La secretaria de Cambio Climático, Cecilia Nicolini, planteó hoy a la agenda climática como "mucho más que un objetivo de Gobierno", y la caracterizó como "una política de Estado".
Nicolini disertó en la última jornada del Seminario Nacional de Presupuesto Público que se realiza en la ciudad chaqueña de Resistencia, pero debió hacerlo de manera remota porque partirá hoy rumbo a Egipto para participar de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP 27.
La funcionaria precisó que "el cambio climático está reconfigurando la economía global y la geopolítica" y destacó al respecto la presentación que realizó el martes el presidente Alberto Fernández del Plan Nacional de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático al 2030, del que participaron más de 8.600 personas en su diseño para establecer "una política inclusiva, sostenible y de largo plazo".
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Entre los aspectos salientes de la iniciativa, Nicolini mencionó la transformación productiva y la transición energética, a la que caracterizó como "la madre de todas las batallas".
También se refirió a la necesidad de conservar los ecosistemas y a la de "avanzar en discutir una ley de humedales" para dar, entre otras cosas, "certeza jurídica en términos de inversiones".
"La política climática no es solo un objetivo de gobierno, es una política de Estado", manifestó la funcionaria, para luego aclarar que se la debe abordar "teniendo en cuenta las restricciones económicas que tenemos, pero con una mirada de justicia social y ambiental".
Asimismo, dio ejemplos concretos del impacto económico negativo derivado de la falta histórica de cuidado en cuestiones de cambio climático en todo el planeta, con impacto en la Argentina y en América Latina.
En el encuentro organizado por la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP), Nicolini alertó sobre las "pérdidas millonarias en soja y maíz" generada por "una sequía histórica".
También hizo hincapié en los problemas de financiamiento, ya que una cuantificación de los costos de la aplicación del plan indica que "nos va costar casi US$ 185.000 millones, una cifra enorme de cara al 2030 y 2050", y sostuvo que la región latinoamericana "va a necesitar entre cuatro y ocho veces más de financiamiento".
En ese contexto, señaló que "las agencias y fondos globales que tienen que financiar, están descapitalizados".
Con información de Télam
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