El nuevo año arrancó con la promesa de complicaciones económicas. En primer lugar, tendrá un crecimiento sustancialmente inferior al de 2021 tras el rebote post crisis del COVID. Además, estará marcado por las negociaciones con el Fondo, que deberían arrimarse al puerto para marzo, a tiempo de uno de los mayores vencimientos del préstamo que sacó Mauricio Macri sin prever cómo devolverlo.
Las principales consultoras económicas pronostican que la inflación será del 52,1% y proyectaron un aumento de 40,8% en 2023, tal como lo transcribe el informe de Relevamiento de Expectativas de Mercado que difunde el Banco Central. “La inflación va ir en descenso, aunque va a seguir alta”, coincidió el economista Nicolás Zeolla.
Desde el albertismo en el gabinete económico sostienen como objetivo exitoso recortar la suba de precios a un 40%. Confían en conseguirlo aplicando acuerdos de precios y herramientas como la del fideicomiso que llevaron adelante con la industria aceitera.
Quienes participan del REM prevén que el dólar para diciembre cotice a $ 161. Así, la variación del tipo de cambio nominal prevista será del 55,3%. A su vez, la proyección sobre la tasa de interés nominal anual (TNA) de depósitos a plazo fijo de 30 a 35 días en bancos privados y de más de un millón de pesos (BADLAR) promedio será del 36,45% en diciembre.
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Los analistas proyectaron una variación real del PBI para 2022 y 2023 del 2,5% y 2,1%, respectivamente. La visión de este año se contrapone con el piso del 4% que esperan desde el Ministerio de Desarrollo Productivo, tal como corroboró El Destape. Claro que también se trata de un guarismo sensiblemente inferior al 10% que superará en 2021 cuando el Indec lo oficialice.
Es que el derrumbe generado por la parálisis de la economía mundial en 2020 continuó con una reactivación secuencial de cada una de las actividades, lo que implicó tasas de expansión de dos dígitos por la enorme capacidad ociosa que había dejado la pandemia. Al situarse los indicadores ya en torno a las marcas de 2019 y tras la destrucción PYME que realizó el macrismo, la siguiente fase del sendero implicará un crecimiento más lento.
En cuanto al frente externo, el último informe del REM estimó que las Exportaciones de bienes serán de U$S 76.138 millones en 2022 (+U$S 226 millones respecto a 2021). Por otro lado, las Importaciones se ubicarán en U$S 64.681 millones para 2022 (+U$S 715 millones).
Adicionalmente a todo esto, el REM sugirió que el déficit sería en términos nominales $ 1.819 miles de millones. Por último, proyectan una tasa de desocupación abierta para el último trimestre del año del 9,7%.
Zeolla aclaró, no obstante, que cualquier escenario sobre lo que puede pasar depende de lo que pase con la negociación con el FMI. “Si bien yo creo que se va a llegar un acuerdo, en lo inmediato la incertidumbre aún es mucha”, apuntó a El Destape.
Los tiempos son cortos puesto que en enero hay vencimientos con privados por 750 millones y con el FMI por un montón similar. “Más allá de estos pagos se llega al límite de reservas líquidas. Los controles cambiarios son clave para administrar estás tensiones”, resaltó el investigador de la UNSAM, con miras al horizonte de marzo, en el que Argentina debe transferirle 18.000 millones al Fondo.
“Considerado el escenario base con acuerdo, y que haya algún reintegro de los DEG ya desembolsamos, la situación externa por el lado de los rindes del agro y las exportaciones industriales es favorable. Va a haber superávit comercial”, pronosticó.
Aunque no prevé un salto brusco del tipo de cambio, la disponibilidad de dólares la ve como la principal limitante al crecimiento. El economista espera una expansión del PBI de 4,5%.
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La recuperación de industria alcanzó niveles récord en dos años
La industria creció en un 5,5% entre enero y octubre de 2021 respecto al mismo período del 2019, de acuerdo al último informe del Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI). “Los números muestran que la recuperación económica de la Argentina es muy fuerte y que la reactivación del sector industrial y de las PyMEs es sólida y consistente”, apuntó Guillermo Merediz, secretario de la Pequeña y Mediana Empresa.
Los sectores de la industria manufacturera que explicaron ese crecimiento son los de: maquinaria y equipo (+24,7%), farmacéutica (+13,2%), automotriz (+12,4%), productos de plástico, caucho y minerales no metálicos (+8,1%), productos químicos (+7,2%), alimentos, bebidas y tabaco (+5,2%), y madera, papel e impresión (+2%).
Desde la SePyME del Ministerio de Desarrollo Productivo pusieron en marcha de diferentes herramientas para proteger las capacidades productivas durante el peor momento de la pandemia y también para impulsar su recuperación y crecimiento. Las empresas manufactureras han sido el sector con mayor acceso a los recursos movilizados mediante las políticas PyME: el 22% de las beneficiarias fueron de este sector, accediendo a $ 41 mil millones, el 36% de los recursos movilizados entre créditos con tasa subsidiada, créditos respaldados por el Fondo de Garantías Argentino (FOGAR) para capital de trabajo, créditos directos y aportes no reembolsables.
Estos sectores representan el 56% de las empresas manufactureras que accedieron a recursos. Lo hicieron por un total de $27.216 millones (el 66% de los recursos a los que accedió el sector industrial). “La agenda de financiamiento es central para el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas de nuestro país”, asentó Merediz.