Las lluvias de las últimas horas suponen un alivio no sólo respecto de la fuerte ola de calor registrada en una importante zona del país, sino que especialmente también para los productores, afectados por la sequía registrada en los últimos dos años y los incendios forestales que azotaron a cientos de hectáreas hasta pocas horas antes de las precipitaciones. Asimismo, la caída de agua prevista no alcanza para compensar las enormes pérdidas, luego de meses donde no cayó prácticamente una gota.
En el último tramo de 2021 la situación se agudizó. En noviembre hubo lluvias por debajo de lo esperado, aunque en un nivel razonable. Sin embargo, en diciembre, cuando se esperaban 130 milímetros, cayeron 16. Ese déficit de 114 milímetros -que fue peor en algunos lugares en particular- ocasionó que el panorama se agravara notablemente, con registros de los más bajos de las últimas cinco décadas. Como consecuencia de todo esto, los especialistas esperan una fuerte repercusión en los cultivos, sobre todo en el maíz de primera, que pasaría a un rinde de 3.500 kilos por hectárea, cuando el promedio general era de 6 mil kilos. También se ven perjudicadas sojas de primera y segunda.
"La sequía no terminó, el daño lo podremos medir cuando se termine y ojalá sea pronto", remarcó el referente del sector del acopio dentro de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos (Bolsacer) Martín Beglinomini. En el marco de un relevamiento realizado por la entidad, donde se calculó una pérdida del 60% del acopio por la sequía, el especialista detalló: "Ya en maíz el daño es irreversible y el impacto es terrible, porque la financiación del sector se verá muy afectada, ya que los acopios no vamos a recibir granos con lo cual no van a cancelar parte de las deudas y se genera un círculo vicioso. Necesitamos herramientas desde lo público, diferir impuestos, conseguir créditos blandos y lograr la manera de volver a empezar. Esperamos que el Estado esté a la altura de las circunstancias y pueda darnos una mano para volver a empezar".
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En el mismo estudio, donde se tomó la palabra de referentes de la cadena productiva, también se analizó el impacto en los sectores de la producción (tanto en agricultura como en ganadería), en la venta de insumos, en el pago de proveedores y en las cooperativas. "La implantación de los cultivos, como el maíz, soja y sorgo, se hicieron con un alto costo en los insumos, fundamentalmente en los fertilizantes que tuvieron un incremento más que significativo en dólares. Además, dadas las consecuencias que estamos viviendo con una perspectiva climática sin lluvias, provocaría que entremos a un estado sumamente crítico, donde tendremos consecuencias muy importantes, ya que nos llegaremos a cubrir los costos debido a que los rindes que estarán muy por debajo, generando un endeudamiento", explicó otro productor dentro del escrito.
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Más allá del delicado panorama, hay una perspectiva más optimista en relación a la caída de agua. “Las perspectivas de lluvias son normales. Y eso significa que en verano habrá lluvias. Es el trimestre donde se produce casi la mitad de lo que cae en todo el año", resaltó el directo de Hidráulica de Entre Ríos, Cristian Gietz. El funcionario fue consultado también sobre la histórica bajante que se registra en el río Paraná, aclarando que se mantiene un “escenario de incertidumbre”. "Las lluvias deberían darle un poco más de altura en el verano. Donde hay un déficit muy grande es en la zona donde nace el río", aclaró, en referencia al norte argentino y sur brasileño.
En las últimas horas el gobierno provincial llamó a la Comisión de Emergencia Agropecuaria, una herramienta prevista en la Ley 10.836, aprobada en 2020, que busca soluciones integrales para el campo en contextos especiales. Al encuentro, previsto para este miércoles a las 11, asistirán dirigentes de la Mesa de Enlace, pero también expertos del INTA, el Senasa y la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, entre otros organismos. Las expectativas son pocas y desde algunas entidades rurales han solicitado que se declare la Emergencia en el sector, mientras otras piden directamente que se considere a la provincia como una zona de desastre agropecuario.
"La situación del campo es demasiado grave, el gobierno se demoró más de un año en poner en funcionamiento la Comisión. Le pido al oficialismo que sea responsable y de respuestas concretas a quienes tan mal la están pasando en este momento. Lo que sucede con el campo afecta o beneficia a la mayoría de las ciudades y pueblos de Entre Ríos. Esto no es un problema de un sector, sino que afectará a la mayoría de los entrerrianos", indicó Esteban Vitor, diputado provincial de Juntos por el Cambio, productor y autor de la mencionada norma. El legislador consideró que "cuando al campo le va bien el Estado se beneficia muchísimo, pero cuando le va mal le sueltan la mano" y apuntó: "Esta ley busca agilizar el diálogo entre los productores y el Gobierno para buscar soluciones reales".
La convocatoria de la Casa Gris llega luego de la visita del ministro de Agricultura y Ganadería de la Nación, Julián Domínguez. El titular de la cartera nacional estuvo el fin de semana recorriendo la zona de Lucas González, en el departamento Nogoyá, junto al gobernador Gustavo Bordet. Allí enfatizó que "la decisión del Presidente y de los gobernadores es acompañar a los productores en este momento de incertidumbre consecuencia de la sequía". Y agregó: "El objetivo la actualización del fondo de emergencia para que sea nuevamente un instrumento de respuesta rápida ante las pérdidas. Esperemos que en las próximas horas el tiempo vaya aliviando las condiciones, pero lo que se perdió se perdió y hay que trabajar sobre la recuperación de capital de trabajo".
Quien salió al cruce del gobernador Bordet fue el diputado nacional y ganador en la última elección en Entre Ríos, Rogelio Frigerio, quien aseguró que para auxiliar a los productores afectados por la sequía “no alcanza con fondos de emergencia ni con patear para adelante vencimientos impositivos”. Fue tras un encuentro entre legisladores de Juntos por el Cambio con la Mesa de Enlace que conforman las entidades rurales entrerrianas. Sin embargo, un productor local manifestó su descontento con Frigerio y afirmó que el diputado “salió en todas sus redes sociales como si fuera un patrón de estancia que vino a impartir órdenes y como si fuese el único que estuvo en la reunión”. En diálogo con la Agencia de Noticias de Entre Ríos, el Vicepresidente de la Federación Agraria de Crespo declaró: "Nos vio de alpargatas y pensó que por ser provincianos podía manejarnos como quisiera, y eso nos irritó. El señor Frigerio nos usó para hacer política".
Matías Martiarena es vicedirector de la Federación Agraria (FAA) en Entre Ríos. En contacto con El Destape aseguró que “lo que se perdió no hay forma de recuperarlo”. Y detalló: “El maíz directamente va a ser levantado y las alfalfas no han podido ser cortadas. Hoy tienen cinco o seis rebrotes, cuando por lo general suelen dar 14”.
Martiarena, que es productor agrícola-ganadero en la zona de Gualeguaychú, dijo que la lluvia mejorará un poco las expectativas, pero aclaró: “No es lo para lo que se sembró. Esto te saca de la cadena de pago, te saltás un eslabón. Hubo un crecimiento del precio de insumos en dólares y no están los kilos para cumplir las obligaciones. Los productores están preocupados por las cuentas”. Para el dirigente la salida es una sola: declarar el desastre. “Esta no es una emergencia más. Hubo declaraciones anteriores, pero en algunos lugares la certificación de emergencia complicó aún más la situación, porque dio de baja acuerdos de cheques, por ejemplo. Los bancos daban de baja los convenios. Fue un título de emergencia, pero hubo quienes ni siquiera lo usaron, porque no era conveniente”.
Para finalizar, Martiarena dijo que los pedidos del sector, en algunos casos, exceden la sequía: “Necesitamos un financiamiento acorde a la situación y por fuera de los bancos, especialmente los pequeños productores. Además, diferir impuestos. Hay que articular las necesidades que existen y cubrir todas”.
Los incendios forestales, agravados por la ola de calor, fueron nuevamente noticia el fin de semana, complejizando el escenario ya descripto. Especialmente en dos lugares: Mojones Sur, en el departamento Villaguay; y la Isla Puente, ubicada frente a Paraná. En el primer caso se incendiaron alrededor de tres mil hectáreas. El fuego comenzó el sábado y se precisaron 15 dotaciones para controlarlo. Las lluvias terminaron por apagar las llamas, que arrasaron con monte nativo y animales. En la Isla Puente, por otro lado, un foco ígneo que se registró el sábado por la noche alarmó a las autoridades. En una imagen dantesca, la capital vio arder al islote ubicado a metros nada más de las principales playas de la ciudad. Lo sucedido demandó la tarea de decenas de bomberos y un helicóptero hidrante que trabajó incansablemente durante toda la tarde del domingo. No obstante, no hubo alivio hasta la llegada de las precipitaciones.
Como ya explicó El Destape, en Entre Ríos las quemas controladas están prohibidas, especialmente luego de los múltiples incendios que se han debido controlar en los últimos dos años. La sequía ha ocasionado que actividades cotidianas, que usualmente no están ligadas a la explotación inmobiliaria o productiva, como hacer un asado o arrojar una colilla de cigarrillo, se convierta en un peligro absoluto. La provincia está contemplada dentro de la Emergencia Ígnea que declaró el Ministerio de Ambiente a fines del año pasado.