El Gobierno brasileño reconoció hoy que no existe espacio en el corto plazo para la construcción de líneas de ferrocarriles para trenes de alta velocidad de pasajeros que cubran trayectos entre las ciudades de Brasil, debido a que existen restricciones fiscales y limitaciones para subsidiar esa actividad.
Lo dijo ante una pregunta de Télam el viceministro de Transportes del gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, George Santoro, quien en diálogo con corresponsales extranjeros divulgó el nuevo plan de concesiones de rutas nacionales hasta 2026, como parte del programa de inveriones pesadas en infraestctura para acelerar la actividad económica que se inicia en julio.
"El asunto de los trenes de pasajeros en todo el mundo funciona con subsidios gubernamentales. Todos los países del mundo tienen subsidios estatales porque son proyectos muy caros y para eso es necesario construir mecanismos para teneer condiciones económicas. No vislumbro que sea posible en el corto plazo", aseguró el viceministro de Transportes.
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De todos modos, adelantó que el ministro de Transportes, Renán Filho, y el presidente Luiz Inácio Lula da Silva deben moldear un decreto presidencial para iniciar la construcción de una política pública que comience a desarrollar la viabilidad de instalar servicios de trenes de pasajeros de larga distancia.
"Hay que construir mecanismos para tener condiciones económicas. Hay que comenzar ahora", aseguró, un día antes de que Lula inaugure después de 37 años los más de 2.000 kilómetros de línea férrea para transporte agrícola y de minerales, la llamada Ferrovia Norte Sur, que conecta al centro del país con los puertos del estado de Maranhao (noreste) y de Santos (sureste).
El transporte en ferrocarril de pasajeros comenzó a eliminarse de Brasil a fines de los años sesenta, con el avance de la industria automotriz y la aparición de los camiones de carga reemplazando a los trenes subsidiados.
El viceministro explicó a los correponsales extranjeros en San Pablo los proyectos más ambiciosos en movilidad del gobierno de Lula que es el nuevo marco para la concesión y subastas de rutas nacionales, que hasta 2026 debe generar inversiones por 300.000 millones de reales (unos 60.000 millones de dólares).
El Gobierno brasileño realizará en setiembre subastas para otorgar por 30 años concesiones con contratos de revisión flexible para las empresas privadas que administren introduciendo el ejemplo utilizado en Colombia, España, Portugal y Estados Unidos.
El Ministerio de Transporte prepara concesiones por el orden de los 20.000 millones de dólares para este año, en cinco rutas en los estados de Paraná, Minas Gerais y Rio de Janeiro pero con el sistema "free flow", que es el pago por kilómetro recorrido (en promedio es un peaje 20% menor que el regular), aceptando la tarifa más baja pero con un plan para que la empresa no desista en medio del contrato.
En ese marco, el plan de concesiones bajo las nuevas reglas del gobierno de Lula, según el viceministro, generó interés de empresas de rutas de Argentina, Uruguay, Colombia, España, Canadá, Estados Unidos, India, Italia y China.
Con información de Télam