La actividad manufacturera registró en abril una caída de 17,1 por ciento respecto del mes previo, según el relevamiento del Centro de Estudios de la Unión Industrial (UIA). Con un 43 por ciento del empleo industrial formal autorizado, la actividad se contrajo 30,6 por ciento interanual, debido a que en abril el aislamiento para evitar la propagación de la pandemia de coronavirus fue total. "Es la caída más aguda de la serie (se inicia en 1994) y el nivel de producción fue el más bajo desde abril de 2003", agrega la entidad.
En el primer cuatrimestre se acumula un retroceso de 11,5 por ciento interanual, que se suma al deterioro en la matriz productiva que dejó el gobierno anterior. Según el informe de la entidad fabril, en 2018 la actividad industrial registró un retroceso de 2,9 por ciento y el 2019 lo despidió con un desplome de 6,3 por ciento.
Con el congelamiento de la actividad que provocó la pandemia, el deterioro se extendió en abril a casi todos los sectores productivos, incluso en considerados esenciales, como alimentos y bebidas y la producción de sustancias y productos químicos. Tuvieron caídas moderadas y algunas leves alzas interanuales.
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El sector automotriz estuvo completamente paralizado. Siendo un sector de fuerte encadenamiento de proveedores tiene una alta participación en el total de la industria. Le siguió el sector de minerales no metálicos, incluyendo a los despachos de cemento, con una baja en la actividad de 67 por ciento interanual respecto de sus niveles de producción promedio del año pasado. Esto se explica por una parálisis total de la actividad de la construcción, otros sector dinamizador de la economía.
Los productos textiles la retracción fue de 57,8 por ciento, principalmente por caídas en hilados de algodón y tejidos y acabado de productos textiles. La actividad de la industria de metales básicos registró una baja de 65,4 por ciento, con caídas en subrubros que promediaron hasta 70 por ciento, según el informe de la UIA.
En rubros considerados esenciales durante la cuarentena, la industria de alimentos y bebidas fue la única que registró una suba interanual en su actividad, con un crecimiento del 0,9 por ciento, principalmente por la mayor producción en carnes y productos lácteos, que amortiguaron las caídas registradas en la molienda de oleaginosas, sin las cuales la suba interanual hubiese sido de 1,9 por ciento.
La utilización de la capacidad instalada de la industria tocó un mínimo histórico al promediar 42 por ciento.
Los más perjudicados fueron los trabajadores y trabajadoras. "Los acuerdos de suspensiones alcanzados fueron un importante alivio para hacer frente a la caída de la demanda y sostener el empleo", reconoce el informe de la entidad empresaria. La Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) informó que en abril el 14 por ciento de las empresas relevadas aplicó suspensiones, el nivel más alto de la serie. Las expectativas para los próximos tres meses revelan que el 8 por ciento de las empresas manufactureas anticipa una reducción de personal.
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