La Reserva Federal (FED) de los Estados Unidos y otros organismos de vigilancia monetaria advirtieron este miércoles, en Washington, a los bancos sobre los "riesgos clave asociados con las criptomonedas y los participantes del sector", y mencionaron el fraude y las estafas, como los peligros más comunes y "posibles salidas de depósitos para la banca y organizaciones que tienen reservas de monedas estables".
La advertencia fue lanzada por la FED en una declaración conjunta de la Junta de Gobernadores del Sistema de la Reserva Federal, de la Corporación Federal de Seguros de Depósito y de la Contraloría de la Moneda, en respuesta a los eventos del año pasado, marcados por una volatilidad significativa y la exposición de vulnerabilidades en el sector de los criptoactivos.
"Es importante que los riesgos relacionados con el sector de los cripto activos que no puedan mitigarse o controlarse, no migren al sistema bancario. Las agencias supervisan las organizaciones bancarias que pueden estar expuestos a riesgos derivados del sector de las criptomonedas deben revisar cuidadosamente cualquier propuesta de organizaciones bancarias para participar en actividades que involucren criptoactivos", indica la declaración de los organismos de contralor.
"Estos eventos destacan una serie de riesgos clave asociados con los cripto activos y los participantes de ese sector y que las organizaciones bancarias deben ser conscientes", según afirmaron las FED y el resto de los organismos. Al respecto, marcaron "la posibilidad de riesgo de fraude y estafa entre los participantes del sector de cripto activos; incertidumbres legales relacionadas con prácticas de custodia, redenciones y derechos de propiedad; y representaciones y divulgaciones inexactas o engañosas por parte de empresas de cripto activos".
También señalaron la "volatilidad significativa en los mercados de cripto activos, cuyos efectos incluyen impactos potenciales sobre flujos de depósitos asociados con empresas de cripto activos; la susceptibilidad de las monedas estables a correr riesgos, creando posibles salidas de depósitos para la banca organizaciones que tienen reservas de monedas estables; y el riesgo de contagio dentro del sector de los cripto activos derivado de las interconexiones entre ciertos participantes de cripto activos, incluso a través de préstamos, inversiones, fondos, servicios y disposiciones operativas".
"Estas interconexiones también pueden presentar riesgos de concentración para organizaciones bancarias con exposición al sector de cripto activos", afirmaron las organizaciones. En cualquier caso, aseguraron que "no se prohíbe ni se desalienta a las organizaciones bancarias a prestar servicios bancarios a clientes de cualquier clase o tipo específico, según lo permita la ley o el reglamento" y siempre y cuando "aborde adecuadamente la seguridad y solidez, protección al consumidor, permisibilidad legal y cumplimiento de las leyes y regulaciones".
"Las agencias continuarán monitoreando de cerca las exposiciones bancarias relacionadas con criptoactivos", cerró el comunicado.
Un año para el olvido
Apenas un año después de alcanzar su máximo histórico de cotización en casi 70.000 dólares, Bitcoin bordea los 17.000 en la actualidad, azotado por la quiebra de múltiples proyectos y plataformas de criptomonedas, con FTX a la cabeza, que desató una crisis de confianza en el sector ante la falta de transparencia. Después de un 2021 plagado de lanzamientos y nuevos desarrollos como los metaversos, los juegos "play to earn", los protocolos de Finanzas Descentralizadas (DeFi) y la emisión de NFTs (Tokens No Fungibles), entre otros, la idea de que una nueva realidad en la que el dinero fiduciario sería reemplazado por cripto parecía estar a la vuelta de la esquina.
Fueron meses en los que la capitalización del mercado cripto -la suma del valor de mercado de todas las criptomonedas- alcanzó los 3 billones de dólares y en los que las noticias de nuevos máximos históricos para Bitcoin y de nuevos proyectos supuestamente revolucionarios eran lanzados casi a diario. Pero el éxtasis se transformó en agonía, y el sueño de una industria cripto pujante y sin límites se topó en 2022 con uno de los peores años de su corta historia que, esta vez, debió cargar con el peso no sólo de fallas y negligencias propias, sino con el fin del "dinero gratis" y una desaceleración de la actividad económica mundial que, todo indica, continuará en 2023.
Es que los "inviernos cripto" -como se denominan a los períodos de fuertes caídas en los precios de estos activos, que orillan el 90% o más en algunos casos- se producen de forma cíclica en esta industria cada dos o tres años, como un mecanismo de oxigenación que permite rescatar los mejores proyectos, expulsar a los especuladores de corto plazo y, así, construir un ecosistema más sólido. Sin embargo, en los poco más de diez años de historia cripto no hay experiencias de la combinación de un mercado bajista con una crisis macroeconómica mundial, y nada garantiza que el 80 por ciento de caída que tuvo en el precio de Bitcoin en los últimos meses sea el final de este ciclo.
Para entender el desplome del mercado cripto hay que remontarse a noviembre de 2021, mes en el que Bitcoin alcanzó su máximo histórico y en el que la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED) anunció el fin de su programa de compra de activos y de tasas de interés súper bajas, una política que permitió que el crédito siguiera fluyendo y que hizo que los activos de riesgo, como acciones o criptomonedas, tuvieran una fenomenal suba de precio en los meses previos. Aunque no fue sino hasta mayo de 2022 que ocurrió el primer gran desastre en la industria: el colapso de Terra, un ecosistema que incluía una cripto volátil (LUNA) y otra que seguía 1 a 1 el valor del dólar (UST), que llegó a manejar más de 30.000 millones de dólares en valor y que estaba en el top 10 de los proyectos más importantes.
Su virtual desaparición en apenas cinco días no sólo dejó un tendal de ahorristas que perdieron su dinero, sino que puso en jaque a empresas y fondos de inversión cripto que tenían sumas muy importantes de dinero invertidas en Terra. Millones de usuarios cripto de todo el mundo asistían impávidos a un fenómeno de pérdida de valor sin precedentes ya que no hay organismo gubernamental que vele por garantías de ningún tipo, y no hubo lugar a donde reclamar por las ingentes pérdidas.
Durante meses las noticias pasaron a ser sobre caídas históricas de precios, de las dudas, la falta de transparencia de muchas empresas que operaban en el sector y de si era necesario imponer una regulación que evitara fiascos similares en el futuro. Fue justamente la empresa que más había impulsado una regulación y la fusión del mundo cripto con las finanzas tradicionales la que terminó por derribar el castillo de naipes: FTX, la segunda mayor plataforma del mundo, encabezada por Sam Bankman-Fried, que hoy espera ser extraditado de Bahamas a Estados Unidos.
El pasado 11 de noviembre FTX se declaró en bancarrota al no contar con cerca de 6.000 millones de dólares que le reclamaban sus usuarios por, presumiblemente, haber usado ese dinero para inversiones fallidas, sin su consentimiento. Las múltiples fallas de seguridad y la negligencia a la hora de manejar el dinero hoy está sospechada de formar parte de una estafa multimillonaria que tiene más de un millón de afectados -entre personas y empresas- en todo el mundo.
"Estaba orquestando un fraude masivo de años, desviando miles de millones de dólares de los fondos de los clientes de la plataforma comercial para su propio beneficio personal y para ayudar a hacer crecer su 'criptoimperio'", dijeron los fiscales de los Estados Unidos en su presentación en contra de Bankman-Fried días atrás. La tecnología blockchain y la posibilidad que trajeron las criptomonedas de transferir valor de una punta a la otra del mundo sin intermediarios y con costos muy bajos, es una revolución al sistema financiero que domina el mundo desde hace siglos.