La devaluación anunciada por el gobierno de Javier Milei generó de inmediato aumentos de precios desproporcionados en alimentos, incluso en la previa de la inauguración del esquema cambiario. Debido a la incertidumbre por la inminencia del anuncio del pacto con el FMI, los precios de la economía comenzaron a acelerarse con fuerza a finales de marzo y en la primera quincena de abril. En este marco, la provincia de Córdoba es uno de los territorios que sufre las consecuencias de las políticas del Ejecutivo nacional.
En diálogo con El Destape AM 1070, la gerente del Centro de Almaceneros de Córdoba, Vanesa Ruíz, ratificó este escenario al sostener que "la gente ya dejó de comprar comida". Asimismo, remarcó que este preocupante panorama se profundizó tras la liberación del cepo por decisión del presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, al asegurar que "a primera hora de este martes, llegaron listas con un 5% de aumento en lácteos".
A partir de este lunes, se implementó un esquema de flotación entre bandas, lo que significa que el dólar oficial se mueve entre los 1.000 y 1.400 pesos. Es decir, la cotización tiene un margen para aumentar de hasta 30% respecto al precio del tipo de cambio oficial que se registraba el viernes pasado. Una estrategia arriesgada por parte del Gobierno teniendo en cuenta que la inflación de marzo se aceleró y alcanzó el 3,7%, por encima del 2,4% de febrero.
Si bien Ruíz afirmó que en la jornada de ayer, la primera tras la salida del cepo, "no hubo movimientos en estos rubros", confirmó las nuevas remarcaciones de precios que sufrieron despensas, autoservicios y locales de cercanía en toda la provincia en las últimas horas. Además, afirmó que se demoraron "los pedidos de cervezas y gaseosas, al igual que los pedidos de primera línea de las empresas que abastecen golosinas y galletas". En ese marco, sostuvo que esta decisión empresarial no significa un desabastecimiento, sino que resulta "una medida para no brindar los precios".
Los supermercadistas, tanto los mayoristas como los minoristas y tanto los de barrio como las grandes cadenas, advierten que en las últimas semanas registraron nuevos aumentos de precios. La directora del Centro de Almaceneros señaló que, previo a la devaluación, el precio de la canasta básica alimentaria "comenzó a acelerarse por el movimiento del dólar blue" y esto impactó en el costo de los productos. De esta manera, detalló que, en la segunda quincena de marzo, se registraron nuevos aumentos: "Del 6 al 7% en harinas, aceites y farináceos, y del 5% en carnes y pollo", precisó en declaraciones con este medio.
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"Es una muestra de que la economía del país está atada al precio del dólar", aseguró la gerenta de la entidad. Tras un derrumbe del consumo registrado en marzo, la depreciación del peso se proyecta en una suba de inflación que puede llegar al 5% y con mayor impacto en los productos que componen la canasta básica.
Ruíz reveló que en marzo, las ventas de productos de la canasta básica registraron una caída interanual del 20%. Según los datos recolectados por las encuestas que realizan desde el Centro de Almaceneros de Córdoba, "el 57% de la gente no alcanza a comprar todos los productos de la canasta básica", y también existe "un segmento del 48% de las familias que debió recortar una ingesta".
A su vez, sostuvo que los valores nutricionales se están poniendo en jaque: los incrementos de lácteos y carnes provocan que el pueblo deba recortar su consumo. La gerenta de la entidad especificó que, en los últimos 3 años, "hubo una caída del 21% del consumo de leche fluida, 33% de leche en polvo y 46% de la carne vacuna".
La empresaria adelantó que todavía "queda una quincena de abril de mucha expectativa y de cautela" y que podría haber nuevos aumentos. Si esto ocurre, las consecuencias para el bolsillo del pueblo argentino serán significantes: "Hablar de próximos incrementos, no va a ser otra cosa que complejizar la situación de las familias más humildes y más vulnerables", advirtió Ruíz.
El consumo se había desplomado en marzo incluso antes de la devaluación
De acuerdo a la consultora Focus Market, el consumo masivo cayó 1,6% en marzo respecto a febrero y se derrumbó 7,6% en comparación al mismo mes de 2024. “Frente a la liberación del cepo y corrección de libre mercado del tipo de cambio oficial mayorista entre bandas es importante revisar que parte de la inflación en consumo masivo marzo fue adelantamiento de eventual corrección cambiaria ante el acuerdo con FMI que comenzó a correr hacia mediados del mes pasado. Los precios fueron fijados en mercado doméstico de acuerdo a la información asimétrica que recibían o especulación sobre reposición futura de insumos, materias primas y reposición de stocks”, indicó Damián Di Pace, director de la consultora.
El Área Metropolitana mostró un aumento del consumo del 3% intermensual y un retroceso del 10,3% respecto a marzo de 2024. Por su parte, en el interior del país hubo una caída del 3,8% respecto a febrero, y del 6,2% interanual.
“Si bien los pases a precios de una corrección cambiaria son evidentes a lo largo de los diferentes episodios transitados en Argentina, el mercado manda y será muy importante ver en los próximos 15 días cual va siendo el nuevo tipo de cambio de equilibrio y si la suba de precios pasado, presente y futura encuentra demanda en el mercado mayorista y minorista", remarcó Di Pace. Según el informe, el "techo del precio mostrador lo pone el piso del salario e ingreso ante las nuevos correcciones en góndola". Y apuntó: "No vemos un escenario de super stockeo y adelantamiento de consumo por depreciación del peso hacia adelante. Vemos más compra de resguardo y reposición a ritmo en competencia de mercado en materia de precios”.
El consumo en formato de tienda Self-Independiente retrocedió 0,6% frente a febrero, y el autoservicio grande disminuyó un 1,2%. Para el caso del autoservicio mediano, el consumo presentó una baja del 2,6%. Por último, el autoservicio chico reflejó una disminución del consumo del 2,7%.
Toda esta nueva caída del consumo es previa a la devaluación que trajo aparejada el acuerdo con el FMI. En un contexto de ingresos que no logran empatar con la inflación real de las calles y que ahora quedarán aún más relegados por el nuevo precio del dólar, es difícil imaginar que las ventas no continúen desplomándose.