El gobierno nacional aclaró que la propuesta que impulsan en el proyecto de ampliación presupuestaria no aumentará el precio de las leches más consumidas y que busca subsanar una distorsión fiscal, según informaron fuentes oficiales a El Destape. La medida es parte del proyecto de ley que fue enviado por el Poder Ejecutivo con eje en el presupuesto de este año. Esta medida será analizada en un plenario de comisión de la Cámara de Diputados. También aclararon que no se trata de una medida de recaudación, porque tiene un costo fiscal estimado $1.800 millones de pesos por año.
Luego de la derrota electoral en las PASO de agosto de 2019, el expresidente Mauricio Macri redujo el IVA para una serie de productos de la canasta básica alimentaria, entre ellos la leche, por decreto y sin hacer partícipe a los sectores. Desde el gobierno de Alberto Fernández -quien en aquel entonces criticó la medida- consideran que se hizo de “manera desarticulada” y que se trató de un error conceptual e instrumental que no logró bajar el precio de la leche, y que además generó grandes problemas para las empresas del sector comercializador, según explicaron.
Advierten que las empresas comercializadoras continuaron con la compra de leche a los productores, que generó un creciente crédito fiscal del IVA a su favor que no podían descargar en los consumidores justamente por la exención de ese tributo. En lugar de bajar los precios por el menor IVA cobrado a las familias, los comercios trasladaban ese crédito fiscal al precio final de la leche ya que para ellos se trataba de una pérdida financiera.
"Hoy en día ningún tipo de leche paga 0% de IVA. La gran mayoría de la leche que consumimos paga el 21%. El objetivo de esta medida es reducirlo al 10,5%”, explicó la secretaria de Comercio Interior de la Nación, Paula Español, en El Destape Radio.
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El diagnóstico del equipo económico de Alberto Fernández es que los comercios mantuvieron los precios, las familias no se beneficiaron de la medida y la AFIP quedó empatada entre el menor IVA cobrado a los consumidores y el crédito fiscal acumulado en los comercios.
En el gobierno aseguran que el regreso del IVA al 10,5% para las leches más consumidas le permitirá a los comercios volver a descargar todo ese crédito fiscal acumulado en sus balances, y que no habrá aumentos en el precio final del producto una vez que entre en vigencia la medida. Incluso calculan que habrá una reducción en el precio de góndola de algunas leches.
Por otro lado, apuntan también a un “tratamiento equitativo”, ya que para algunas leches que hoy no tienen la exención y están gravadas al 21%, se pasará a una alícuota de 10,5%. La iniciativa oficial unifica con ese mismo porcentaje a la categoría de leche fluida y en polvo sin aditivos, que estaba exenta, pero representa una porción marginal del consumo de lácteos en la Argentina.
El objetivo oficial es desandar un mecanismo que consideran ineficiente, que fue impulsado de manera apresurada y con desinteligencia respecto a cómo funciona la formación de precios. El desafío, aseguran, es ordenar la cadena de producción y comercialización, normalizarla, generar transparencia y facilitar los controles a cargo de los organismos públicos para que se cumplan los acuerdo de precios, que seguirán monitoreados por la secretaría de Comercio Interior.
Qué pasó durante el gobierno de Macri
"La leche sin aditivos no existe desde el 2017, con lo cual, esa alícuota no existe desde entonces", explica el director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), Hernán Letcher. "Es un esquema que tenía un error de origen: la leche fluida no tiene IVA al público, pero para el supermercado sí, con lo cual ya estaba incorporada a su costo. No es que toda la cadena estaba exenta de IVA, como debería hacerse", agregó el economista.
Hasta agosto del año pasado, estaba exenta de IVA la leche sin aditivos -lo que las marcas comerciales llaman extra calcio, con hierro, light, ultra pasteurizada, entre otras- y para el resto (las más consumidas) se mantenía la alícuota el 21 por ciento. Con la reforma del ex presidente post-PASO, pasó a eliminar el IVA pero solo para el consumidor final, no para el resto de la cadena láctea (tambos, industria y comercio). La medida significó que no se pagara el IVA para algunos alimentos (por el IVA al consumidor final), pero que sí se pudiera cobrar (de forma implícita en el precio), lo que genera una transferencia de recursos.
Qué cambió (hasta ahora) con Alberto
Aquella medida venció el 31 de diciembre pasado. En aquel momento, ya con la nueva administración, se acordó con las empresas el financiamiento del IVA al consumidor final a los supermercados, para no trasladarlo a precios. Por lo que el esquema actual quedó con una cadena láctea que pagaba 21% de IVA en cada uno de sus pasos, pero el Estado compensaba el costo del 21% final, el que llegaba al comprador en los grandes comercios. Lo que busca el Gobierno es retirar las compensaciones y unificar la alícuota de IVA en 10,5% para toda la cadena, reduciendo los costos en cada uno de los pasos.