Los precios en Alemania se aceleraron 7,4% anual durante el presente mes frente al 7,3% de marzo, mientras que en España avanzaron 8,3%, 1,5% menos que el índice precedente, según informaron hoy sus respectivos institutos oficiales de estadística.
En el caso alemán, los precios subieron a un nivel récord desde la reunificación del país, a principios de los años 90, según las agencias Bloomberg, DPA y AFP.
Los precios de la energía, en particular, subieron considerablemente desde que comenzó la guerra en Ucrania y tuvieron un considerable impacto en la alta tasa de inflación, explicó la oficina de estadísticas alemana (Destatis) en un comunicado.
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Asimismo, la entidad comparó la situación con una suba en la inflación similar en el otoño boreal de 1981, momento en el cual los precios del petróleo también registraron un alza como resultado de la primera Guerra del Golfo entre Irak e Irán.
Otro factor para Destatis fueron los embotellamientos en las entregas dadas las interrupciones en las cadenas de suministro causadas por la pandemia, y las marcadas subas de precios en las etapas ´aguas arriba´ del proceso económico.
Entre los componentes del índice, la energía subió 35,3% anual, los alimentos 8,5% y los servicios 2,9%, frente a 39,5%, 6,2% y 2,8%, respectivamente del mes pasado.
Ayer el gobierno alemán, además de reducir a la baja su previsión anual de crecimiento (de 3,6% a 2,2%), estimó que la inflación promediará 6,1% en 2022 para luego moderarse a 2,8% el año próximo.
En el caso español, el retroceso de casi un punto y medio en el dato inflacionario de este mes (de 8,3% frente al 9,8% del mes anterior que fue un récord en casi 37 años) implicaría que el país ya ha superado lo peor en el índice, algo que ratificaría las declaraciones de la vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, quién estimó ayer que la inflación llegaría a su pico en marzo
No obstante, el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, advirtió hoy que los cuellos de botella en las cadenas de suministro se están agravando como consecuencia de las restricciones por los rebrotes de Coronavirus en Asia, y ello, junto con la posibilidad de una escasez de energía por un eventual corte de suministro de gas por parte de Rusia, no dan por hecho una desaceleración de la inflación.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) español adjudica el descenso en abril a los descensos de los precios de la electricidad y los carburantes, aunque también subrayó que, a comparación del mismo mes de 2021, hubo un aumento en los precios de los alimentos y las bebidas no alcohólicas
En ese sentido, los precios de la electricidad cayeron de un pico de 283 euros en marzo a un promedio de 191 euros por megavatio en el día de hoy, gracias a los menores valores del gas, el descenso en el precio internacional del petróleo, el subsidio de 20 centavos de euro a los combustibles por parte del Gobierno y el fin de las estaciones frías.
A esto se le sumará, tras la aprobación por parte de la Comisión Europea esta semana, un límite excepcional de 50 euros por megavatio hora en el precio del gas que alimenta a las centrales de generación, que actualmente promedia los 90 euros, lo cual, según el Gobierno español, permitirá reducir sensiblemente los precios de las facturas.
El dato, que representa la mayor baja en un solo mes desde enero de 1987, no obstante, matiza un dato negativo: la inflación subyacente (que no tiene en cuenta los valores intrusivamente volátiles de la electricidad y los alimentos), creció un punto hasta 4,4%, el nivel más alto desde diciembre de 1995.
Frente a una inflación que en los 19 países del euro promedió el 7,4% en marzo, lejos de la meta tradicional del 2% anual, se prevé que el BCE avance con una suba en sus tasas de referencia en los próximos meses, la primera en más de una década.
Con información de Télam