El Gobierno destaca la baja en la inflación de mayo y resalta que las ventas intermensuales comienzan a mostrar signos positivos. Sin embargo, tanto el sector mayorista como el minorista, al igual que los analistas, anticipan que el consumo masivo seguirá manteniéndose cercano a unos 10 puntos por debajo de su nivel de 2023 no solo en junio sino todo el resto del año.
La suba de precios de mayo mostrará una importante baja, según esperan en el Palacio de Hacienda, habiendo cerrado en torno a entre el 4 y el 5%, tal como anticipó la semana pasada el índice de precios de la Ciudad de Buenos Aires. Esta segura e importante baja frente a la inflación de un 8,8% en abril, lograda a base de la postergación en las subas de tarifas y la actual recesión, no impidió que el consumo igualmente cayera el mes pasado, con una baja no solo de un 2,4% intermensual en supermercados sino también de la recaudación del IVA.
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El dato positivo, en todo caso, estuvo en las ventas minoristas en general, que, tal como mostró CAME en su último informe, repuntaron un 6,6% respecto a abril, a pesar de la caída interanual del 7,3%.
Para junio no se espera un panorama muy diferente. Así lo ven, por ejemplo, en el sector mayorista. "Sigue habiendo un crecimiento intermensual, pero en la comparación interanual se sigue notando la caída entre un 10 a 15%", señalaron al respecto desde la Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (CADAM) a El Destape.
La perspectiva no es muy alentadora ya que los mayoristas se encuentran intentando contener los aumentos de costos que les llegan desde las industrias de entre un 5 y un 14%, precisaron en CADAM, por lo que una nueva suba de los productos de consumo masivo, tras la desaceleración de mayo, podría ser inminente. "Están tratando de negociar que no se traslade a precios", advirtieron en la cámara mayorista.
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El escenario sombrío se traslada a los minoristas, sobre todo en comercios de proximidad, que, ante la mayor dificultad para evitar los traslados a precios, sufren un mayor impacto en las ventas. "La segunda quincena (de mayo) fue bastante complicada. Y comenzamos este nuevo mes (junio) con ventas bajas. Hay muchos mayoristas y distribuidores que están promocionando mercadería. El tema es la respuesta económica nuestra porque también hay que hacer dinero", alertó Fernando Savore, vicepresidente de la Confederación General Almacenera Nacional.
El otro factor que pesará negativamente en el consumo masivo de este mes es la reanudación de la suba de tarifas, que estuvo prácticamente congelada en mayo. El propio Savore ve con preocupación que "si se triplicaron la luz y el gas, capa vez es más lo que se aparta para responder a esas obligaciones mensuales, y menos dinero queda para gastar en comida".
Ni siquiera el medio aguinaldo asegura que este mes las cifras sean muy alentadoras. Julián Gómez, de la consultora especializada en consumo Scentia, aclara que muchos tendrán que destinarlo a gastos para las vacaciones de invierno y a saldar deudas pasadas. "La tendencia total va a terminar siendo negativa contra el año pasado", afirmó.
Prevén que la baja del consumo seguirá durante el resto del año
Más allá de junio, el segundo semestre tampoco aporta un panorama alentador ya que es esperable que la caída del consumo interanual se mantenga en el orden de los dos dígitos durante el resto del año, anticipan los analistas.
"Venimos de una caída de entre 9 y 10% en mayo, y difícilmente esto vaya a cambiar hacia adelante. En los meses que vienen, nos vamos a seguir moviendo en un rango de entre -8 y -12% interanual", señaló Gómez.
Esto, añadió, el experto de Scentia, tiene que ver también con la aceleración del consumo en el segundo semestre del año pasado frente a la alta inflación, por lo que el piso de comparación es alto. "Imposible un dato (interanual) positivo" en lo que queda del año, resumió.
Sobre la variación intermensual, sí es posible que se haya "llegado al punto del cual es difícil seguir cayendo", destacó Gómez, aunque agregó que, producto de las nuevas subas de tarifas, tampoco sería imposible vislumbrar nuevas caídas respecto al mes previo.
Incluso desde CAME buscaron poner paños fríos a la recuperación intermensual que se vio en mayo. "Esto es incertidumbre. Ojalá se mantenga la tendencia, pero no lo sabemos. Dependerá de la política y de que aparezcan algunas otras medidas. Esto por sí solo no arranca", afirmó Salvador Femenía, vocero de la entidad pyme, a El Destape.
Por supuesto que, más allá del piso alto de comparación de 2023, la depresión del consumo tiene otras explicaciones macro de fondo, ligada no solo a los salarios reales pisados sino también al aumento del desempleo que comienza a verse con más fuerza.
"El aumento del desempleo va a afectar el consumo. Se puede entender al consumo como una variable que depende de la masa salarial y a su vez la masa salarial es salarios reales por cantidad de trabajadores. Si caen las dos cosas o una está estancada y la otra cae, lo más probable es que el consumo siga cayendo", resumió Federico Zirulnik, economista del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO), que realiza periódicamente un análisis del consumo en supermercados.
En cualquier caso, las cifras duras de las subas intermensuales no quitan que, en lo material, la calidad del consumo siga empeorando. "Han ganado presencia en los changos las categorías más básicas como harina, levadura, polenta, legumbres, que hacen a una cocina menos nutritiva, y caen las categorías que tienen que ver con darse un gusto. Y también hay una migración muy fuerte de marcas líderes a marcas B o C", cerró Gómez.