El desplome en la recaudación impositiva producto de la pandemia y la cuarentena y una estructura deficiente de coparticipación mantiene en jaque a las provincias en medio de la pandemia. Las jurisdicciones más vulnerables son precisamente las que mayor peso de masa coparticipable tienen respecto de toda su estructura de ingresos. En términos reales, descontando la inflación, los recursos coparticipables para el conjunto de las provincias se contrajeron en mayo 25,9 por ciento respecto de igual mes del año pasado, explicado por la parálisis económica y de consumo que impacta en Ganancias e IVA.
Los recursos coparticipables representan el 71,3 por ciento del total de ingresos provinciales. El resto de los ingresos provinciales provienen básicamente de Ingresos Brutos, Inmobiliario, Automotor y Sellos, también con baja recaudación.
En la sucesión de meses que van de marzo a mayo es posible observar el efecto in crescendo de la pandemia sobre la recaudación: -11,4% en marzo, -17,9% en abril y -25,9% en mayo. La evolución es similar si se considera el promedio simple de la evolución real de las transferencias para cada provincia (-11,5% en marzo, -18,7% en abril y -26,6% en mayo)”, según un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).
Durante los cuatro años de macrismo los recursos coparticipables se reasignaron recursos, favoreciendo las jurisdicciones con afinidad política respecto de la administración central. Un documento realizado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), entre 2015 y 2019 se aumentó la participación de las provincias en los recursos recaudados por tributos nacionales a partir de la restitución de masas pre-coparticipables. Los principales incrementos en ese período 2015-2019 los verificaron la provincia de Buenos Aires, que aumentó su masa coparticipable en 3,4 puntos porcentuales, y la Ciudad, con 1,8 puntos porcentuales.
Con el nuevo esquema, la pérdida en términos reales de las transferencias por coparticipación en mayo se vio afectada por esta redistribución heredada. Las mayores caídas en términos reales fueron para Río Negro, con una pérdida de 23,9 por ciento, y Santa Fe, con una contracción de 29,7 por ciento, "en un escenario de poca dispersión donde todas las provincias pierden de manera sensible". Pese a la mejora en la asignación, la provincia de Buenos Aires pierde 24,7 por ciento (principalmente por haber resignado recursos propios en el reparto macrista) y CABA, con 25,9 por ciento.
En medio de la pandemia, con una fuerte caída de la recaudación, el efecto de una mala distribución de los recursos se pone en manifiesto. De acuerdo con la distribución hasta el año pasado, el 86 por ciento de las transferencias por coparticipación se nutrieron del Impuesto a las Ganancias e IVA. “La información derivada de la las transferencias de Coparticipación permiten aproximar la evolución de ambos impuestos”, explica el CEPA.
Se estima que en mayo hubo una caída de la recaudación por IVA en torno al 34,1 por ciento. Este dato supera a las retracciones estimadas para ese mismo impuesto en marzo (-13,5 por ciento) y abril (-16,9 por ciento). La evolución del IVA en términos reales resulta un termómetro preciso del desempeño del consumo en dicho mes. En el caso del Impuesto a las Ganancias, la caída en mayo alcanzaría 25,1 por ciento, cerca del guarismo de estimación de abril de 2020, que había sido negativa en 27,4 por ciento.