La pandemia del coronavirus dio impulso a un negocio de la industria turística que ya venía en auge entre las personas de alto patrimonio desde antes del coronavirus a nivel global, pero también a nivel local. En Argentina, los vuelos privados internacionales se incrementaron 50% en promedio de forma interanual, con el aeropuerto de San Fernando como la principal base aérea.
La suspensión de las operaciones regulares de las compañías aéreas desde el comienzo de la cuarentena en marzo, la escasa oferta de vuelos disponibles (solamente están los denominados “especiales”) y la intención de viajar pese a las restricciones elevó la demanda para contratar jets privados por parte de millonarios.
“En destinos internacionales, se está volando un 50% más en promedio comparado a 2019 y un 15% más en tramos regionales”, aseguró Sebastián Chicou, piloto y presidente ejecutivo de JetsBooking. Espera que el segmento siga creciendo en los próximos meses, ya que cree que quienes tienen la posibilidad de pagarlo, preferirán volar en un jet privado”. Estimamos que habrá un éxodo de ejecutivos que a menudo se trasladaba en la aviación comercial y ahora lo hará en la aviación ejecutiva”, anticipó.
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De acuerdo a la empresa, los viajes de negocios no serán los únicos que traccionarán la demanda, sino también algunas familias de elevado poder adquisitivo ya piensan en este servicio a la hora de planificar sus vacaciones, teniendo en cuenta diferenciales que aporta, como comodidad, seguridad y privacidad.
El rango de precios es diverso y depende de distintos factores, como el tamaño del avión, la cantidad de pasajeros que se trasladan, si se trata de un vuelo directo o con conexiones y los kilómetros que se deben recorrer para llegar a destino. En tramos domésticos de dos horas, el alquiler de un jet mediano cuesta U$S 4.500 para ida y vuelta, pero un vuelo internacional en un avión para 7 pasajeros, por ejemplo, para la ruta Buenos Aires - Miami ida y vuelta asciende a U$S 98.000.
En los últimos meses, los vuelos privados fueron los aprovechados por el expresidente Mauricio Macri para ir a Paraguay, Nicolás Caputo para Estados Unidos, como había revelado El Destape. También los utilizaron para viajes internacionales Agustina Macri, la hija del hombre PRO, y Susana Giménez.