La concentración económica durante el macrismo empeora la situación de las pymes

De 200 grandes corporaciones, 154 empresas están en funcionamiento y explican el 80 por ciento de las ventas de la cúpula empresaria.

08 de junio, 2020 | 18.07

Debido a la política de concentración y financiarización de la economía que desplegó el macrismo durante cuatro años de gestión, las pequeñas y medianas empresas y las economías familiares están siendo actualmente más afectadas que las grandes corporaciones por el efecto del aislamiento para contener la propagación del COVID-19, según un relevamiento realizado por el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA) de la CTA y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).

Entre empresas de pequeñas o medianas dimensiones (hasta 250 ocupados) el 40 por ciento estaban completamente paralizadas a mediados de abril, en tanto que entre las 200 empresas no financieras de mayores ventas representaban el 23 por ciento. El 77 por ciento en funcionamiento de las grandes compañías que monopolizan el mercado argentino explica el 80 por ciento de su facturación anual.

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La Argentina enfrenta una doble crisis que requiere un esfuerzo adicional respecto del que necesitarán otros países. "La situación actual es el resultado de dos crisis superpuestas de notable envergadura. La primera de ellas provocada por la modalidad que asumió el retorno de la valorización financiera durante el gobierno de Cambiemos (donde el PBI cayó el 4 por ciento) y la otra vinculada al profundo impacto de la pandemia actual que reconoce un piso de reducción del PBI de no menos del 6/7 por ciento", señala el documento realizado por lxs economistxs Pablo Manzanelli, Daniela Calvo y Eduardo Basualdo.

Dado el estado en que dejó Cambiemos al país, producto de una vuelta a un capitalismo especulativo en desmedro de un esquema productivo, el gobierno actual destinó 1,7 puntos del PBI en recomponer ingresos de jubilados y beneficiarios de la AUH y AUE, la creación del Programa Alimentar y incremento de salarios del sector público a cuenta de futuras paritarias.

Sin embargo, la destrucción macrista fue tal que no alcanzó a revertir la tendencia. "La caída del nivel de actividad es prácticamente sistemática desde mayo de 2018: de los últimos 23 meses, en 21 se registraron caídas, con las únicas y ligeras excepciones de mayo y julio de 2019. Incluso, en febrero de 2020, a pesar de las medidas implementadas por el nuevo gobierno para paliar la crisis pre pandemia, la economía experimentó una contracción del 2,4 por ciento interanual, y del 1,3 por ciento mensual en la serie desestacionalizada", explica. 

A partir del 20 de marzo, en el marco del aislamiento social, se profundizó significativamente el proceso recesivo, máxime en una economía como la de Argentina con los altos niveles de pobreza, desocupación e informalidad laboral.

"Los especialmente perjudicados por esta situación excepcional no sólo se encuentra buena parte del entramado empresario de menores dimensiones sino también, y fundamentalmente, los sectores populares. Máxime en un escenario en el que la regresividad estructural que tiene la economía argentina se acentuó considerablemente durante el gobierno de Cambiemos", detalla. 

En lo concerniente a las 200 empresas no financieras de mayor facturación del país, 154 empresas (el 77 por ciento de las mismas) tenían un funcionamiento total o parcial de sus actividades. Esas 154 empresas en funcionamiento explicaron el 80 por ciento de las ventas de la cúpula empresarial (a valores de 2018). "Se trata de grandes firmas monopólicas u oligopólicas en sus respectivas actividades, integrantes de grupos económicos o conglomerados extranjeros que son rectores del funcionamiento económico local", asegura el informe.