El presidente Alberto Fernández encabezó un acto donde anunció la promulgación de la ley que regula el desarrollo productivo del cannabis medicinal y el cáñamo industrial. En un acto celebrado esta tarde en Casa Rosada, el jefe del Estado sostuvo que la norma representa "un ejercicio concreto para acceder al derecho de la salud para muchos que necesitan esos medicamentos". Al mismo tiempo, remarcó que "es otro triunfo de la sociedad contra la hipocresía".
"El cannabis era palabra prohibida, hasta que escuchamos a una madres decir que los aceites extraídos hacían una vida más llevadera para sus hijos. El cannabis puede resolver problemas de salud a la gente", enfatizó Fernández. Lo acompañó el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas.
Sobre el tema, el Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, señaló: “Esta ley amplía la posibilidad de la producción y del acceso al cannabis como producto medicinal, lo que implica que muchas más personas van a poder tener acceso a una producción que va a facilitar el derecho a la salud, que hasta ahora podían hacerlo muy pocos”. Asimismo, apuntó: “A su vez, desde el Ministerio de Ciencia y Tecnología estamos trabajando fuertemente para que no solo sea la semilla sino que sea también la capacidad de elaborar productos con aporte tecnológico nacional; y generar una verdadera industria muy federal porque puede llevarse adelante en muchos lugares del país y en unidades de producción muy pequeñas. En este sentido también vemos una capacidad de exportación importante”.
El texto de la ley fue diseñado en las oficinas del Ministerio de Desarrollo Productivo está inspirado en ideas plasmadas por la diputada nacional del Frente de Todos Mara Brawer y la senadora nacional Anabel Fernández Sagasti. Entre las defensoras en la Cámara de Diputados se destacó Carolina Gaillard, presente en el acto de hoy en el Salón Mujeres Argentinas del Bicentenario.
Al respecto, la diputada señaló: “Nuestro gobierno escuchó la demanda de las organizaciones de la sociedad civil y de miles de pacientes que reclaman acceder de forma legal a una sustancia segura y de calidad”. En este sentido, Gaillard remarcó que “es una ley muy importante que genera una nueva industria y garantiza el derecho a la salud para miles de personas”. Y agregó que “esta ley abre un camino productivo, un camino a una nueva industria. Esta ley garantiza el desarrollo de nuestras economías regionales, genera trabajo y acerca la terapia con cannabis a miles de familias que vieron mejorías notables con este tratamiento”.
Cuáles son los beneficios de la ley
El objetivo de la normativa es brindar un marco regulatorio para la inversión pública y privada en toda la cadena del cannabis medicinal y complementar la actual legislación, la Ley 27.350, que autoriza el uso terapéutico y paliativo del cannabis. En el caso del cáñamo industrial, apunta a legalizar los eslabones productivos, los de comercialización y sus subproductos.
Cerca de 50 países cuentan con algún tipo de legalización de su uso medicinal e industrial para este mercado. Israel, Canadá, y Estados Unidos son líderes a nivel global; mientras que en la región avanzan Uruguay y Colombia. Según datos del Ministerio de Desarrollo Productivo, la producción de cannabis medicinal era de 1,4 toneladas en el año 2000, contra 468 toneladas en 2019. Para el mercado internacional, hay U$S 42.700 millones proyectados para 2024, una cifra 10 veces superior a una década atrás.
El mercado internacional del cannabis está creciendo sensiblemente, en la medida que se autoriza su uso para fines médicos y terapéuticos. Argentina cuenta con grandes oportunidades para ser un jugador relevante, por su tradición agropecuaria, su conocimiento científico y tecnológico y sus capacidades productivas. El potencial económico para el desarrollo de la actividad del cannabis medicinal y el cáñamo industrial para el año 2025 se proyecta en 10.000 nuevos empleos (alto porcentaje en Investigación, desarrollo e innovación), U$S 500 millones en ventas al mercado interno anuales y U$S 50 millones de exportación anuales.
A nivel mundial, el avance hacia la legalización del cannabis medicinal y recreacional generó gran interés no solo en académicos, hacedores de política y representantes de la sociedad civil, sino también en inversores y empresarios. Aunque el ritmo de crecimiento del mercado de cannabis medicinal ha estado por debajo de las expectativas generadas hace unos años, se observa una tendencia ascendente motorizada por el creciente número de países que habilitan su uso para el tratamiento de diversas patologías y la progresiva pérdida del estigma o prejuicio social respecto de su utilización.
Sin embargo, las oportunidades de expansión para esta industria no se limitan al mercado medicinal y recreacional. El cannabis puede ser utilizado con fines industriales y en horticultura, para fabricar diversos derivados (fibras, cosméticos, papel, materiales para la construcción, etc.), así como alimentos, bebidas e infusiones. Además, la industria genera repercusiones indirectas no solo por la compra de insumos y bienes de capital para sus distintas etapas y segmentos, sino también por la necesidad, por ejemplo, de servicios de análisis y testeo para garantizar atributos de calidad, trazabilidad, composición y potencial de la materia prima y derivados.
Las oportunidades más inmediatas para la Argentina estarían en el área medicinal -tanto con productos bajo prescripción como eventualmente otros que puedan ser autorizados para su venta, como suplementos dietarios u otras variantes-, y se concentrarían en el mercado doméstico y de países de la región. La vía que puede presentar una ventana de oportunidades está asociada al cáñamo (plantas que presentan muy bajos componentes psicoactivos), del cual se pueden obtener una extensa serie de derivados. Justamente, esto vino a reglamentar el proyecto de ley.