La caída de la actividad durante los primeros meses de gobierno de Javier Milei, producto de la devaluación y la disparada inflacionaria, generaron un derrumbe en todos los rubros de importaciones, desde las de consumo masivo a las de bienes de capital, reveló el Indec este jueves.
Así lo especificó el organismo estadístico en su informe de precios y cantidades del comercio exterior acerca del primer trimestre de 2024, que refleja el freno puesto a las importaciones por parte de Milei y del ministro de Economía, Luis Caputo.
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Pese a establecer un marco formal para la apertura comercial en diciembre pasado, el Gobierno mantuvo pisadas las importaciones a través de un sistema de diferimiento en el giro de dólares de hasta 120 días por el Banco Central. Esto se reflejó en una acumulación de deuda comercial de hasta 9.000 millones de dólares en los primeros tres meses de este año, contracara de la acumulación de reservas por una cifra similar en la autoridad monetaria.
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El resultado está ahora a la vista. El Indec reveló hoy que las importaciones de bienes de capital bajaron un 15,4% interanual en el primer trimestre de 2024 medido en cantidades. Del mismo modo, las importaciones de bienes intermedios decrecieron un 10% en el mismo período, y las de bienes de consumo un 18,5%. Es decir, el derrumbe de la actividad no discriminó a ningún rubro.
También se registró una baja del 64,3% en la importación de combustibles y lubricantes. Aunque el consumo de combustible es un preciso indicador de la actividad, esta cifra tan abultada se da en contexto del mayor autoabastecimiento energético por la inauguración del Gasoducto Néstor Kirchner en julio pasado. De hecho, la exportación de combustibles creció un 18% interanual, según el mismo informe.
El único rubro importador que creció fue el de automóviles ("vehículos automotores de pasajeros"), con un aumento del 43% interanual en el trimestre. Esto se debe, sobre todo, al fuerte parate que sufría este sector un año atrás, explicó el experto en comercio exterior Marcelo Elizondo.
La caída de la actividad interna como reflejo de la baja en importaciones
Evidentemente, este derrumbe importador tiene su correlato directo en los números de la actividad interna. La capacidad instalada de la industria se ubicó en un piso histórico del 54% en enero y del 57% en febrero, cayendo por debajo del 60% por tercer mes consecutivo tras un año por encima de esa cifra. A modo de comparación, la capacidad instalada de febrero de 2023 había sido del 65%. En otras palabras, los incentivos de la industria para importar bienes de capital son bajísimos, tal como se refleja en la caída del 15% en las importaciones de esta categoría.
En igual sentido, las ventas minoristas pyme siguieron derrumbándose durante el primer trimestre: un 28,5% interanual en enero, un 25,5% en febrero y un 12,6% en marzo, según cifras de la CAME, lo que impacta fundamentalmente en la caída de las importaciones de bienes intermedios del 10%.
Otro tanto ocurre con los bienes de consumo (cayeron un 18,5%). Según mostró la consultora Scentia, el consumo masivo en supermercados y comercios de cercanía cayó un 5,1% interanual en el primer trimestre de 2024, en una tendencia que incluso fue profundizándose progresivamente para alcanzar un 7,5% en marzo.
De este modo, la apertura de la importación de bienes de consumo masivo, puesta en marcha por el Gobierno a mediados de marzo habilitando el giro de dólares a 30 días, no logró compensar la enorme baja en esta categoría.
En todo caso, la incógnita ahora es si abril permitirá una recuperación de alguno de estos tres segmentos de bienes importados, luego de que el Banco Central permitiera el acceso al MULC para ellas también al plazo de 30 días.