Los aportes de la construcción con madera son múltiples y abarcan diferentes aspectos, desde el ahorro de energía por tener una prestación más eficiente, hasta el desarrollo de la economía y la creación de puestos de trabajo en varias provincias, además de una mejora en la calidad de vida de sus habitantes.
La directora nacional de Desarrollo Foresto Industrial, Sabina Vetter, destacó -en declaraciones a Télam- que "la Argentina tiene actualmente 30 millones de toneladas de materia prima que se consume por año, de las que un poco más de la mitad, 16 millones, hoy no tiene destino, está plantada, no se cosecha".
"Sólo con esos 16 millones de toneladas se podrían construir unas 20.000 casas por año e incluso más, dependiendo de la composición de la construcción", señaló Vetter, la primera ingeniera forestal en ocupar la titularidad de la Dirección.
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La potencialidad de un sector como el foresto-industrial, que en todas sus áreas genera aproximadamente unos 200.000 puestos de trabajo, podría encontrar un desarrollo adicional de la mano de la construcción, si se tiene en cuenta que se demanda un puesto de trabajo cada dos viviendas de madera de 60 metros cuadrados, según datos de la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (Faima).
Graduada en la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Nacional de Misiones y con una amplia trayectoria en el sector, Vetter suma a su condición de ingeniera forestal una especialización en Energías Renovables y en Gestión y Auditorías Ambientales, se incorporó a la función pública nacional convocada por el ex ministro de Agricultura, Julián Domínguez, y luego de la asunción de Sergio Massa como ministro de Economía fue confirmada por el secretario Juan José Bahillo.
Desde la perspectiva que le da su formación, puso de relieve que "la construcción de casas con madera nos permite cumplir con el Acuerdo de París", suscripto por 196 países - entre ellos la Argentina- en el marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que establece medidas para la reducción de Gases de Efecto Invernadero (GEI).
Al respecto, resaltó que "una casa de madera es más térmica que una construcción tradicional, tiene mejores condiciones de aislación, con menos requerimiento de calefacción en invierno y de refrigeración en verano en relación con otros materiales".
"Una buena casa de madera, bien construida, mejora la calidad de vida, es un producto natural y su disposición final es biodegradable, reutilizable", puntualizó, además de subrayar la importancia que revisten para impulsar el desarrollo económico y la generación de puestos de trabajo en varias provincias.
En ese sentido, sostuvo que "en las provincias mesopotámicas hay industrias importantes que fabrican tanto casas con madera como componentes para su construcción", pero el impulso a la actividad excede los límites de Misiones, Corrientes y Entre Ríos, ya que "en el sur también hay muy buenas construcciones".
La localidad neuquina de San Martín de los Andes es el ejemplo principal destacado por Vetter, quien describió que "hay barrios enteros de gente de un poder adquisitivo medio-alto, en los que están construyendo todo con madera".
"La mayoría de las casas en esa ciudad son de madera y son hermosas, embellecen el lugar con esos jardines y esa ornamentación", agregó.
El trabajo conjunto público-privado que la convocatoria de la Mesa Técnica busca coordinar continuará con otras reuniones a lo largo de 2023 en las que se buscará avanzar en varios ejes, una vez consensuadas las normas de estandarización de materiales.
Para Vetter, "algo que generaría un impacto positivo sería que en todos los municipios y provincias, las licitaciones públicas incorporaran un porcentaje de construcción de casas con madera".
"Podría ser mampostería y madera en partes iguales, es cierto que hoy no contamos con el desarrollo para poder cumplir esa proporción, pero se puede empezar con un porcentaje menor para llegar a un 50% como meta final", manifestó.
En ese sentido, subrayó la importancia del trabajo del Estado en sus tres niveles, ya que más allá de las pautas nacionales y las legislaciones provinciales, "las municipalidades son las que tienen que aprobar los planos y ahí habrá que ver cuáles son las debilidades, los puntos críticos y resolverlos para poder habilitar las construcciones".
Asimismo, evaluó la posibilidad de "algún tipo de promoción impositiva para que, por ejemplo, el usuario final no pague IVA".
"El usuario final es el que va a elegir en función de los costos y si a la madera le bajamos un poco la carga impositiva, creo que estaríamos entrando en el abanico de opciones interesantes", consideró.
Por último, Vetter advirtió que "es importante que los bancos puedan incorporar alguna oficina técnica para que puedan analizar estos proyectos y que toda su normativa interna también contemple la presentación de proyectos de casas con madera", teniendo en cuenta que las entidades financieras "tienen que cumplir con las normas del Acuerdo de París".
Con información de Télam