En medio de la pandemia, el precio de medicamentos críticos se dispararon más de un 1200 por ciento, engrosando los ingresos de la industria farmacéutica. Distorsiones de precios y desabastecimientos son las dos características que exhibe el mercado farmacéutico, con alzas exorbitantes en analgésicos, sedantes y relajantes musculares indispensables para el tratamiento de pacientes en terapia intensiva por el COVID-19. El Midazolam que se utiliza para la sedación de pacientes, previo a la pandemia tenía un costo de 38,70 pesos y aumentó 1229 por ciento hasta los 514 pesos que se acordó fijar actualmente. Las cifras fueron dadas a conocer por la Unión Argentina de Salud, a través de su Observatorio de Costos de la Salud, que realizó un nuevo relevamiento de la situación de los medicamentos utilizados en unidades de terapia intensiva.
La UAS es la cámara patronal que nuclea a empresas de la de medicina privada, entre las que se destacan Swiss Medical, Galeno, Medifé, Bristol Medicine el instituto Fleni, el Hospital Austral y Osde, entre otros; además de algunas obras sociales. En el relevamiento de la entidad se detalla que los prestadores y financiadores de la salud alertan “acerca de la escasez y las distorsiones que se están dando en los precios de medicamentos” que se utilizan con los pacientes que se encuentran en camas Unidades de Terapia Intensiva (UTI).
El informe habla de “la escasez y las distorsiones que se están dando en los precios de medicamentos analgésicos, sedantes y relajantes musculares indispensables para el tratamiento de pacientes en terapia intensiva”. Agrega que la pandemia de COVID-19 “generó un inusual aumento en la demanda de estos productos a nivel mundial” y que “el mercado global tiene dos grandes proveedores principales de estos medicamentos críticos y sus principios activos: China e India”.
En el caso de Argentina, dice la Unión Argentina de Salud, “esta situación se viene tornando crítica” en el marco del aumento de casos por la segunda ola pandémica. Y cuestionan la reciente firma de un acuerdo de “precios máximos” por seis meses entre el Ministerio de Salud, laboratorios y distribuidores de medicamentos, según el cual se convalidaron descomunales aumentos de precios sucedidos desde marzo de 2020.
El informe menciona una serie de fármacos como el midazolam, el atracurium besilato, el bromuro de pancuronio, el citrato de Fentanilo y las ampollas de propofol. Este grupo de “medicamentos esenciales para la vida de los pacientes graves” aumentó exponencialmente en un año y, según la cámara de medicina privada. El Atracurium Besilato (relajante muscular), que costaba 138,58 pesos y que durante el último año aumentó un 428 por ciento, llegando a los 732 pesos (con IVA), tras el acuerdo.
El Bromuro de pancuronio, que costaba 53,65 pesos había aumentado su precio un 362 por ciento. Se fijó en 248 pesos con IVA. El Citrato de Fentanilo, que tenía un costo pre-pandemia de 52,20 pesos, aumentó 642 por ciento hasta los 387 pesos con IVA fijados por los acuerdos oficiales. Las ampollas de propofol 200 mg x20 ml, tenían un precio aproximado, según la marca, de 137 pesos tuvieron un aumento de 524 por ciento y se fijaron con un precio de 859,10 con IVA.
“De continuar estos faltantes de productos, deberá recurrirse a medicaciones alternativas, situación que no es la ideal para la salud de nuestros pacientes”, advierten desde el Observatorio de Costos de Salud. realizará un monitoreo del acuerdo firmado entre el Gobierno y los laboratorios durante los próximos meses “a fin de verificar su cumplimiento en cuanto a los precios y el abastecimiento”. "Si bien el Ministerio de Salud de la Nación definió por los próximos seis meses fijar precios máximos y únicos en todo el país, este acuerdo llega tarde, y sólo después de que la industria ha asegurado aumentos discrecionales en insumos escasos y críticos", concluye el documento.