Los combustibles aparecieron, pero con aumentos. Luego del lockout de las petroleras que derivó en faltantes de combustibles, el suministro volvió con un alza promedio de 10 por ciento en el precio a la salida de surtidor. La petrolera YPF aumentó desde la medianoche un 9,75 por ciento promedio los precios de las variedades de nafta y gasoil, tras expirar el acuerdo firmado entre las petroleras y el Ministerio de Economía en agosto que congeló los valores tras una suba de 12,5 por ciento en la semana posterior a las PASO.
También aplicaron aumentos en los combustibles a partir del primer minuto de este miércoles las estaciones de servicio de Shell, Axion y Puma, aunque esas compañías no informaron aún de manera pública los porcentajes de los incrementos ya aplicados en los surtidores.
De acuerdo con lo informado por YPF, los nuevos precios de referencia vigentes desde hoy en la ciudad de Buenos Aires pasaron a ser de 272 pesos para la nafta súper (hasta ayer, 248 pesos); 349 pesos la nafta premium Infinia (318 pesos); 292 pesos el diesel 500 (266 pesos) y 398 pesos el diesel premium Infinia (363 pesos).
Después de varios días de faltante, el ministro de Economía, Sergio Massa, anunció el martes el congelamiento del Impuesto a los Combustibles (ILC) y sostuvo que hará "lo que sea necesario para cuidar el bolsillo de los argentinos". Además acusó a las petroleras por especular en medio de las elecciones y por la venta de petróleo al exterior.
"Hemos publicado el decreto que establece el congelamiento del ICL. Un mecanismo por el cual el Estado no aumenta su participación en los impuestos para que la nafta no aumente más. Es decir, resignamos recursos del Estado, dejamos de cobrar impuestos, a los efectos de que la nafta no aumente más de los debido", marcó. Y apuntó: "Escuchamos pedidos de aumentos, muy por encima de la realidad que un sector -de los grandes ganadores de la economía argentina- necesitaba a los efectos de seguir invirtiendo".
Según el informe de IARAF, en CABA, la carga tributaria sobre el valor neto de la nafta era del 78 por ciento en marzo de 2018, pero en agosto de 2023 bajó al 42 por ciento, lo cual implica una caída del 46 por ciento. La caída se explica completamente por la decisión de Nación de postergar sucesivamente la actualización de ICL y del IDC. Esa medida modificó la estructura tributaria indirecta del combustible. En el 2018 el tributo con mayor participación era el ICL con 63 por ciento, en la actualidad es de solo 36,3 por ciento.
Massa convocó para este miércoles a los directivos de las principales compañías petroleras para discutir la política de precios que regirá a partir de este mes para los combustibles en el segmento minorista, con la idea de que el incremento esté alineado con el esquema de Precios Justos, señalaron ayer fuentes del Palacio de Hacienda.
A mediados de agosto, las secretarías de Energía y de Comercio validaron con las petroleras en la semana posterior a las PASO una suba de 12,5 por ceinto promedio de los combustibles y el compromiso de no mover los precios hasta el martes, 31 de octubre. Por entonces, la negociación incluyó una reducción del precio interno del barril de petróleo a 56 dólares, el congelamiento del tipo de cambio, la reducción de impuesto para las exportaciones, mayor disponibilidad de acceso a divisas y, temporariamente, un tipo de cambio diferencial para la liquidación.
Las fuentes del sector aseguran que esos acuerdos alcanzados en los últimos meses no fueron respetados desde el momento en que las petroleras "empezaron a especular en los últimos 15 días que luego del congelamiento iba a haber una devaluación y que, tras esto, surgiría un aumento de al menos 20 por ciento". Desde el Palacio de Hacienda aseguraron que el aumento que se realizará, como parte del nuevo acuerdo, “va a tener que estar alineado con el programa de Precios Justos”, es decir, en torno del 5 por ciento mensual.