuelven a las tarifas que ellos consideran, y si no les alcanza, lo que hacen es pedir eximición de impuestos a las gobernaciones, a las provincias o a los municipios, y si a estas no se dan, levantan escalas”.
Finalmente agregó que “hasta este momento había, aunque no estaba reglamentado, una ley de tarifas que establecía un precio de piso y de techo para que nadie venda por debajo del costo y no haya competencia desleal. A la vez el techo era para que no haya abuso con el usuario en los precios que se le cobran, eso se eliminó totalmente por lo que puede repercutir más en el movimiento del sector”.