La sequía de 2022-2023, la peor en la historia argentina reciente, no impidió que el sector sojero y cerealero se mantuviera como el de mayor generación de divisas en el primer semestre. Como reverso, la caída en las importaciones llevó a que los sectores deficitarios perdieran menos dólares que el año pasado.
Específicamente, entre enero y mayo de 2023 el rubro de Oleaginoso y Cerealero generó 8.336 millones de dólares, ubicándose, aún con el efecto de la sequía, como el que por lejos más divisas le generó al país, según mostró un informe de la Universidad de Avellaneda (UNDAV).
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En segundo lugar, se ubicaron los alimentos con una exportación de 3.022 millones de dólares, seguidos por la minería con 1.403 millones. Luego, el resto de los productos del agro, con una generación de 1.017 millones de dólares en el período. En quinto lugar, la informática exportó entre enero y mayo un total de 479 millones.
De este modo, la soja y los cereales lograron mantenerse como el sector que más dólares generó en el primer semestre del año pese a la sequía ya que, a comparación con 2022, exportaron un 48% menos.
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En rigor, estos cinco sectores enumerados son los únicos generadores de divisas netas. Al contrario, el informe de la UNDAV precisó que el sector más deficitario en cuanto al intercambio comercial fue el de Maquinarias y Equipos, con un egreso neto de 1885 millones de dólares.
Lo siguieron Comercio, con un egreso neto de 1.871 millones de dólares, Industria química, caucho y plástico con un egreso neto de 1.860 millones, Electricidad con un egreso de 1.680 millones, Transporte con un egreso de 1.465 millones y Automotriz con un egreso de 908 millones.
La baja en las importaciones
Lo más significativo, sin embargo, es que todos estos sectores tuvieron un déficit menor que en el 2022 y llegó a un tope de caída en el caso de las automotrices, que en 2022 habían generado un déficit de 1.507 millones de dólares. Lejos de tratarse de un panorama positivo, estos datos evidencian la restricción a las importaciones establecida en el último año en el contexto de la falta de dólares por la sequía y las obligaciones de pago de deuda.
De hecho, el período más restrictivo para las importaciones comenzó a fines de junio de 2022, con los nuevos topes establecidos por el Banco Central, por lo que resulta inevitable que la comparación interanual entre los primeros semestre otorgue una fuerte "ventaja" relativa a los déficits de 2023.
Esto mismo reflejó el Indec este jueves, ya que en su informe sobre precios y cantidades del comercio exterior mostró que las importaciones del segundo trimestre de este año cayeron un 3,7% en cantidades tomando la comparación interanual. Esto ocurrió tanto en las categorías de bienes de capital como de bienes intermedios, bienes de consumo y combustibles y lubricantes. Al contrario, solo creció la importación de vehículos automotores terminados y de piezas para bienes de capital.
El correlato es que las exportaciones, según el propio organismo estadístico, también mostraron una caída, de un 19,8% general. No se trata solo del efecto de la sequía: mientras que los productos primarios bajaron sus ventas al exterior un 42% interanual entre abril y junio, las manufacturas de origen industrial exportadas también bajaron (aunque en un 6,6%).