El Banco Central dio de baja un reaseguro para importadores tras críticas libertarias

El BCRA dio de baja unas letras nominadas en dólares pero pagadas en pesos que ajustaban según la evolución del tipo de cambio o la inflación. Estaba destinada a importadores, sobre todo alimenticias dentro de Precios Justos. 

30 de noviembre, 2023 | 20.55

El Banco Central discontinuó el instrumento que les permitía a los importadores acceder a un bono de cobertura, atado a la inflación o la evolución del tipo de cambio, que funcionaba como un seguro sin costos contra posibles devaluaciones (Lediv). Estas letras de cobertura eran tomadas, entre otros sectores, por alimenticias incluidas dentro de Precios Justos que importaban insumos pero sin acceder al Mercado Único y Libre de Cambio. Toda la operatoria era en pesos, de ahí los títulos de reaseguro. Pero como desde La Libertad Avanza adelantaron que una de sus primeras medidas sería la eliminación del esquema de control de las importaciones conocido como SIRA y el programa Precios Justos, el BCRA consideró que las Lediv ya no tenían sentido.

Las Letras Internas del Banco Central en dólares y liquidables en pesos por el tipo de cambio de Referencia a tasa funcionaban como un seguro sin costo contra una eventual devaluación. Fueron creadas hace más de un año, en un contexto de escases de reservas y una inflación en ascenso. Antes de las PASO, el stock de estas letras era de 1900 millones de dólares –siempre pagadas en pesos-, mientras que al cierre de la semana pasada había saltado a los 5200 millones.

Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.

SUSCRIBITE A EL DESTAPE

Los libertarios pusieron los dientes sobre este instrumento. “Las Sira no son deuda pública. Por lo tanto, el Estado no tiene la obligación de garantizar esos pagos que corresponden a las empresas privadas. Pero el BCRA sí es responsable por los bonos del Estado con cláusulas perversas que pagan según la variación del tipo de cambio o la inflación. Esto no será fácil de pagar”, argumentó la economista Diana Mondino, próxima canciller del Gobierno de Javier Milei.

Ante las críticas del futuro nuevo Gobierno y los dichos de algunos de sus representantes sobre la eliminación de las SIRA y los controles de precios, el BCRA decidió discontinuar el programa “que permitió mantener el nivel de actividad económica a distintos sectores productivos del país, al otorgarles cobertura del tipo de cambio para que puedan acceder a financiamiento para las importaciones que concretaron”.

Desde la autoridad monetaria aclararon, también, que toda la operatoria de las Lediv era en pesos; se depositaban pesos y se percibían pesos. “En ningún momento se garantizaba el acceso al mercado de cambio”, explicaron desde el BCRA.

“Ese depósito sólo era posible entre la fecha de despacho a plaza de la importación y la fecha efectiva de acceso al mercado para pagarla. De tal manera, una empresa que contaba con los pesos para afrontar el pago de sus importaciones en lugar de hacerlo al contado obtenía financiamiento externo y depositaba los pesos en una cuenta que remunera por el valor del tipo de cambio. Al final del plazo, la empresa tiene la misma capacidad de cancelar el pago de la importación”, aclararon desde la autoridad monetaria.

Pero La Libertad Avanza no quiere saber nada con los controles al comercio exterior, ni las regulaciones sobre precios ni muchos menos con la emisión monetaria. Ante este escenario, el regulador del sistema financiero dio de bajo dicho instrumento.

Bruta desregulación

¿Cuál es la propuesta de Mondino y La Libertad Avanza para controlar la inflación y garantizar las importaciones necesarias? La película se repetirá como en la década de 1990.

“Si racionalizamos la energía, esto nos pega en la inflación; si racionalizamos el acceso al mercado de cambio, también nos pega en la cotización del dólar y en la inflación; cualquier cosa que racionalicemos, te genera un salto. Entonces, no va a quedar otra que hacer una bruta desregulación”, anticipó Mondino. Los empresarios de la UIA que la escucharon, fueron condescendientes con la futura canciller.