El 95,6 por ciento de las empresas radicadas en la Ciudad de Buenos Aires se encuentra parcial o totalmente operativo, según el Módulo de Impacto Económico COVID-19 en la Ciudad correspondiente al informe preliminar de la Encuesta Producto Geográfico Bruto (PGB). De acuerdo con las cifras reveladas por la Dirección General de Estadística y Censos del gobierno porteño, seis de cada diez empresas se financió a través de la ayuda estatal.
Las medidas de mayor impacto que les permitieron sobrevivir hasta el momento a la pandemia fue la reducción o postergación de obligaciones patronales (60 por ciento de las empresas), REPRP y ATP (51,6 por ciento), créditos a tasa subsidiada (31,2 por ciento) y compras del Estado (5,6 por ciento). La encuesta se realiza habitualmente sobre "unas 3.000 firmas de todos los sectores y tamaños de la Ciudad de Buenos Aires para luego estimar el valor de los bienes y servicios que se producen en el distrito en cada período". Durante la emergencia sanitaria, el ente estadístico porteño decidió incorporar al operativo telefónico en marcha un módulo con consultas directamente vinculadas a ésta.
"El objetivo de la inclusión es conocer cómo afectó a las empresas el aislamiento social preventivo obligatorio, qué estrategias desplegaron, qué líneas de asistencia estatal les resultaron más relevantes y qué grado de cumplimiento de las obligaciones podrían tener en el mes siguiente. Los resultados que se exponen corresponden al período 25 de junio - 22 de julio y el operativo sigue en progreso", detalla el gobierno porteño.
En cuanto a la operatividad de las firmas durante la emergencia sanitaria, el 59,2 por ciento estuvo "parcialmente operativo", el 36,4 por ciento "totalmente operativo" y el 4,4 por ciento "no operativo". En cuanto a los niveles de actividad, el 51,6 por ciento de las empresas registró una disminución de la producción, mientras que el 45,2 por ciento asegura que "no varió". En el caso de la distribución, para el 41,6 por ciento no se vio modificada por la pandemia y para el 38,4 por ciento se redujo. La demanda se redujo en 53,2 por ciento y para el 36 por ciento se mantuvo estable, mientras que la facturación fue inferior para el 74,4 por ciento de las firmas relevadas.
El informe destaca que las empresas, para adaptarse a la pandemia, debieron establecer distintas estrategias. El 68,8 por ciento cambió las condiciones de cobro, 59,2 por ciento en el pago a proveedores, el 46,4 por ciento lo hizo en las formas de entrega, el 42,4 por ciento en la comercialización y el 26 por ciento modificó sus productos o servicios.
En materia laboral, el 84,4 por ciento registró una modificación del lugar de trabajo (en su mayoría hacia el teletrabajo), el 44 por ciento tuvo una disminución de horas de trabajo, el 30 por ciento aplicó suspensiones pagas, el 12,4 por ciento realizó nuevos contratos, el 11,6 por ciento anticipó vacaciones y 9,6 por por ciento desvinculó empleados.