El círculo rojo no disimuló su disconformidad con el congelamiento de 1.500 productos, la primera medida que anunció Roberto Feletti después de asumir como secretario de Comercio Interior. Algunas instituciones que nuclean a los empresarios de mayor peso del país incluso lanzaron munición gruesa contra el Gobierno nacional en clara defensa de sus intereses, con un desentendimiento de su rol en la inflación que supera el 50%.
La Asociación Empresaria Argentina (AEA) se pronunció enérgica contra la decisión de Feletti. "La reciente resolución de la Secretaría de Comercio Interior respecto de la fijación de precios máximos es una medida muy negativa para el funcionamiento habitual de las empresas establecidas en nuestro país", embistió. La organización que preside Jaime Campos opinó que “la experiencia de Argentina y mundial es muy elocuente en cuanto a que los congelamientos de precios no resuelven el problema de inflación”.
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"Esta medida, al alterar significativamente la previsibilidad necesaria, desalienta la realización de inversiones productivas y la generación de nuevos empleos por parte del sector privado, que es el actor central del desarrollo económico y social", señaló la entidad que se creó en mayo de 2002 para imponer el lobby de las grandes corporaciones nacionales en el pleno de la peor crisis social argentina.
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Si bien este comunicado fue fuerte contra Nación, fue la última de una serie de declaraciones del empresariado que se opusieron. Horas antes, el presidente de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), Mario Grinman, aseguró que habrá faltantes en las góndolas. “Va a haber desabastecimiento, no tenga ninguna duda. Cuando se le termine al que ya tiene fabricado a ese producto, si eso le provoca pérdida no lo va a volver a fabricar porque no hay manera”, le dijo el representante de la organización centenaria a la radio santafesina LT9.
Estas palabras fueron tomadas por el Gobierno nacional como una intimidación real, dado que, si se lo propusieran, las compañías podrían eliminar la provisión de bienes esenciales. “Ni amenazas a los argentinos y argentinas ni desabastecimiento. Lamentamos mucho este tipo de amenazas que no son a un Gobierno ni a una política, sino al Pueblo argentino”, le respondió Feletti por Twitter. “Siempre estaremos abiertos al diálogo y a la negociación, pero no en estos términos”, le aclaró.
Por eso, se apresuró la CAC para salir a distanciarse de su presidente: "Ante la respuesta que tales expresiones merecieron por parte del secretario de Comercio, la entidad considera oportuno aclarar que estas no tuvieron otro objetivo que el de hacer saber a la opinión pública la postura institucional". Manifestó además su "plena vocación de colaborar" con el Gobierno nacional. Esta clarificación pareció dejar entrever que, si bien la cámara no avaló el tono de Grinman, la organización sintió malestar con la decisión de contener la inflación de Feletti.
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El martes tampoco escondió su enojo la COPAL, coordinadora que nuclea a más de 2.000 productoras de alimentos del país. Mientras su comunicado inició con que cuentan con “voluntad de colaboración y diálogo para el acuerdo”, arremetió que en la convocatoria a un acuerdo de precios de la Secretaría de Comercio Interior “no están garantizadas las condiciones para conciliar las posibilidades de los sectores frente al pedido de estabilización de precios”. “A pesar del esfuerzo realizado por las empresas en enviar sus propuestas de participación, las mismas no fueron tenidas en cuenta, así como tampoco fue considerado el pedido de generar un espacio de intercambio en lo inmediato, que permita clarificar las realidades y posibilidades de los distintos sectores y encontrar en conjunto un acuerdo sostenible”, planteó.
Aunque el presidente de la COPAL, Daniel Funes de Rioja, tomó una actitud mucho más dialoguista frente al funcionario, no se llegó a un terreno común en el encuentro. Ante esto, el economista definió que se mantendrán las conversaciones, pero antes resolvió retrotraer al 1 de octubre y congelar por tres meses 1.432 productos de consumo masivo para ponerle un freno a los incrementos desmedidos que observó en lo que va de este mes. Algunos bienes habían visto disparadas del 10% y 20% de una semana a la otra.
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Control de precios de los gobernadores e intendentes
La portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, afirmó que el Gobierno “va a controlar el cumplimiento" de la lista de precios máximos "con todas las herramientas que tiene el Estado a su alcance”. En un contacto que mantuvo con la prensa en Casa de Gobierno, Cerruti también estimó que “no va a haber desabastecimiento” de productos.
Cerruti explicó la resolución de congelamiento con que "había que darle un corte al tema precios, en algún momento había que sacar la resolución porque la disparada de los precios no tiene ninguna explicación ni justificativo, ni macroeconómico ni político”. La vocera sostuvo que “no hay ninguna razón cierta” para que la situación “haya cambiado de un mes a esta parte como para que estén remarcando y había que poner un parate, y esto pasó ayer: los precios estaban descontrolados, y hay que controlarlos”.
Por la tarde del miércoles, Feletti obtuvo el apoyo explícito del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, e intendentes metropolitanos, para garantizar la estabilidad de precios. En el encuentro, avanzaron con la puesta en marcha de mecanismos de control que garanticen el cumplimiento de las medidas establecidas por la Secretaría de Comercio Interior.
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“Desde la Provincia respaldamos y vamos a acompañar las medidas que está implementando el Gobierno Nacional para cuidar el bolsillo de la gente”, aseguró Kicillof. “Nuestra propuesta es trabajar junto a los municipios en materia de controles, ya que estamos observando un crecimiento muy acelerado de los precios que lleva a que, si bien las y los argentinos están mejorando sus ingresos, terminan consumiendo lo mismo”, agregó.
“Estamos saliendo de la pandemia y hay que buscar consensos y trabajar para que la reactivación no sea aprovechada por unos pocos”, remarcó el gobernador. Al mismo tiempo, subrayó que “después de haber perdido poder adquisitivo durante el Gobierno anterior y producto de la pandemia, tenemos que articular las políticas necesarias para que las mejoras en los ingresos no sean absorbidas por aumentos en los precios”.
Las ganancias de las corporaciones alimenticias, por las nubes
El 74% de la facturación de los productos de la góndola se corresponden con solo 20 empresas. Entre ellas se encuentran Molinos Río de la Plata, Arcor, Unilever, Mastellone, Coca Cola, Danone, Procter & Gamble, Cervecería Quilmes, Pepsico, Mondelez, Nestle y Bagley.
Molinos Río de la Plata, Arcor y Ledesma evidenciaron un crecimiento exponencial de sus resultados, publicó El Destape. De acuerdo con la información pública que provee la Bolsa de Comercio y la Comisión Nacional de Valores, Arcor informó para el segundo trimestre del año una ganancia de 4894 millones pesos, un 27 por ciento por encima de los primeros tres meses del año (enero-marzo), cuando había comunicado un resultado operativo de 3857 millones. La empresa logró así aumentar sus ganancias por encima de la inflación, dado que entre trimestres fue de la mitad de ese valor.
Por su parte, Molinos Río de la Plata, ganó en el primer semestre 998 millones de pesos. Para el mismo período del ejercicio anterior había informado una ganancia neta de 912 millones, luego de haber revertido un rojo financiero durante el macrismo.