Finalmente, la Cámara de Diputados aprobó la ley para el desarrollo de la industria del cannabis medicinal y del cáñamo industrial. Con promesas de creación de empleo y la generación de un nuevo polo exportador, el texto promueve mecanismos de autorizaciones para los productores y comercializadores, y estrategias de seguridad, fiscalización y trazabilidad en la cadena.
El objetivo de la normativa es brindar un marco regulatorio para la inversión pública y privada en toda la cadena del cannabis medicinal y complementar la actual legislación, la Ley 27.350, que autoriza el uso terapéutico y paliativo del cannabis. En el caso del cáñamo industrial, apunta a legalizar los eslabones productivos, los de comercialización y sus subproductos. El texto fue diseñado en las oficinas del Ministerio de Desarrollo Productivo está inspirado en ideas plasmadas por la diputada nacional del Frente de Todos Mara Brawer y la senadora nacional Anabel Fernández Sagasti.
Cerca de 50 países cuentan con algún tipo de legalización de su uso medicinal e industrial para este mercado. Israel, Canadá, y Estados Unidos son líderes a nivel global; mientras que en la región avanzan Uruguay y Colombia. Según datos del Ministerio de Desarrollo Productivo, la producción de cannabis medicinal era de 1,4 toneladas en el año 2000, contra 468 toneladas en 2019. Para el mercado internacional, hay U$S 42.700 millones proyectados para 2024, una cifra 10 veces superior a una década atrás.
El mercado internacional del cannabis está creciendo sensiblemente, en la medida que se autoriza su uso para fines médicos y terapéuticos. Argentina cuenta con grandes oportunidades para ser un jugador relevante, por su tradición agropecuaria, su conocimiento científico y tecnológico y sus capacidades productivas. El potencial económico para el desarrollo de la actividad del cannabis medicinal y el cáñamo industrial para el año 2025 se proyecta en 10.000 nuevos empleos (alto porcentaje en Investigación, desarrollo e innovación), U$S 500 millones en ventas al mercado interno anuales y U$S 50 millones de exportación anuales.
Un nuevo modelo industrial
A nivel mundial, el avance hacia la legalización del cannabis medicinal y recreacional generó gran interés no solo en académicos, hacedores de política y representantes de la sociedad civil, sino también en inversores y empresarios. Aunque el ritmo de crecimiento del mercado de cannabis medicinal ha estado por debajo de las expectativas generadas hace unos años, se observa una tendencia ascendente motorizada por el creciente número de países que habilitan su uso para el tratamiento de diversas patologías y la progresiva pérdida del estigma o prejuicio social respecto de su utilización.
Sin embargo, las oportunidades de expansión para esta industria no se limitan al mercado medicinal y recreacional. El cannabis puede ser utilizado con fines industriales y en horticultura, para fabricar diversos derivados (fibras, cosméticos, papel, materiales para la construcción, etc.), así como alimentos, bebidas e infusiones. Además, la industria genera repercusiones indirectas no solo por la compra de insumos y bienes de capital para sus distintas etapas y segmentos, sino también por la necesidad, por ejemplo, de servicios de análisis y testeo para garantizar atributos de calidad, trazabilidad, composición y potencial de la materia prima y derivados.
Las oportunidades más inmediatas para la Argentina estarían en el área medicinal -tanto con productos bajo prescripción como eventualmente otros que puedan ser autorizados para su venta, como suplementos dietarios u otras variantes-, y se concentrarían en el mercado doméstico y de países de la región. La vía que puede presentar una ventana de oportunidades está asociada al cáñamo (plantas que presentan muy bajos componentes psicoactivos), del cual se pueden obtener una extensa serie de derivados. Justamente, esto vino a reglamentar el proyecto de ley.
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¿Qué entes van a estar involucrados en el control de la producción?
La ley crea una Agencia especializada, llamada Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (ARICCAME), que tiene como objetivo el control, la fiscalización y el monitoreo de la producción. La ARICCAME va a estar compuesta por representantes de varios ministerios además del Ministerio de Desarrollo Productivo: Salud, Agricultura, Ciencia y Tecnología y varios más.
La entidad debe coordinar con todos los entes relevantes de la cadena para garantizar la agilidad de los trámites, en una industria que es intensiva en regulaciones. Por eso, tendrá relación directa con ANMAT, INASE, BCRA, entre otros, para avanzar con todas las reglamentaciones necesarias, que los trámites avancen en tiempo y forma y que pueda cumplirse con el espíritu de la ley, que es el desarrollo de esta cadena productiva.
Las posibilidades del mercado argentino
El marco regulatorio implementado en 2017 para el cannabis medicinal fue tan restrictivo que casi no dio espacio al surgimiento de emprendimientos productivos, con la excepción de la empresa jujeña Cannava. Sin embargo, ya existe una serie de proyectos, con distinto grado de maduración, que podrán desarrollarse con las reformas que flexibilizarán el esquema regulatorio vigente.
- Cannava Sociedad del Estado
Esta empresa estatal jujeña surgió en 2018 a partir del Programa Provincial de Promoción del Cultivo de Cannabis con Fines, Científicos, Medicinales y Terapéuticos, adoptado en mayo de dicho año en la provincia. En la actualidad, Cannava es la única empresa habilitada legalmente a producir cannabis en Argentina. La compañía dispone de un predio de 35 hectáreas de producción, de las cuales tres se encuentran actualmente en producción.
Para la puesta en marcha del proyecto, el gobierno de Jujuy invirtió el 100% del capital necesario, incluyendo no solo actividades agrícolas, sino también la construcción de un laboratorio piloto de extracción de aceite de cannabis y un complejo de biotecnología que estará operativo hacia julio de 2021. En la empresa trabajan 60 personas actualmente, y se prevé sumar aproximadamente a cuatro trabajadores más por cada hectárea adicional que pueda incluir en su producción.
- Agrogenética Riojana SAPEM S.A.
La empresa, con participación del estado provincial de La Rioja, tiene en marcha un proyecto productivo orientado al cultivo de cannabis y la elaboración de derivados para uso medicinal. Esta iniciativa, de la cual también forman parte el INTA Centro Regional Catamarca-La Rioja y la Universidad Nacional de La Rioja, tiene como objetivo, en una primera etapa, cultivar una hectárea bajo la modalidad outdoor, donde se piensa sembrar aproximadamente 5.000 plantas.
- Biofábrica Misiones S.A.
Es una empresa perteneciente al Estado misionero –en la cual también participa el INTA–, ubicada en la ciudad de Posadas, y cuyos objetivos incluyen poner en valor la biodiversidad de la zona, prestar servicios intensivos en conocimientos agronómicos y transferir tecnología a partir del desarrollo de capacidades en el área de biotecnología moderna.
La firma planea producir en una primera etapa, en un invernadero de dos hectáreas (al cual después se le podrían adicionar otras cinco), tanto variedades de cáñamo como de cannabis (con niveles más altos de THC).
- Cannabis Medicinal San Juan Sociedad del Estado
Su creación se aprobó en septiembre de 2019. En la actualidad la empresa realiza las solicitudes correspondientes para poder iniciar sus actividades productivas. Tiene como objetivo producir cannabis para investigación científica y uso medicinal de forma asociada a algún privado. A su vez, está avanzando también en un acuerdo con el INTA.
- Cluster Agroindustrial y Tecnológico de Cannabis
El proyecto consiste en crear un grupo de empresas interrelacionadas agroindustrial y tecnológico de carácter público-privado orientado de forma integral a la cadena de cannabis, y se ubicaría en la localidad de San Pedro, provincia de Buenos Aires. El emprendimiento Cluster Agroindustrial y Tecnológico de Cannabis estaría conformada por un grupo de inversores privados y la Municipalidad de San Pedro.
- INTA Centro Regional Patagonia Norte y asociación civil Ciencia Sativa
Se trata de una iniciativa conjunta de Ciencia Sativa, con sede en San Carlos de Bariloche, y el INTA Centro Regional Patagonia Norte, que se inició en 2019, cuando comenzaron a trabajar en un proyecto orientado a la producción del cultivo de cannabis en un predio de dos hectáreas propiedad del INTA. La iniciativa se propone interactuar con las distintas instituciones públicas involucradas en el tema cannabis con el fin de producir fitopreparados y aceites (finalidad terapéutica), así como llevar a cabo tareas de investigación a lo largo de la cadena, desde el mejoramiento genético del cultivo hasta el desarrollo de nuevos productos de uso medicinal.
- Pampa Hemp Pampa Hemp
Es un proyecto que tiene como objetivo inicial la producción de cannabis medicinal y la extracción del componente CBD de grado farmacéutico. La empresa, que todavía no recibió todos los permisos necesarios para poder pasar a fase operativa, es una sociedad anónima que apunta a especializarse en la cadena del cannabis con un alto grado de integración vertical. Según el plan de negocios, las actividades estarán enfocadas en tres áreas: producción primaria de cannabis; extracción, purificación y procesamiento de los principios activos; e investigación y desarrollo de variedades genéticas óptimas para uso medicinal.
En relación con las tareas de producción primaria, la firma busca recibir los permisos correspondientes que la habiliten a cultivar variedades de cannabis con alta concentración de CBD para su utilización en investigación y desarrollo y elaboración de productos de uso terapéutico.
- Municipios
Entre otros municipios, los bonaerenses de Tigre, General La Madrid, Hurlingham y San Vicente, y el cordobés de Villa Ciudad del Parque promulgaron diversas ordenanzas orientadas a promover el desarrollo productivo de cannabis medicinal en sus respectivas localidades, sea a través de modalidades comunitarias, o creando empresas públicas o mixtas según el caso.