El presidente Alberto Fernández reorganizó las áreas económicas de su gabinete y designó al presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, al frente de un Ministerio unificado de Economía, Desarrollo Productivo y Agricultura, Ganadería y Pesca. En las próximas semanas, el tigrense tendrá desafíos urgentes que atender: la inflación de alimentos de julio será muy elevada, en agosto se discutirá por el nuevo salario mínimo y en septiembre se espera por una nueva revisión del Fondo Monetario Internacional (FMI) y un vencimiento de deuda cercano al billón de pesos.
Según informaron fuentes oficiales, Massa comenzará el lunes próximo a designar a los funcionarios que lo acompañarán en su gestión. Inmediatamente, tendrá que poner a funcionar el nuevo superministerio para atender conflictos urgentes. En principio, a mediados de agosto el Indec dará a conocer el Índice de Precios al Consumidor de julio. De acuerdo a un informe de la consultora LCG al que pudo acceder El Destape, en las primeras tres semanas de julio, los alimentos acumulaban un aumento del 6,2%, registro que mensualizado da un 8,6%.
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Massa tendrá a su cargo la Secretaría de Comercio, lo cual conllevará la dura tarea de fijar medidas que promuevan la desaceleración de precios. Según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado que difunde el Banco Central, la inflación proyectada hacia fin de año se ubica en el 70%.
En paralelo, en agosto se reunirá el Consejo del Salario para definir la suba de la remuneración mínima. En marzo pasado se pactó 45% en cuatro tramos y dos meses después, una vez que Máximo Kirchner anunció la presentación de un proyecto de ley para adelantar las cuotas, el propio Ejecutivo apuró esos pagos frente a una expectativa inflacionaria que oscilaba el 60%.
Desde la asunción de Fernández hubo casi unanimidad entre los 32 representantes obreros y patronales: participan las principales cámaras empresarias, la CGT y las CTA de los Trabajadores y Autónoma. En general, los aumentos concedidos para el salario mínimo marcan el rumbo de las negociaciones paritarias.
FMI y deuda pública
Uno de los objetivos que fija el acuerdo con el FMI es la acumulación de divisas. En septiembre habrá una nueva revisión trimestral del organismo y los problemas de compra de dólares se dificultaron por la alta demanda energética que produjo la guerra en Europa. Massa entablará el diálogo con los representantes del Fondo para discutir el futuro del acuerdo.
La meta del Gobierno es engrosar las arcas del Banco Central en U$S 15.000 millones, pero en la historia hay muy pocos ejemplos en los que la Argentina haya podido lograr ese nivel de acumulación en un lapso de 36 meses.
"Para evitar un nuevo default de la deuda en moneda extranjera y deteriorar aún más el cuadro socioeconómico, será preciso transitar una etapa de restricciones fiscales y monetarias significativas. En la crónica dificultad para acumular reservas internacionales está parte del por qué. Bajo la actual dinámica, el objetivo de acumular U$S 15.000 millones en 3 años, hasta 2024, según lo pactado con el FMI, resulta una quimera", sentenció un informe de la consultora Analytica. Y es que apenas en tres momentos históricos se alcanzaron performances similares y "en todos los casos generados por fuertes cambios de régimen macroeconómico", apuntó el informe. El periodo más reciente en el que se alcanzó un parámetro similar se dio entre 2004 y 2006.
Por otra parte, otro de los desafíos que Massa deberá afrontar es la normalización del mercado de deuda en pesos. La fecha clave en la que están puestas todas las expectativas es septiembre, cuando vencerán más de $ 1 billón. Por ese motivo, el Gobierno busca asegurar una estructura financiera solvente para que el mercado renueve sus tenencias y no se vuelque a los dólares alternativos.
MÁS INFO
El Ministerio de Economía obtuvo financiamiento por 515.861 millones de pesos esta semana con la colocación de cinco bonos en pesos. De acuerdo con cifras del Palacio de Hacienda, luego de cubrir todos los vencimientos de ese día, sumó un adicional de financiamiento por 54.000 millones de pesos.
El menú de instrumentos licitados constó de algunos títulos a tasa fija, otros ajustados por inflación y atados a la evolución del dólar, con vencimientos previstos dentro del corriente año y en 2023. El interés de los inversores quedó reflejado en las 1.266 ofertas presentadas.
Del total de financiamiento obtenido, el 64% estuvo representado por instrumentos ajustables por CER (variación de precios), el 29% a tasa fija y, el 7% restante, resultaron en instrumentos vinculados a la suba del dólar estadounidense. En cuanto a plazos, el 30% correspondió a instrumentos con vencimiento en 2022 y, el 70% restante a títulos con compromiso de pago en 2023.