Los inversores europeos dieron hoy su aval a la operación de rescate del banco Credit Suisse por parte de UBS, que contó con la ayuda del gobierno suizo y el respaldo de la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED), el Banco de Inglaterra (BoE) y del Banco Central Europeo (BCE), aunque persisten las dudas respecto a la integración de ambas entidades y sobre la deuda corporativa
Las bolsas europeas cerraron con alzas tras una jornada en la cual las acciones de los bancos revirtieron las fuertes pérdidas anteriores para cerrar con un alza promedio del 1,3% en el caso del UBS.
Los inversores iniciaron la semana de negocios luego de un atípico y febril fin de semana.
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Entre el sábado y el domingo, en Berna, el gobierno suizo llevó adelante una delicada operación de transferencia de acciones del Credit Suisse al UBS, que terminó de cerrar ayer por un monto de 3.250 millones de dólares.
La operación se realizó bajo la tutela de las autoridades financieras de los principales bancos centrales del mundo, dada la magnitud de los activos en juego.
En tanto, las acciones de Credit Suisse cayeron un 56%, mientras que los papeles de UBS registraron una ganancia del 1,3%.
El presidente de UBS, Colm Kelleher, dijo que la adquisición era atractiva para los accionistas de la entidad, pero que "en lo que respecta a Credit Suisse, se trata de un rescate de emergencia".
"En teoría, no hay razón para que la crisis de Credit Suisse se prolongue, ya que lo que desencadenó el último terremoto de Credit Suisse fue una crisis de confianza -que no concierne a UBS-, un banco fuera de la turbulencia, con, además, amplia liquidez y garantía del SNB (Banco Nacional Suizo) y el gobierno", sostuvo Kelleher.
Por su parte, la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, afirmó hoy que las entidades bancarias de la zona euro tienen niveles de capital y liquidez muy por encima de sus requisitos mientras buscaba tranquilizar a los mercados nerviosos sobre la salud del sector financiero europeo.
"Confiamos mucho en que las posiciones de capital y liquidez de los bancos de la zona del euro son muy satisfactorias, con un índice de capital y un índice de cobertura de liquidez significativos muy por encima de los requisitos", dijo Lagarde al Parlamento Europeo.
Lagarde señaló que "el BCE está preparado para intervenir en caso de que fuera necesario más apoyo con nuestro conjunto de herramientas de política para proporcionar apoyo de liquidez al sistema financiero de la zona del euro".
Suiza tenía cinco grandes bancos hace 30 años, ahora se queda con un banco muy grande lo cual plantea un serio desafío para los reguladores ya que es demasiado grande para quebrar.
Algunos analistas sostienen que la presión de los mercados y los reguladores pueden hacer que los bancos sean menos propensos a arriesgar nuevos préstamos, lo que podría restringir el crédito para nuevas compras o inversiones en nuevos negocios.
Al mismo tiempo, plantean que si el crédito se contrae debido a los temores sobre la salud de las entidades financieras, los bancos centrales como la FED, el BCE y el BoE podrían optar por moderar sus recientes aumentos de las tasas de interés destinados a combatir la inflación, o detener esos ajustes.
Este es el desafío que se le plantea a partir de mañana a la FED cuando inicie mañana una reunión de dos días para decidir un incremento en su tasa de referencia, para poder neutralizar la escala de precios que azota a la economía de los Estados Unidos.
Lagarde manifestó que "las tensiones financieras actuales podrían tener un impacto en la demanda y en realidad podrían hacer parte del trabajo que de otro modo debería hacer la política monetaria".
Las autoridades suizas presionaron a UBS para que se hiciera cargo de su rival después de que el precio de las acciones de Credit Suisse se desplomaran y los depositantes huyeran, lo que generó temores de que pudiera quebrar.
El Credit Suisse no era un banco cualquiera ya que estaba dentro de las 20 entidades más importantes del mundo y si las autoridades suizas no actuaban con rapidez, los problemas podrían haber derivado en una crisis global como la iniciada en 2008 con Lehman Brothers.
Sin embargo, la forma en que se llevó a cabo la adquisición, eliminando a algunos de los tenedores de bonos de deuda de Credit Suisse, sacudió los mercados de esos bonos, lo cual podría provocar nuevos problemas.
Con todo, la operación que incluye, la compra de las acciones, el fondeo del gobierno suizo para el rescate de la deuda, la garantía sobre la cartera de préstamos y los recursos destinados a respaldar eventuales litigios, asciende a unos 280.000 millones de dólares.
Con información de Télam