28 de abril, 2020 | 08.41

Maíz por software, el acuerdo entre Argentina y Corea del Sur

Las razones económicas detrás de la decisión de Argentina de salir de la negociación de un acuerdo entre el Mercosur y Corea del Sur.

Tras analizar los acuerdos que Mauricio Macri había encaminado, Alberto Fernández y el canciller, Felipe Solá, salieron de las negociaciones para tratados de libre comercio (TLC) del Mercosur con Corea del Sur. La balanza comercial entre Argentina y el país asiático fue deficitaria en la última década, ya que se exportaban productos primarios pero se le compraban electrónicos.

"En las condiciones en que está la Argentina, esas negociaciones nos conducían a la pérdida de puestos de trabajo”, justificó el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Jorge Neme, para cerrar estas conversaciones impulsadas por los gobiernos neoliberales de Brasil, Uruguay y Paraguay. La decisión de Cancillería incluyó cesar del lado argentino las conversaciones por un TLC entre el Mercosur y Corea, pero también con Canadá, India, Singapur y Líbano.

"Esto no implica implosionar el Mercosur ni provocar la salida de la Argentina del bloque. La decisión fue consecuente a la pretensión de los socios comerciales de agilizar dichas negociaciones y se ubica en un contexto de caída generalizada del comercio mundial y la interrupción de las cadenas de valor global", explicó Sofía de Nicolo, integrante de OCIPEx, a El Destape.

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Con la pandemia, la negociación de tratados asimétricos aumenta considerablemente la restricción externa. Ya de por sí, Argentina mantiene una balanza comercial deficitaria desde 2008, que tuvo una reversión únicamente en 2012. La principal exportación que se colocó en la nación asiática fue el maíz, que ocupó el 54% de las ventas. Además, se le vendió plata, aceite de soja y litio. Como contraparte, Corea entregó componentes de teléfonos y circuitos eléctricos y electrónicos (cada una implicó 13% de las importaciones), vehículos y autopartes. En resumen, alimentos por tecnología.

Más allá del coronavirus, Cambiemos no realizó estudios de impacto ni tampoco impulsó una ronda de consultas internas a potenciales sectores afectados si se cerrara el TLC. Tanto la Unión Industrial Argentina como la Confederación Nacional de la Industria de Brasil manifestaron su preocupación por este punto, lo que fue atendido por Fernández pero desoído por Jair Bolsonaro.

"La apertura solo generaría mayor exposición y destrucción de la industrial local", graficó De Nicolo. Es que, tal como planteó la especialista en relaciones internacionales, "la liberalización de comercio -a secas- no es sinónimo de reactivación económica, y cuando hablamos de tratados de carácter asimétrico lo liberalización se constituye como un obstáculo al desarrollo económico inclusivo y sustentable".

Una de las primeras reacciones la tuvo la CTA de los Trabajadores que, mediante un comunicado, expresaron "apoyo firme" a la decisión del Gobierno de "retirarse de las negociaciones de los acuerdos comerciales en curso y de las futuras negociaciones del Mercosur".