Los allanamientos impulsados por la Aduana, por una supuesta fuga de 400 millones de dólares por pedidos de importación truchos, colocó sobre la mesa, nuevamente, la fuga de divisas. Según se informó desde fuentes oficiales, tamaña organización que manejaba CUITs truchos para operar en el comercio exterior “fue posible porque hubo irregularidades que se filtraban por los errores de control que presentaba el Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI)”. Tal esquema estaba bajo la jurisdicción de del ministerio de Desarrollo Productivo, que condujo Matías Kulfas.
No es la primera vez que el esquema de autorizaciones de importaciones haya sido señalado como un carril para la fuga. La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner lo había insinuado durante una disertación en el Teatro Argentino de La Plata. Además, desde el kirchnerismo en la Cámara de Diputados se había elaborado un informe crítico sobre el manejo de las reservas destinadas al pago de deuda para privados y la sobrefacturación de importaciones.
La Aduana realizó 50 allanamientos en simultáneo en diferentes puntos del país, en el marco de la causa 452/23 del JNPE N° 2, a cargo del juez Pablo Yadarola. Los procedimientos fueron realizados en el microcentro porteño, Rosario, Córdoba y Bahía Blanca en conjunto con Policía Federal Argentina, División Lavado de Activos. La maniobra descubierta consistía en simular importaciones, utilizando documentación falsa, con el único objetivo de fugar divisas al exterior. En algunos casos, los CUITs utilizados para las maniobras ilícitas correspondían a personas muertas.
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El origen de la causa y críticas al SIRA
Esta causa puso en escena la fuga de divisas del Banco Central en el marco de la cuantiosa habilitación de importaciones ocurridas durante la primera parte de la gestión del Frente de Todos. Según informaron desde la Aduana, el sistema SIMI no tenía trazabilidad del giro contra la importación de mercadería, por lo que no se podía realizar un cruce sistémico. Esto fue corregido con la implementación del Sistema SIRA, implementado durante la gestión de Sergio Massa.
La investigación surgió de un cruce sistémico efectuado por la Aduana “comparando los giros de divisas cursados con los bancos con las importaciones que nunca efectuaron los falsos importadores”, explicaron desde el organismo nacional.
En dicho cruce se detectaron SIMIs falsas, “que habrían sido realizadas con la connivencia del personal del sector de comercio exterior de diversos bancos y financiera”. En el caso de algunos estudios contables y jurídicos, se armaban las empresas y en otros ofrecían aumentar la capacidad económico financiera a quienes giraban las divisas. De ahí la serie de allanamientos.
Los giros al exterior realizados por la organización bajo investigación se efectuaron a 146 firmas estadounidenses –fundamentalmente LLCs radicadas en Delaware y La Florida- que están vinculadas a ciudadanos argentinos, según explicaron desde la Aduana. Por eso, el organismo que conduce Guillermo Michel puso en conocimiento de la situación al Homeland Security Investigations para recabar información de las empresas en EEUU.
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Impos y deuda para la fuga
Durante una disertación en La Plata, Cristina Fernández de Kirchner había puesto el ojo en la salida de dólares del Banco Central. En su caso, mencionaba especialmente los dólares destinados al pago de deuda privada, que a lo largo de los últimos tres años se engulló parte del superávit comercial registrado.
"Tuvimos un superávit comercial de 45 mil millones de dólares desde diciembre de 2019. Pero una parte muy importante se fue en pago de la deuda privada de empresas privadas. No debió haber salido ese dinero", había manifestado CFK durante su clase magistral desde el Teatro Argentino de La Plata.
CFK había marcado un problema de fondo. Según datos del BCRA, casi el 50% del stock de la deuda externa privada fue otorgada a sociedades relacionadas entre sí. La hipótesis subyacente en las palabras de CFK es que esos dólares que circularon entre empresas vinculadas podría haber constituido un capítulo más de la fuga de divisas.
El kirchnerismo en la Cámara de Diputados, cuando todavía Máximo Kirchner ocupaba la presidencia del bloque del FdT, había elaborado un informe con una conclusión similar: que la mayor parte de los dólares del superávit se habían ido al pago de deuda privada y la posible sobrefacturación de importaciones. El trabajo interno había sido anterior al escándalo de las “cautelares para importar”.
En ese trabajo, al que tuvo acceso este periodista, se indicaba que la salida de divisas para el pago de capital e intereses de préstamos, bonos y créditos e importaciones había tenido un pico en 2018, durante la gestión de Macri, que luego fue sostenido hasta octubre de 2020.
“El promedio anual entre 2004 y 2015 –salida de divisas para el pago de compromisos externos privados - fue de 2,4% del PBI; entre 2016 y 2019, del 4%; y entre 2020 y 2021 fue de 3,9%. Es decir, en este flanco de la política económica, que fue administrado por el BCRA y (Matías) Kulfas hasta octubre del 2020, se comprueba la continuidad con el macrismo”, puede leerse en el informe al que accedió El Destape, utilizado como insumo por los referentes del kirchnerismo.
Dicho informe concluía con la siguiente pregunta: “Estos mismos actores privados que accedieron a divisas para el pago de deuda y otros fines, ¿no habrán formado Activos Externos durante el festival macrista?”.
La investigación en curso quizá responda ese interrogante.