El Senado buscará esta semana convertir en ley el proyecto que elimina la cuarta categoría (para trabajadores y trabajadoras) en el impuesto a las Ganancias y establecer un piso del 15 por ciento para las grandes compañías. El titular de la AFIP, Carlos Castagneto, remarcó en medio del debate que "las grandes empresas prácticamente no pagan nada de Ganancias" y sentenció: "Pagan el 2,45 por ciento aproximadamente cuando en relación de dependencia se paga el 33 o 35 por ciento”.
Además, a través de una separata, anexa en el proyecto de Presupuesto 2024, el Gobierno busca eliminar o reducir los beneficios impositivos plasmados. "Hoy, en muchas cosas, los impuestos son regresivos. Los grandes pooles empresariales juegan con la contabilidad y hacen que no se pague IVA sobre ciertas cuestiones”, advirtió el titular del ente recaudador.
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Tras convertirse en el tema central de la agenda del Congreso, especialistas tributarios expusieron en comisión de Diputados sobre una reforma integral al sistema, con el objetivo de continuar con su tratamiento este lunes y poder tratarlo sobre tablas el miércoles. La parte del impuesto a las Ganancias que pagan directamente las empresas es apenas un poco mayor a lo que recae en asalariados, pese a la renta extraordinaria de estos últimos. De acuerdo con un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), las impuesto a las Ganancias sobre las personas representa el 32,3 por ciento, mientras sociedades alcanza el 67,7 por ciento.
Contabilidad creativa
Los beneficios impositivos y distintas deducciones permiten a las grandes empresas definir una contabilidad creativa que busca reducir la incidencia del impuesto. Las empresas, en especial las grandes corporaciones, no pagan la alícuota íntegra que es de 35 por ciento (para las ganancias por encima de los 143 millones de pesos al año). Esto es así porque logran acceder a distintos regímenes de beneficios, moratorias y planes de pago para deducir distintos conceptos del impuesto (donaciones, responsabilidad social, forman Fundaciones, honorarios, beneficios a empleados, y otros).
Esto hace que terminen tributando menos, lo que a grandes rasgos puede estimarse en alrededor de un 10 por ciento sobre la ganancia efectiva, e incluso casos en donde no llega al 2 por ciento.
El Destape relevó los últimos balances -trimestrales y semestrales de este año- de las principales empresas cotizantes en Bolsa, en el que se detalla lo pagado por impuesto a las Ganancias sobre resultado bruto (no ventas): Aluar (10 por ciento), Los Grobo, de los hermanos Grobocopatel (11 por ciento), HSBC (11,8 por ciento), Supervielle (4,9 por ciento), Arcor (12,5 por ciento), Ledesma (10,9 por ciento), Ternium (15,9 por ciento), Macro (3,3 por ciento), Molinos (4,3 por ciento) y Banco Columbia (4,2 por ciento).
Si se toma el ejercicio 2022, sobre el cual se pagan Ganancia recién este año (con un año de dilación), se destacan Arcor, que pagó en concepto de ese impuesto el 3,65 por ciento en relación a las ventas o 12,41 por ciento en relación a la ganancia bruta; Molinos (0,34 por ciento en relación a las ventas o 1,38 por ciento en relación a la ganancia bruta); Grupo Clarín (1,76 por ciento en relación a las ventas o 5,05 por ciento en relación a la ganancia bruta), Tenaris (5,24 por ciento en relación a las ventas o 13,2 por ciento en relación a la ganancia bruta) y Ternium 3,49 por ciento en relación a las ventas o 14,6 por ciento en relación a la ganancia bruta).
Estas menores alícuotas responden a reducciones del impuesto como las leyes de promoción industrial, leyes de promoción no industrial, en el sector de la minería, sociedades de garantía recíproca (entidades financieras que dan crédito a las pequeñas y medianas empresas), la ley de la economía del conocimiento, entre otras.
Hasta agosto la recaudación de Ganancias (impositiva) acumula 4,6 billones de pesos, con un incremento de 87,8 por ciento interanual, por debajo de la inflación. Sólo con estos beneficios al capital, en el Presupuesto 2023 se estima que el Estado dejaría de recaudar unos 355.320,9 millones de pesos, equivalente al 0,24 por ciento del PBI. El impuesto sobre la renta y ganancias de sociedades ya había aumentado 0,3 por ciento, de 2,5 puntos a 2,8 puntos porcentuales.
El promedio de la carga de estos impuestos sobre el PBI total de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es de 11,3 por ciento, el doble que en Argentina. En el caso de América Latina, cabe mencionar el caso de Chile es un 8,5 por ciento; en Brasil, el 8 por ciento y en México, el 7,3 por del PBI.
Un apoyo global
De conjunto, lo que se recauda por Ganancias (incluido el impuesto al salario) representa 5,4 por ciento del PBI, cuando en países “centrales” representa alrededor del 15 por ciento del PBI. El secretario de Programación Económica, Gabriel Rubinstein, también adelantó días atrás que, si se alcanza esa meta, se puede avanzar en "relajar las restricciones cambiarias" porque el año que viene ingresarán 45.000 millones de dólares más que en 2023. El año electoral anticipa una discusión caliente en el Parlamento.
El texto incluido en el proyecto de ley por el ministro de Economía y candidato presidencial Sergio Massa destaca como conclusión la necesidad de avanzar con “la aplicación de un Impuesto Mínimo del 15 por ciento a calcular sobre el Resultado Contable de las grandes empresas”. Estos beneficios representan el 2,5 por ciento del Producto (de acuerdo con el Proyecto de Presupuesto 2023), un número mayor al déficit primario proyectado para el año que viene en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
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Las exenciones impositivas son el monto de ingresos que el fisco deja de percibir al otorgar un tratamiento impositivo preferencial, con el objetivo de beneficiar o favorecer el desarrollo de determinadas actividades, zonas, contribuyentes o consumos. El monto de los gastos tributarios estimado para 2023 alcanzará a 3,6 billones de pesos, lo que equivale al 2,5 por ciento del PBI, de acuerdo con el proyecto de Presupuesto para el próximo año.
De ese total, más del 70 por ciento corresponden a tratamientos especiales establecidos en las leyes de cada uno de los impuestos vigentes, mientras que el porcentaje restante (30 por ciento) es acaparado por diversos regímenes de promoción económica.
"Ahí existen un montón de cosas. Está el impacto de los quebrantos, de la actualización por inflación; cosas que como tratamiento impositivo en el balance no las ves porque, digamos, son alcanzadas por el impuesto o no, son consideradas como gasto o no. No es tan sencillo de hacer el cálculo sobre el resultado operativo. De hecho hay un montón de correcciones para hacer sobre eso", señaló este medio el director del CEPA, Hernán Letcher.
Triangulación o cooperación
Los países están perdiendo un 1,7 por ciento en materia fiscal más a causa del abuso de los paraísos fiscales. "Los países están perdiendo 480 mil millones de dólares en impuestos al año a causa de paraísos fiscales, lo que representa 8 mil millones de dólares más que los 472 mil millones de dólares reportados anteriormente por el Estado de Justicia Fiscal 2023", señaló la organización Tax Justice Network.
Según el informe de la entidad, de las diez jurisdicciones offshore sólo los paraísos fiscales británicos Jersey, Guernsey y Gibraltar, han impuesto una pérdida de 10 mil millones de dólares en impuestos corporativos al año a otros países al facilitar el traslado de ganancias por parte de corporaciones multinacionales.
En diálogo con El Destape, coordinador de justicia fiscal de Latindadd, Luis Moreno, consideró que "es una propuesta interesante, digamos, para recaudar recursos; pero también en el marco de hacerlos más un poco más progresivo". "Esperemos que el proyecto finalmente se apruebe", señaló el directivo de la Red Latinoamericana por Justicia Económica y Social, integrada por instituciones y organizaciones sociales de países latinoamericanos que trabajan por la solución de los problemas derivados de la crisis sistémica y para crear condiciones que permitan el establecimiento de una economía al servicio de la gente.
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"En realidad, digamos, con una serie de deducciones, beneficios que tienen las empresas terminan por tributar el 5 por ciento o menos; algunas no tributan casi nada", señala el Moreno. El especialista señaló que la suba se enmarca con el pedido de la OCDE, que ha propuesto a nivel global -hay alrededor de 130 países- que se han sumado sobre el tema de la evasión y elevar la tasa efectiva mínima para la grandes corporaciones. "Nosotros abogamos para que la recuperación de esos ingresos sea mayor en el caso de de países de América Latina porque al final quienes se te se van a terminar yendo recoger esa mayor ganancia son los grandes grandes países", explicó el coordinador de justicia fiscal de Latindadd.
"En el caso de Argentina, la tasa efectiva no depende de la recaudación del país. ¿En el caso de la imposición global, va a depender de otros factores, de dónde viene la tributación de la empresa?", sostuvo el directivo. "De todos modos, es una señal interesante en el caso del Gobierno argentino de tratar de modificar esa tributación, sobre todo de las de las grandes corporaciones para evitar que algo que ustedes tratan mucho que no terminen tributando o haciendo algún dibujo para triangular con otros países", señaló a este medio el especialista.
"El gran problema es el tema de la transparencia porque todavía siguen habiendo lugares que ofrecen el secretismo y siguen ofreciendo la opacidad a nivel internacional. Y el otro gran problema es que las normas internacionales tributarias todavía siguen siendo laxas u obsoletas", insistió. "Sigue habiendo gran transferencia de recursos de nuestros países hacia estas guardia fiscales y el problema es quienes hacen las normas fiscales internacionales es ese pequeño grupo de países. Son los mismos que hacen las normas y que, al final también cuando vemos los resultados, son los mayores proveedores de opacidad a nivel internacional", concluyó Moreno.