La agencia calificadora de riesgo Moody’s advirtió sobre un “probable debilitamiento de utilidades y calidad de activos debido a tasas de interés bajas y mayor exposición soberana” de los bancos, a partir de las medidas adoptadas por el Banco Central (BCRA). El 19 de diciembre, el BCRA redujo la tasa de política monetaria al 100 por ciento desde el 133 por ciento y también modificó una regulación que limita las tenencias de deuda pública de los bancos, lo que incrementa su exposición frente al soberano.
“Este cambio ocurre en medio de varias medidas anunciadas por el nuevo Gobierno, dirigido por el presidente Javier Milei, desde que asumió el cargo el 10 de diciembre para abordar los graves desequilibrios macroeconómicos del país”, indicó Moody’s. En ese sentido, señaló que “estas medidas incluyen recortes del gasto público, un levantamiento gradual de las restricciones cambiarias y una amplia reforma legal que apunta a desregular la economía”.
“Si tienen éxito, las medidas de estabilización serían positivas desde el punto de vista crediticio en el mediano plazo porque mejorarían el entorno operativo de los bancos”, afirmó la calificadora. Sin embargo, subrayó que “en el corto plazo, las medidas podrían afectar las utilidades de los bancos debido a la reducción de las tasas de interés, luego de que los principales bancos del sistema financiero registraran resultados sólidos en los primeros nueve meses del año”.
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La agencia consideró que se podría “debilitar la calidad de los activos por su mayor exposición frente al soberano, mientras el país aún se encuentra en una posición financiera frágil”. Moody’s afirmó que “los cambios afectarán la rentabilidad, ya que los bancos siguen sujetos a una tasa anual mínima del 110 por ciento para los depósitos minoristas”. Remarcó que “los bancos, especialmente las principales entidades privadas del sistema financiero, registraron fuertes utilidades ajustadas a la inflación en los primeros nueve meses del año, respaldadas por las altas tasas de interés y una estructura financiera favorable basada en depósitos de actividades principales”.
En cambio, puntualizó que “las bajas tasas de interés, junto con el aumento de la inflación, harán que a los bancos les resulte más difícil seguir registrando fuertes utilidades ajustadas a la inflación”. Así, estimó que “los bancos medianos y pequeños podrían ser los más perjudicados porque no cuentan con grandes bases de depósitos minoristas”.
Indicó también que “la restricción sobre los márgenes de interés que implica la reducción de las tasas llevará a los bancos a aumentar su exposición a instrumentos del gobierno de mayor rentabilidad, lo que tiene implicancias crediticias negativas debido a que el perfil crediticio del soberano sigue siendo muy débil”. De todos modos, evaluó que “los bancos siguen manteniendo amplias tenencias de activos líquidos y han acumulado importantes reservas de capital en los últimos años, lo que les ayudará a soportar estas presiones”.